“Todos saben quién es el profesor en el barrio. Aunque no enseñemos a sus hijos, los padres de familia nos conocen, nos escuchan. Así hicimos campaña”. Daniel Cerrón Huayhuarima vive en San Juan de Miraflores, enseña en Villa María del Triunfo y es dirigente sindical de maestros en Lima Metropolitana. Él es uno de los docentes que en los últimos meses ha compartido sus actividades con el apoyo a Pedro Castillo, candidato que disputará con Keiko Fujimori la segunda vuelta por la Presidencia de la República. Con una campaña casi desapercibida por las encuestadoras, el soporte del magisterio fue clave para llegar primero en el conteo de votos.
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Al 100% de actas procesadas por la ONPE, Castillo y el partido Perú Libre obtuvieron más de 2′600.000 votos en el país. Aunque el respaldo regional fue determinante para llegar a la segunda vuelta, la presencia de Castillo en la capital no es menor. El 12.5%(337 mil) de sus votantes están en Lima Metropolitana. En distritos como Lurigancho y Pachacamac, fue el más votado, por encima de Keiko Fujimori o Rafael López Aliaga. En Puente Piedra llegó tercero con 21 mil votos, en San Juan de Lurigancho, Ate o Carabayllo, cuarto, con 53 mil, 38 mil y 15 mil votos, respectivamente.
“La principal fuerza de la campaña ha sido la organización del magisterio. Los mismos maestros solventaron los paneles, los volantes, visitaron asentamientos humanos, ollas comunes. Fue un trabajo de hormiga”, explica una fuente del comando de campaña de Lima a este Diario. En esa tarea, la participación de los candidatos al Congreso Edgar Tello, ex secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación (SUTE) de Lima Metropolitana, e Hilso Ramos, abogado de las bases regionales, sirvió la dirección de las actividades y movilización de los comités de campaña en la capital. Este Diario intentó contactarse con ambos, pero al cierre de la nota no fue posible.
Daniel Cerrón, actual secretario general de Sute Lima, resume así su participación: puso una gigantografía que el mismo pagó en la puerta de su casa, difundió las propuestas del partido entre sus vecinos, redes de exalumnos y jóvenes de asociaciones culturales de su distrito. “Cada maestro hizo lo mismo”, dice. También aprovechó las redes de comunicación creadas con anterioridad para la difusión de asuntos sindicales en diferentes distritos. Solo en Lima, son unos 50 mil maestros en actividad adheridos al sindicato.
“Tenemos grupos de WhatsApp donde nos comunicamos constantemente. Todos los profesores nos conocemos. Por mensajes compartíamos las propuestas para la reforma educativa planteada desde la participación de los maestros”, dice.
Miriam Briones, jefa de campaña magisterial y docente del colegio Gran Amauta de San Martín de Porres, califica su campaña como un “trabajo boca a boca” en los distritos con los cuales cada maestro tiene más cercanía. Por ejemplo, en el caso de la candidata Nilda Rafael fue San Juan de Lurigancho. En esto también contribuyeron las redes sociales, especialmente Facebook, donde transmitía en vivo sus visitas a asentamientos humanos y comedores populares del distrito. “Pedro Castillo es un profesor sindicalista que ya tenía su colchón de votantes en todas las regiones. Llenaba auditorios con puros maestros. Nosotros hemos sumado a los padres de familia con quienes hablamos directamente”, explica Briones a El Comercio.
Distritos de Lima Metropolitana | Número de docentes de Educación Básica Regular, según Minedu | Número de votantes de Perú Libre, según Onpe |
---|---|---|
TOTAL | 116.220 | 337.211 |
San Juan de Lurigancho | 11.878 | 53.625 |
Ate | 7.836 | 37.981 |
Puente Piedra | 4.559 | 21.519 |
Carabayllo | 4.054 | 15.233 |
Lurigancho | 3.056 | 13.134 |
Pachacámac | 1,667 | 8.132 |
Magisterio dividido
Dos días después de las elecciones del 11 de abril, Lucio Castro, secretario general de Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (Sutep), aclaró que no todo el magisterio apoya a Castillo. De hecho, el Sutep expresó su respaldo público a Verónika Mendoza, candidata de Juntos por el Perú, que llegó en sexto lugar. “Escucho que el magisterio ha respaldado de manera absoluta y unánime la propuesta que ha llegado al primer lugar y eso no es real”, dijo a radio Exitosa.
La educadora y politóloga Angela Bravo, ex directora de Educación Secundaria del Minedu, sostiene que precisamente la división entre Sutep y la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación del Perú (Fenatep), un brazo disidente del primero liderado por Castillo y antes llamado Conare, contribuyó a afianzar la representación de los docentes que se sentían descontentos por el papel de Sutep ante el Ejecutivo.
Aunque esta división se inicia en el 2002, se hizo más evidente con la huelga magisterial del año 2017. Es precisamente ahí donde se establecieron redes de maestros con una agenda específica de renovación, estabilidad laboral y mejoras salariales, indica Bravo. En la campaña, las redes fueron el instrumento principal para hacer eco de la candidatura de Perú Libre, incluso más efectivas que las redes sociales oficiales del candidato o del partido.
“Pedro Castillo viene de ser un líder sindical exitoso, movilizó una huelga nacional que paralizó el país durante tres meses con mucho apoyo de maestros. Estas redes, que están organizadas en bases distritales que tienen a uno o dos líderes sindicales en cada escuela, nunca se desmovilizaron. Han seguido activas en redes sociales, grupos de WhatsAapp, grupos cerrados en Facebook con una agenda muy activa”, explica a este Diario.
En opinión de la especialista, al tratarse de una adhesión de por lo menos cuatro años, el discurso de Castillo fue más fácil de difundir en los subgrupos de cada maestro.
“Tienes a un gremio organizado en torno a la agenda que Pedro Castillo representa y que es la misma que quiere llevar al Gobierno. A través de estos grupos han llegado a docentes que quizá no estaban tan movilizados y ellos, a su vez, a sus familiares. La educación es el servicio más extendido del Estado. Es un trabajo de redes muy fino que ha llevado al resultado que ahora vemos”, indica.
Aunque se trata de un grupo importante de maestros, Flavio Figallo, ex viceministro de Gestión Pedagógica del Minedu, señala que no se puede hablar de un respaldo de la mayoría, sino de un sector -estima integrado por unos 10 mil docentes- que ha tenido mayores dificultades con la Ley de Reforma Magisterial (2012) basada en la meritocracia y evaluaciones.
“En general, el magisterio como organización no ha endosado votos en elecciones pasadas, de lo contrario aquellos partidos en los que estaba Patria Roja habrían tenido más votos. Pedro Castillo reivindica a aquellos en peores situaciones ante la reforma magisterial, por mala formación o porque no tenían posibilidades de capacitarse para mantenerse o ingresar a la carrera magisterial. Son maestros que están en esta situación de debilidad u orfandad académica que no tiene nada que ver con la buena voluntad”, dice a El Comercio.
En su opinión, a esto se suman aquellos docentes que salieron del sistema y que no han encontrado eco en sus intentos para reincorporación. En octubre del año pasado, por ejemplo, el Congreso dejó sin efecto la ley que proponía reponer a 14 mil docentes cesados que no aprobaron la evaluación nacional en el 2014. “Castillo ofrece que 20 mil maestros vuelvan al sistema y se refiere a los maestros que no tenían titulo o los que desaprobaron la prueba para directores. Esa porción de maestros también reivindicaba Acción Popular. Yohny Lescano acudía a esos bolsones, pero Castillo tuvo más éxito”, agrega.
Para Figallo, la pandemia también ha influido en las elecciones porque el sector educativo ha sido de los más impactados por las restricciones para evitar contagios. “A pesar de que sus salarios han subido casi en 60% en el último periodo, los maestros y sus familias han sufrido mucho con la pandemia porque, con pocos recursos, poca capacitación y mucha exigencia, tratan de que los alumnos participen en estas formas de educación a distancia. Han sido más afectados que otros grupos de trabajadores aunque no han salido del sistema porque mantuvieron su trabajo”, dice.
Bravo agrega que otro factor a favor de Castillo fue que su poca exposición en encuestas le diera carta libre para realizar eventos restringidos por pandemia, a comparación de otros candidatos, más visibles, a quienes se les cuestionaba si participaban en mítines. “Ha tenido meses para hacer actividades sin la presión del ojo público. Esa fue su ventaja. Ahora empiezan a salir cuestionamientos como que su plan de gobierno está firmado por [Vladimir] Cerrón y no por él. Son cosas que probablemente le habrían costado votos si hubieran estado antes en el reflector”, sostiene.
En una segunda vuelta que solo necesita la confirmación de la ONPE para que se inicie oficialmente, el comando de campaña de Lima prepara una nueva estrategia de comunicación que, tal como adelantó Castillo, no modificará su discurso y las propuestas para el magisterio que ha llevado desde que se anunció su candidatura. Para los docentes consultados para esta nota, esa es la fortaleza que buscan defender.
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