(Foto: Alonso Chero / El Comercio)
(Foto: Alonso Chero / El Comercio)
Ana Briceño

Los trabajos del proyecto vial , la vía expresa que integrará 11 distritos de Lima, concluirán a fin de este mes, aseguró a este Diario Stéphane Brondino, director técnico de Lamsac, concesionaria de la obra.

Durante un recorrido por el túnel construido debajo del río Rímac, el ingeniero francés precisó que la obra se entregará a la Municipalidad de Lima para que la supervise y luego estará abierta al público.

Consultamos a la comuna de Lima cuánto tiempo tardaría este proceso de revisión, pero no obtuvimos respuesta. “No habrá una etapa de prueba como una marcha blanca. Desde el primer día, se cobrarán los peajes [a los dos extremos del túnel]”, dijo Brondino.

En el 2009, Léo Pinheiro, presidente de la constructora brasileña OAS, subsidiaria de Lamsac, firmó un contrato con el alcalde de Lima, Luis Castañeda, para ejecutar el proyecto. Pinheiro está en una cárcel de Brasil por el Caso Lava Jato.

La Línea Amarilla se ejecutó con una inversión de US$710 millones y, según las estimaciones, permitirá recorrer en 25 minutos de Ate al Callao. Además del túnel, cuenta con 10 viaductos y el puente Bella Unión.

Desde el 2013, cuando las obras aún tenían un avance de 28%, la empresa empezó a recaudar el cobro de los cinco peajes ubicados a lo largo del proyecto [Monterrico, Separadora Industrial, dos en Santa Anita y en Ramiro Prialé]. A estos se sumarán ahora dos en el túnel de 1,8 kilómetros.

En el 2015, cuando el peaje costaba S/4,50, Lamsac obtuvo ingresos que superaban los S/21 millones mensuales. En la actualidad, el cobro de peaje es de S/5,30.

#116 cámaras

instaladas hay a lo largo de la Línea Amarilla, que va desde el trébol de Javier Prado hasta Hábich.

—Seguridad—
En junio de este año, la Fiscalía Anticorrupción detectó fisuras, rajaduras y filtraciones de agua en el túnel de la Línea Amarilla. “Hemos colaborado con las indagaciones, he declarado a la fiscalía sobre el tema. El túnel es 100% seguro. No hay nada que temer”, resaltó el director técnico de Lamsac.

Agregó que el túnel tiene capacidad para soportar sismos de la más alta intensidad y tiene más de 80 cámaras que monitorearán las 24 horas. Además, cuenta con dos subestaciones eléctricas que brindarán la energía que se requiera para mantener de forma permanente el funcionamiento de esta estructura.

#25 minutos

demandará el viaje entre Ate y el Callao, utilizando el túnel y la infraestructura de la Línea Amarilla.

“Contamos con un sistema contraincendios que está compuesto por una cisterna de 170 metros cúbicos, sensores de calor y gabinetes contraincendio. También hay salidas de emergencia”, puntualizó.
En agosto del 2016, la empresa francesa Vinci compró a la brasileña Invepar [socia de OAS] el proyecto Línea Amarilla por S/5.500 millones.

“El 1 de diciembre llegó Vinci a Lima para iniciar los trabajos que estaban paralizados. Hemos subsanado algunos aspectos que la anterior empresa no había tomado en cuenta como colocar postes de acero en lugar de postes de concreto que se vienen abajo con un choque automovilístico. Además, estos postes, más de 100 a lo largo de la vía, cuentan con luz LED, que no se había previsto”, dijo el ingeniero.

La Línea Amarilla es investigada en el Ministerio Público. Una de las hipótesis que se sostiene es que “una organización criminal concertó la ejecución del proyecto”.

En el 2013, Susana Villarán dispuso que la empresa Lamsac [entonces a cargo de OAS e Invepar] tuviera la concesión por 10 años más, es decir que cobrara los peajes hasta el 2049. El publicista Valdemir Garreta ha asegurado haber recibido US$1 millón de OAS como pago por su asesoría en la campaña por el No a favor de Villarán en el 2013.

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