Se llama Juan Zuleta Gómez, tiene 25 años y los últimos seis se ha ganado la vida limpiando carros en las inmediaciones de la urbanización Apolo, en La Victoria. La noche del último miércoles evitó un feminicidio, pero hasta ayer no tenía plena conciencia de lo que había conseguido; menos aún que, en medio de un rosario de errores administrativos, su valerosa acción tiene hoy un peso doble.
Juan estaba en el cruce de las avenidas Parinacochas y Las Américas cuando cerca de allí Julio César Rojas Mogollón (46) increpaba y golpeaba a su conviviente, Brigitte Flores Luna (31). Juan corrió y se interpuso entre la pareja al ver que el agresor, galonera en mano, rociaba combustible a su víctima y maniobraba un encendedor. Incluso, logró apartar a tiempo a Brigitte Flores para que no le cayera la franela en llamas que Julio Rojas le había arrojado.
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El trapo ardiendo impactó en un canguro que Juan llevaba en la cintura, pero que pudo sacarse enseguida. Brigitte, varios metros más allá, tal vez había quedado a salvo de ser la víctima número seis por feminicidio en lo que va del año. En el 2019, se registraron 169 feminicidios en el Perú, la cifra más alta en la última década, de acuerdo con el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).
Brigitte y su agresor fueron trasladados a la comisaría de Apolo, sede de la Depincri de La Victoria, por personal del serenazgo y del Escuadrón Violeta (que apoya en casos de violencia familiar) de ese distrito. Según la policía, desde allí se efectuaron varias llamadas a la Fiscalía Provincial Transitoria en Violencia contra la Mujer y los Integrantes del Grupo Familiar, pero estas no fueron contestadas de forma oportuna. Además, acotó la policía, casi a las 6 a.m., la fiscal titular del referido despacho, Luz Marina Palacios Gonzales, se comunicó con la Depincri de La Victoria y, tras ser informada de los hechos, dispuso que no había indicios que configuraran el delito de tentativa de feminicidio. Por ello, solo se emitió una notificación al agresor para que regrese al día siguiente.
Así, Julio Rojas salió en libertad, aun cuando en el sistema policial registraba cuatro denuncias por agresión física y psicológica contra su conviviente (entre el 2014 y el 2017) y a pesar del testimonio de las integrantes del Escuadrón Violeta.
En la Depincri de La Victoria, Brigitte negó reiteradamente que había sido agredida y no denunció a su pareja; sí lo hizo su hermana Shirley Flores.
“Estuvimos ebrios, no tengo rasgos de gasolina en la ropa, no he sido agredida. Tengo once años de relación, hemos tenido altercado como todos pero ahora están dañando la imagen de mi esposo”, diría Brigitte horas después.
Los agentes a cargo de la intervención aducían que tampoco disponían de las grabaciones de las cámaras de seguridad. Ello habría sido otro atenuante para que Julio Rojas fuera liberado.
En la mañana de ayer, cuando el registro de la brutal agresión era difundido por diversos medios de comunicación, la policía decidió capturar a Julio Rojas en su domicilio, ubicado en San Martín de Porres. Con él estaba Brigitte Flores, quien también fue llevada de nuevo a la Depincri de La Victoria. Para ese momento la crítica a las autoridades encargadas de la detención ya era clamorosa.
“Se debió actuar de manera inmediata, era un caso de flagrancia”, dijo la ministra de la Mujer, Gloria Montenegro, quien también saludó el valiente acto de Zuleta.
Desde Moquegua, el presidente de la República, Martín Vizcarra, indicó que, pese a las evidencias fílmicas y la captura que hizo la policía del agresor, “la fiscal, en pocos minutos, lo deja libre”.
—Responsabilidades—
El comisionado para casos de violencia contra la mujer del Ministerio del Interior, general PNP Augusto Sánchez, sostuvo que ya se ha iniciado una investigación en inspectoría general, pero remarcó que hubo demora en la entrega de los elementos probatorios de la agresión.
Al respecto, el subgerente de Seguridad Ciudadana de La Victoria, Luis Carrión, aseguró que su despacho no remitió el CD con el video porque ya se había liberado al agresor. Sin embargo, el área de Imagen de la comuna dejó constancia a este Diario que, la misma noche del ataque, el Escuadrón Violeta había enviado por WhatsApp el registro de las cámaras de seguridad a los policías que intervinieron a Julio Rojas. Es decir, un potencial feminicida había sido liberado por agentes que disponían de un video que, claramente, daba cuenta de su delito.
En su descargo, la fiscal Palacios dijo que no ordenó de forma verbal ni escrita que Julio Rojas fuera puesto en libertad. También, que el policía encargado le comentó que el caso no ameritaba una detención y que, ante tal situación, ella envió a su adjunto a que tomara declaraciones en el lugar de los hechos. Anoche, la Oficina de Control Interno de la fiscalía abrió una indagación preliminar de oficio a la fiscal Palacios por la presunta comisión de infracción administrativa en el ejercicio de sus funciones.