Abby Ardiles

La única forma de avanzar es en fila, aferrándote a tus pertenencias y manteniendo la mirada fija en el suelo para evitar tropezar. Las primeras cuadras de la avenida Aviación se han transformado en un laberinto imposible de atravesar, tomado por vendedores ambulantes, carritos de mercadería y autos que ocupan cada centímetro del angosto espacio. En medio de este desorden, los puestos ilegales de venta de pirotécnicos representan una bomba de tiempo, ocultos bajo el abrasante sol que castiga a la capital. Aún más peligroso es su proximidad a cocinas, parrillas y otros puestos itinerantes que utilizan fuego y gas en plena vía pública.

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