Las víctimas de abuso sexual infantil suelen presentan varios síntomas al mismo tiempo. (USI)
Las víctimas de abuso sexual infantil suelen presentan varios síntomas al mismo tiempo. (USI)

De acuerdo con Unicef Perú, existen varias señales que podrían alertar a los padres y a los maestros sobre si los niños o adolescentes son o han sido víctimas de agresión sexual. Estos síntomas no se presentan de manera aislada. Por lo general, el niño pide auxilio de varias maneras.

Algunas de las señales más comunes de los niños pequeños son el aislamiento, los problemas de atención y concentración, los síntomas de depresión y ansiedad, la pérdida de interés en las actividades que antes solían gustarles, los cambios de estado de ánimo en, incluso, hábitos alimenticios (tanto la inapetencia como una sobrealimentación por angustia).

Hay otros signos más evidentes. Por ejemplo, que el niño o adolescente demuestre conductas muy sexualizadas, que se le diagnostique alguna infección de transmisión sexual o que se produzca un embarazo temprano.

—Temores—
Ingrid Vallejos, psicóloga forense de Medicina Legal de Lima Sur, explica que, aunque cada caso es distinto, el agresor infunde temores en sus víctimas. “A los más pequeños los asustan diciendo que serán castigados, los incluyen en una dinámica de secretismo o les dicen que les echarán la culpa”, explica la especialista. Cuando las víctimas son adolescentes, el violador recurre a la amenaza.

Llamados de auxilio en casos de abuso sexual infantil.
Llamados de auxilio en casos de abuso sexual infantil.

Al no poder denunciar, los menores desarrollan distintos miedos. De ahí que sufran pesadillas, insomnio o sobresaltos en el sueño. Algunos comienzan a orinarse en la cama cuando ya han dejado los pañales. “Los más pequeños tienden a retraerse, están con el ánimo decaído, tienen tendencia al llanto y están más sensibles”, señala Vallejos.

También mostrarán temores frente a lugares o a personas. “Dirán que no quieren ir al colegio, si ha sucedido ahí. O que ya no quieren ir a la casa del agresor”, agrega. Si el violador vive en casa o es alguien de confianza, se pueden presentar fugas que se pueden confundir con rebeldía.

La psicóloga aconseja prestar atención a los cambios en el rendimiento escolar. “Los maestros podrían notarlos muy pensativos, como perdidos”, advierte.

En adolescentes pueden surgir actitudes autolesivas. También cambios radicales en el aspecto y abuso de drogas.

Esta información se publica como parte de la campaña ¡Cuidado! que impulsa la fundación Por los Niños, con el respaldo de Unicef, El Comercio y otras empresas. El objetivo es prevenir la violencia sexual contra menores. 

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