(El Comercio)
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Ana Briceño

Una vez que los cargamentos de clorhidrato de cocaína llegan del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) al puerto del Callao, el precio por cada kilo de droga aumenta 50%, es decir, se cotiza en US$3.500. Es por ese jugoso aumento que en el muelle chalaco, por lo menos cinco mafias se disputan el control absoluto de los envíos de droga al extranjero, afirma el general Héctor Loayza, jefe de la Dirección Antidrogas(Dirandro).

La cadena de producción y exportación de cocaína, a través del puerto, nunca se ha paralizado, pese a las importantes capturas de narcotraficantes como Gerson Gálvez ‘Caracol’, Renzo Espinoza ‘Renzito’, ocurridas el año pasado, y la reciente detención de Carlos Macdowell, sucesor de Gálvez, preso en Tacna.

Según las investigaciones del Ministerio Público,estos cabecillas se habrían dedicado a colocar paquetes de droga en los contenedores con productos peruanos que estaban listos para ser enviados al extranjero.

“Dentro de los mismos penales, los cabecillas de las organizaciones siguen operando, lanzando droga al exterior. Tienen un operador activo que lidera el negocio desde afuera. Pero en estos círculos no hay lealtades, y por eso, en algún momento,ese operador será el nuevo jefe. Hay cinco grupos que están a cargo de la subida de droga a los contenedores en el Callao”, explica Loayza.

La actividad ilícita del narcotráfico está atomizada y eso hace más complicada la captura de las cabezas de las organizaciones que operan en el puerto. Sin embargo, las incautaciones de droga en lo que va del año se han duplicado, con respecto al 2016, a raíz del trabajo de inteligencia en esa zona, asegura el oficial. Según la Organización de las Naciones Unidas, el Perú es el principal exportador de cocaína en el mundo.

Rubén Vargas, viceministro de Orden Interno, afirma que de las 400 toneladas de cocaína que el Perú produce anualmente, en promedio, la policía solo ha incautado el 7%. “Este año queremos que la cifra de incautación llegue a las 50 toneladas de droga, eso representaría el 15% de lo que producimos”, estima.

—Droga para el terrorismo—
La persona que coloca la droga en los contenedores es una pieza más dentro de la cadena de exportación de la cocaína. Muchas veces no sabe ni cómo se llama el nexo que llega al Perú –por dos o cinco días– para hacer las transacciones con el cabecilla de las mafias del puerto chalaco. El policía indica que principalmente son rusos y serbios.
El destino final de la droga suele ser Europa, pero también llega a puertos del continente africano, donde los controles son escasos, indica el general. “Cuanto más difícil es ingresar la droga a un país, es mayor lo que cobra el traficante para colocarla al punto de venta. Por eso algunas mafias optan por hacer llegar los cargamentos de cocaína al África y desde ahí la dirigen a Europa, bajo diferentes modalidades.

Esa droga exportada desde el Perú sirve también para financiar el terrorismo en esos países, por eso la comunidad internacional debe estar siempre alerta”, acota Loayza.

Desde el Callao, las mafias se contactan con organizaciones libanesas, croatas y nigerianas, que ingresan la cocaína por los puertos del África y Europa.

El pasado 7 de junio, la policía incautó en el puerto de Paita 474 kilos de clorhidrato de cocaína camuflados en conos de hilos, cuyo destino era Costa de Marfil, en África. “Esa droga era colombiana, se camufló en Ecuador y se iba a utilizar el Perú para sacarla al África. Como los controles por el Canal de Panamá son mayores, iban a usar la ruta del sur, por Chile”, explica el general.

—La guerra en el Amazonas—
Vargas indica que en el Vraem se produce el 70% de la cocaína. Pero, según los reportes de inteligencia a los que tuvo acceso este Diario, los productores se están trasladando a Loreto para sembrar hoja de coca y producir pasta básica de cocaína, que luego sale a Brasil. “Las organizaciones más criminales de Brasil y los disidentes de las FARC [Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia] están enviando a sus representantes a la provincia de Mariscal Castilla, en Loreto, y financian sembríos y producción de pasta básica de cocaína que luego sale a Brasil. Hay comunidades nativas que han sido captadas, así como asociaciones evangelistas”, advierte un oficial de inteligencia.

El general Loayza detalla que en esa zona se produce la pasta básica con hoja de coca fresca y se utiliza un método colombiano que ahorra tiempo. “El contenido de alcaloide en la hoja de coca en la Amazonía es alto porque utilizan agroquímicos y fertilizantes. Están destruyendo el Amazonas”, dice.

El viceministro Vargas afirma que coordina con otros sectores la lucha contra las drogas en Loreto. Por ahora, solo hay 12 policías destinados a esa tarea. El general Loayza señala que se necesita más recursos para que estas intervenciones en los laboratorios sean permanentes.

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