Cusco: plantean cambios a favor del peatón y transporte público - 2
Cusco: plantean cambios a favor del peatón y transporte público - 2
Angus Laurie

Esta semana en Quito se llevará a cabo Hábitat 3, un encuentro en el que todos los miembros de las Naciones Unidas firmarán la Nueva Agenda Urbana, que representa una visión en común para el futuro de las ciudades. Según el organismo internacional, la visión está anclada en los conceptos de “ciudades para todos” y “centrada en las personas”. Para esta agenda que firmará también el Perú, vivir en una ciudad “justa, segura, saludable, accesible y sostenible” es un derecho común que contribuye con la prosperidad y la calidad de vida.

El Cusco está reorientando sus políticas urbanas en línea con la Nueva Agenda Urbana mediante el lanzamiento de su Plan de Movilidad y Espacios Públicos. Como repuesta a un aumento del tráfico en 320%, ocurrido en los últimos 10 años, según este Diario, Cusco va a “reorganizar los espacios públicos en la ciudad en beneficio del peatón y el transporte público”. Su plan está basado en una metodología que establece una serie de barrios o supermanzanas caminables, donde solamente el tráfico local podría entrar y a una velocidad muy baja (entre 10 a 30 km/h). El flujo vehicular en este caso estará limitado a las avenidas perimetrales a cada supermanzana.

Es un modelo parecido a los ‘home-zones’ (zonas de hogar) en Inglaterra, o a las supermanzanas que forman la columna vertebral del plan de movilidad actual de Barcelona. En ese plan, el tráfico pesado está forzado al perímetro de grupos de 9 manzanas (3x3) en la cuadrícula del ensanche de Cerdá. Dentro de cada supermanzana, las calles pueden ser rediseñadas para las personas a través de la conversión de la calzada en espacio público.

¿Qué podríamos esperar como resultado de un plan como el de Cusco y Barcelona? En el caso de Vitoria Gasteiz, una ciudad Vasca que ya logró implementar un plan de movilidad en base a estas supermanzanas, los resultados fueron muy claros. Según un estudio de Civitas, se experimentó una reducción del ruido (de 66 a 61 dB), una reducción en contaminación del aire (42% menos óxido de nitrógeno) y un gran aumento en el porcentaje de peatones y ciclistas. El 74% de la población aprueba los cambios y la economía ha mejorado notablemente.

Podríamos imaginar el potencial de una propuesta así en Lima como un método no solamente para reducir la contaminación e inseguridad, sino también para responder al déficit del espacio público en la ciudad. Irónicamente, el nuevo Plan de Desarrollo Local Concertado de Lima Metropolitana, aprobado en junio de este año, representa la antítesis de la Nueva Agenda Urbana de Hábitat 3. Sus proyectos de inversión estratégica, que incluyen mayormente la ampliación de vías y la construcción de pasos a desnivel y viaductos, están claramente centrados en el automóvil y no en las personas, y reflejan una visión para una ciudad injusta, insalubre, insegura e insostenible.

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