Preocupantes señales para Lima, por Jorge Ruiz de Somocurcio
Preocupantes señales para Lima, por Jorge Ruiz de Somocurcio

Un reciente informe en El Comercio (1/8/15) daba cuenta de que el 89,6% de limeños considera los malos hábitos al conducir como el principal factor de riesgo y  que para más del 50% de los entrevistados la agresividad es la conducta que más accidentes genera. Hay más muertos por accidentes de tránsito que por homicidios. Terrible.

El 2 de agosto el diario “Correo”  informaba de la captura del ‘Gordo Tobi’, uno de los principales traficantes de tierras de Lima. Mientras el Ministerio de Cultura advertía sobre el riesgo de invasión en el Morro Solar, una de las invasoras recientemente desalojadas dijo: “Volveremos”. Y la verdad que el Morro Solar está pedido. No habrá policía que detenga a los invasores, sin política de vivienda popular y  una propuesta urbana integral para el Morro Solar.

Después de Fiestas Patrias el presidente invocó a los empresarios a apostar por el país. Los acusó de invertir solo “cuando la tienen fácil”. Sin embargo, la Iniciativa Privada del Anillo Vial Periférico que va desde Pucusana hasta Ancón por  US$2.000 millones está paralizada hace un año (“Gestión”  20/7/15) por trámites administrativos entre el Ministerio de Transportes y la Municipalidad de Lima, y en el país hay US$17 mil millones de inversión privada detenidos por trabas gubernamentales.

Entre tanto, diferentes voces advierten la peligrosa ausencia en el directorio de los Juegos Panamericanos de alguna instancia que conozca la ciudad. La municipalidad está representada por Arturo Woodman, conocido  empresario, y Alfredo Deza, conocido deportista. Pero la metrópoli no es tema de ninguno de ellos.

Son señales recientes de cómo se va haciendo ciudad: la agresión es el principal factor de riesgo de accidentes; los invasores prometen que regresarán, los gobiernos central y municipal son los principales desalentadores de la inversión privada, los Juegos Panamericanos están en el limbo y campea la creciente la inseguridad ciudadana. ¿Y los valores dónde están?

Las ciudades que han salido de la decadencia como Guayaquil, Medellín o Bilbao lo han hecho no solo con intervenciones urbanas que mejoran la vida, sino especialmente creando procesos de ciudadanía, y valores sostenidos, los que a su vez tienen liderazgos que los encarnan, como Sergio Fajardo en Medellín, Jaime Nebot en Guayaquil o Antanas Mockus en Bogotá. Uno de los últimos liderazgos disfrutados en Lima fue el de Alberto Andrade dirigiendo la recuperación del Centro Histórico, que generó una corriente masiva de orgullo ciudadano que dura hasta ahora.

En resumen, las obras, por significativas que sean, no garantizan elevar la convivencia de manera sostenible. Ciudades ricas con cuantiosos montos de inversión pública, llevan aparejadas estrictas medidas de respeto ciudadano inculcando valores. Hay ahí toda una asignación pendiente para los alcaldes, ingrata para los políticos porque no se cortan cintas, pero sin la cual la vida urbana es la ley de la selva.

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