Dudas, colas y un hashtag: el efecto del anuncio del retorno a la cuarentena [CRÓNICA]

Una nueva orden de confinamiento en nueve regiones del país, entre ellas Lima, la más poblada y en donde más de medio millón de personas se quedó sin empleo tan solo en el último trimestre, ha gatillado toda una sensación de incertidumbre generalizada, como si se retornara al partidor de hace casi un año, cuando se decretó la primera cuarentena. El anuncio del nuevo paquete de restricciones se realizó justo cuando Perú superó la barrera de los 40.000 fallecidos por el COVID-19 y las camas de UCI se encuentran abarrotadas en casi todas las regiones (solo en Lima, unas 650 personas se encuentran en lista de espera).

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Las nuevas medidas las dio a conocer el propio presidente Francisco Sagasti en un mensaje a la nación desde uno de los ambientes de Palacio de Gobierno, tras una sesión extraordinaria del Consejo de Ministros. El mensaje fue corto, de unos 10 minutos. Y si bien fue relativamente mejor que la última vez, a nivel comunicativo, no fue lo suficiente como para lograr disipar todas las dudas que el nuevo escenario (que había sido descartado en reiteradas oportunidades por el Gobierno) generaba.

Incluso el mensaje llegó con demora. Se anunció minutos antes de las 8:00 p.m. que el pronunciamiento comenzaría “en breve”, pero lo hizo recién una hora más tarde, lo que contribuyó a esa ansiedad social y a la desinformación. Las redes estallaron durante la espera, y lo hizo peor después de la noticia.

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“Todos conocemos ya a personas contagiadas y muchos de nosotros tuvimos familiares, amigos y conocidos que han fallecido como consecuencia de la pandemia. Todos compartimos el dolor por el sufrimiento y la partida de seres queridos. Todos debemos también contribuir a que este sufrimiento no se extienda a más personas”, dijo Sagasti a modo de preámbulo.

Pero hubo varios puntos que no aclaró Sagasti en su mensaje. Entre ellos, el horario en el que se podría salir a realizar la compra de alimentos en las zonas consideradas como de “nivel extremo”, y en donde entraba a tallar el confinamiento total (Áncash, Pasco, Huánuco, Junín, Huancavelica, Ica, Apurímac, Lima Región y Metropolitana, y el Callao).

Tampoco habló, por ejemplo, sobre la situación durante estos 15 días de aquellos quienes no pueden realizar trabajo remoto en un país en donde campea la informalidad, ni sobre las ayudas económicas en este periodo para los más pobres (un 34% de la población se encontraba en riesgo de caer en la pobreza en diciembre pasado).

“Todas estas medidas, y algunas adicionales, serán comunicadas en breve por la Presidencia de Consejo de Ministros y entrarán en vigor el domingo 31 de enero a las 00:00 horas”, dijo el mandatario en una parte de su discurso.

Minutos después, la PCM, a través de Twitter, publicó unos cuadros explicando gráficamente la situación a nivel nacional (antes del mensaje circularon unos cuadros similares y la PCM los negó), y fue recién a las 11:54 p.m. (previamente se publicó un tuit, pero luego sin mayor comunicación fue borrado) que se conocieron algunas medidas de apoyo para los más vulnerables.

Estas son un bono de S/600 para 4.2 millones de familias ubicadas dentro de las regiones consideradas nivel extremo, así como de apoyo alimentario a las ollas comunes y los comedores populares.

También habrá mercados itinerantes y “apoyo tributario” para las empresas dentro del nivel extremo y muy alto (Tumbes, Amazonas, Cajamarca, Ayacucho, Cusco, Puno, Arequipa, Moquegua y Tacna).

Así pues, no hubo entrevistas para ahondar en los detalles y se tuvo que esperar recién hasta el día siguiente para revisar el decreto supremo publicado en El Peruano y así saber con exactitud cómo cambiaría el panorama en los próximos cuatro días.

Por ejemplo, en la zona considerada como “extremo”, solo se podrá salir a comprar alimentos desde las 6:00 a.m. hasta las 6:00 p.m.

También se generó dudas y confusión entorno a los vuelos durante el periodo de cuarentena. El Mincetur aclaró que los vuelos nacionales podrán operar salvo en Huánuco y Jauja, pese a que en las láminas publicadas en la víspera por la PCM se habló de “aforo 0%″ en “transporte interprovincial terrestre y aéreo”.

El factor caos

Pero ni la publicación del decreto ni los esfuerzos por explicar luego sus detalles aplacó la histeria tras el mensaje de Sagasti. Desde primeras horas de la mañana, El Comercio registró colas de más de tres cuadras en algunos almacenes con el fin de adquirir productos de primera necesidad.

Imágenes de personas saliendo de las tiendas con varios paquetes de papel higiénico y botellas de agua, cual soldado a la guerra, se repiten, tal como ocurrió en marzo del año pasado, cuando se decretó el primer confinamiento y el país rondaba tan solo 70 casos del nuevo coronavirus.

Ayer, después del mensaje a la nación, el Minsa ubicó en el 1′107.239 en total de la cifra de contagiados, con casi 3.000 en las últimas 24 horas.

Las tiendas de abasto no van a cerrar. Seguirán operando con un aforo al 40%.

Pero el caos no solo se registró en este rubro. En algunas plantas de oxígeno de la capital también aumentó la cantidad de ciudadanos que buscaban recargar sus balones, varios de ellos llegando incluso a pernoctar en el lugar para asegurarse su lugar en la fila.

¿Qué depararán estos días de espera hasta el inicio de la cuarentena? El decano del Colegio Médico del Perú, Miguel Palacios Celi, ha calificado como un “error” del Gobierno dejar pasar tanto tiempo para que comience a regir la limitación, puesto que precisamente se genera caos y aglomeraciones. “Es demasiado”, remarcó.

“Es un error. […] Y hoy día, mañana, en cuatro días, van a haber enormes aglomeraciones. Creo que puede rectificar. Hecho el diagnóstico, debe de empezar de inmediato esta cuarentena que siendo una medida drástica los errores, como este de esperar cuatro días, puede llevar a debilitar una medida tan estratégica y muy dura para la población y para todos los grupos, para los que tienen y no tiene. Para todos va a afectar de tal manera que debe haber error cero”, expresó Palacios en “Canal N”.

Por lo pronto, hay grupos que están promoviendo marchas en contra del nuevo confinamiento en la Plaza San Martín, haciéndose tendencia en las redes sociales en las últimas horas los hashtags #Noalacuarentena y #Desobediencia civil.

Un sector antivacunas, al igual que viene ocurriendo en distintas partes del mundo, viene manifestándose con mayor fuerza. Una reciente encuesta de Ipsos reveló que aumentó el rechazo a las vacunas contra el COVID-19 de 22% a 48% en tan solo cinco meses.

Y, si bien un 67% de encuestados dijo creer que en las próximas semanas el nivel de contagio del coronavirus aumentará, un 36% consideró que las restricciones “se deben disminuir” y que “las personas tienen que saber cuidarse solas”. Así es el panorama a 327 días del primer caso detectado en el país del nuevo coronavirus.

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