Las vacunas del laboratorio Sinopharm salvan vidas, y el caso de Jesús Valderde, médico intensivista y ex presidente de la Sociedad Peruana de Medicina Intensiva, es prueba de ello. La dosis que recibió en febrero evitó el deterioro de su cuadro de salud y su muerte cuando contrajo el COVID-19 al estar expuesto al virus.
Sinopharm ha aumentado su participación en la inmunización contra el COVID-19. En el último mes y medio, las dosis repartidas en el país pasaron de 1 millón a más de 2,9 millones, y actualmente representan el 22% del total distribuido por el Minsa. Sin embargo, la aplicación no avanza igual.
De concretarse los acuerdos pendientes, para setiembre las entregas previstas sumarán 17 millones de dosis de Sinopharm, cifra similar al acumulado alcanzado para esa fecha por Pfizer. Así, tendremos que, dentro de dos meses, al menos cuatro de cada 10 dosis recibidas por el Gobierno serán de Sinopharm.
MIRA: La vacuna de Sinopharm evita muertes por COVID-19
Uno de los principales retos del gobierno de Pedro Castillo será acelerar la aplicación de esta vacuna, que está rezagada. Un análisis de la Unidad de Periodismo de Datos de El Comercio determinó que, a la fecha, se ha aplicado el 58% de las dosis de Sinopharm, cifra menor a la de Pfizer (91%) o Astrazeneca (88%).
Retraso en la selva
Si bien la vacuna china es usada en todo el país, en Amazonas, Loreto y Ucayali ha adquirido un mayor protagonismo y representa más de la mitad de las dosis.
Sin embargo, también en esta zona hay un retraso en su aplicación. En las dos últimas regiones –donde el lote más reciente llegó el 11 de junio– solo se han inyectado poco más del 20% de dosis.
Para Carlos Coral, médico infectólogo del Hospital Regional de Loreto, la desconfianza sobre la eficacia de Sinopharm afecta la asistencia a los centros de vacunación en Iquitos y otras ciudades.
“El público piensa que Pfizer es mejor que Sinopharm, varios con la primera dosis ya no quieren la segunda o buscan migrar a Pfizer. En el auge de la enfermedad todos querían vacunarse, ahora se han relajado. Todas las vacunas te protegen de las formas graves”, explica.
Loreto es una de las regiones con menos avance de vacunación. Solo el 7% de su población está completamente inmunizada.
En Ucayali, en cambio, el problema pasa por la poca logística y conectividad. Liz García, directora ejecutiva de Salud de las Personas de la Diresa Ucayali, señala que las comunidades nativas –donde se aplicará mayormente Sinopharm– aceptan la vacuna, pero se esperan recursos del MEF para compra de embarcaciones y de vuelos a zonas de frontera.
“Tenemos 102 mil personas en zona rural y comunidades indígenas, hicimos un plan de comunicación, pero el avance será lento por las dificultades. Hay un distrito y provincia de frontera que tienen accesos solo por vía aérea”, detalla.
Nuevas estrategias
Percy Mayta-Tristán, director de Investigación de la Universidad Científica del Sur, señala que se debe trabajar mejor la comunicación para enfrentar las campañas de descrédito sobre la eficacia de la vacuna.
“El INS compartió el estudio de efectividad en personal de salud. Se encontró que en segunda ola, con alta mortalidad, con la presencia de variantes lambda y gamma, Sinopharm tuvo una eficacia del 94% para evitar muertes. No todos los que no quieren vacunarse son antivacunas, sino que no tienen suficiente información”, opina.
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