Un mensaje que ofrece una llamativa forma de ganar dinero está invadiendo los buzones de WhatsApp de diversos usuarios en el Perú. Este señala que con tan solo dar un like a un video, se puede ganar de S/18 a S/3. Reaccionar con un “me gusta” es una la “tareas” que los estafadores entregan a sus víctimas y el monto económico a recibir depende precisamente de la complejidad de estas. Sin embargo, lo que hay detrás de estas comunicaciones anónimas y aparentemente de procedencia extranjera, es una gran red de estafa que busca robar dinero e información.
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El Comercio recibió más de una decena de denuncias ciudadanas, a través de la campaña Pasa En La Calle, en las cuales los usuarios destacaron la insistencia de estas organizaciones para iniciar una conversación y así dar a conocer “su atractiva propuesta” a sus víctimas.
Un denunciante, de quien mantendremos en reserva su identidad, se contactó con los estafadores e inició con las “tareas” que ellos le encomendaron. Tras darle like al primer video, lo direccionaron con un código de “invitación laboral” a una cuenta en la aplicación Telegram.
Los videos a los que los incautos deben darle like no tienen nada de especial. Son solamente el gancho sencillo para poder mostrar lo simple de las tareas.
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Tras ello, al denunciante le indicaron que desde Telegram le darían más misiones. “Solo sigue hablando con ella. Solo sigue sus instrucciones. Después de que ella pague, puedes pedir otra misión como lo hiciste antes. Así obtendrás más comisión”, le aseguraron. Esto solo fue el inicio.
¿Qué es y cómo funciona?
Una vez en Telegram, le exigen a las víctimas las evidencias de las “tareas” realizadas. Un requisito fundamental es que envíen sus datos personales para que realicen “el pago”. De esta manera acceden a toda su información.
Luego de 30 minutos o una hora, envían el primer pago. En el caso del denunciante fue de S/ 18. Este método ha sido identificado por la División de Investigación de Estafas y Otras Defraudaciones (Divieod) de la Dirincri como el gancho para que las personas continúen en el sistema que, en poco tiempo, se convertirá en estafa.
Dentro de la aplicación, los estafadores crean “grupos de trabajo”. Es ahí donde varias personas, captadas por los falsos promotores, realizan las mismas “tareas” y envían sus evidencias a la espera de un pago que poco a poco va siendo menor al inicial. Pasan de ganar S/18 a S/3 o menos.
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Este es un punto clave en la estafa, al ver la caída de las ganancias, los “recepcionistas” lanzan su primera estrategia para captar grandes sumas de dinero que van desde los S/88 hasta más de S/5.000.
Invitan a los usuarios a invertir en supuestas criptomonedas que les asegurarán una ganancia y poder cobrar su comisión anterior. Cuando se acepta, envían números de cuentas de empresas donde se deberán realizar los pagos en un lapso de 10 minutos. Si el número de cuenta no funciona, envían otra inmediatamente.
Tras ello, los “recepcionistas” envían links que direccionan a las víctimas a una página de supuesto trading (compraventa de activos). Luego, mueven a los incautos a diferentes grupos de Telegram para confundirlos y amenazarlos.
En las supuestas páginas de inversión, les exigen que ingresen los datos completos de sus tarjetas para que puedan recibir el “pago” por su trabajo realizado. No obstante, el denunciante señaló que se trataría de una pasarela de pago falso, puesto que el dinero que envían como ganancia a la cuenta es de procedencia de otro banco, no de una página segura o pasarela de pago.
El problema no termina ahí. A las víctimas solo les depositan el dinero con la condición que sigan invirtiendo más. Les envían la ganancia de comisión, pero el monto fuerte o el “capital” queda retenido por los estafadores. Estos les exigen mayores cantidades de dinero y, ante la negativa de la otra parte, los expulsan de los grupos. Así pierden el rastro de sus captores, su dinero y los links a los que ingresaron.
El robo de datos también puede suceder si se ingresa a sitios webs clonados. Por ejemplo, si la víctima accede a links dudosos o abre archivos enviados por correo que no se pueden reconocer fácilmente. En alguno de estos casos, las personas colocan sus datos personales. Esto es reconocido como phishing y tiene como finalidad estafar por un beneficio económico.
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Dilmar Villena, director ejecutivo de Hiperderecho, recomienda que no se ingrese a links dudosos. “Cualquier dirección que pida datos bancarios, no debería ser usado. Ningún banco va a pedirte, a cambio de una oferta de trabajo, la información de tu tarjeta. Hay que estar muy alertas”, dijo.
Sobre el accionar de captación de las personas detrás de los números por donde se oferta el trabajo fácil, el especialista comentó que probablemente se trate de varias individuos, ello por cómo son redactados los mensajes y los tipos de respuestas que dan.
El especialista recomendó que se bloqueen los números y se reporten en la misma aplicación, de llegar a encontrarse con algún mensaje de este tipo.
¿Cuál es el peligro al aceptar estas ofertas?
Muchas veces las víctimas de esta modalidad de estafa no caen solas. Al ver que si invierten más, ganarán un monto de dinero más elevado, animan a sus familiares a reunir dinero para depositarlo. El jefe de la Divieod, coronel PNP José Manuel Cruz Chamba, indicó que pueden girar hasta S/30.000 con la esperanza de ver mayores ganancias. Pasado uno o dos meses, desaparecen.
“Solamente en lo que va de este año, hemos registrado 81 casos de esta modalidad. Ojo, no son 81 agraviados. Cada caso tiene un grupo de 20 a 30 personas. De estos casos, solo en Lima Metropolitana asciende a S/1, 295,914.24 el monto agraviado”, declaró el coronel.
Para el coronel Cruz, la cantidad de estafados a nivel nacional sería mucho mayor porque los estafadores estarían reclutando personas que perdieron sus trabajos tras la pandemia y probablemente se encuentren laborando en la informalidad.
La Diveod ha identificado esta práctica como una modalidad de estafa piramidal. Los delincuentes pagan las ganancias a las personas que ya están suscritas con el dinero de quienes recién ingresan e inician con los depósitos.
“Logran amasar un grupo de aproximadamente 1.500 a 3.000 personas y con todos esos millones se desaparecen. Las víctimas no tienen a quién reclamar porque los depósitos los han hecho a individuos que también han captado con esta modalidad”, declaró.
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Bajo la modalidad del ‘ruleteo’, los estafadores dificultan su localización. Según informó la PNP, estos también apuestan por presionar a que las personas captadas abran falsas empresas y cuentas empresariales. La PNP ha encontrado a vecinos de un mismo barrio, familias en indigentes a los que les abren cuentas solo para usar su identidad y despistar el rastro.
Actualmente los oficiales de la División de Investigación de Estafas y Otras Defraudaciones están trabajando bajo dos ejes: investigando a las bandas criminales, logrando la captura de dos el año pasado y también con prevención.
Una de estas, era liderada por el ciudadano chino Ye Weikang, quien fue capturado el año pasado por agentes de la Dirincri. Según información brindada por la Divieod, él se dedicaba a la modalidad del ‘shopseo’. Es decir, captaba personas para que inviertan grandes cantidades de dinero en supuestas páginas de trading y luego desaparecía la web.
¿Cómo logran dar con los números de sus potenciales víctimas? estas organizaciones se hacen con bases de datos adquiridas en el mercado negro y luego bombardean con mensajes a estos números con sus “atractivas ofertas” laborales.
Noam López, politólogo especializado en investigación de fenómenos criminales, declaró que estos ciberdelincuentes pueden acceder a una serie de datos que pueden poner el peligro a las víctimas: nombres completos; números de teléfono; direcciones; números de seguro social e información financiera. Toda esta información, según el especialista, podría ser usada para cometer otros fraudes y suplantación de identidad.