Los paraderos del corredor rojo, a lo largo de la avenida Javier Prado, son invadidos diariamente por colectivos informales  (Foto: Lino Chipana).
Los paraderos del corredor rojo, a lo largo de la avenida Javier Prado, son invadidos diariamente por colectivos informales (Foto: Lino Chipana).
/ Lino Chipana
Juan Guillermo Lara

Un motociclista estaciona su vehículo detrás de un quiosco de periódicos en la esquina de la avenida Aviación y la calle de Las Letras, en . Baja de la motocicleta, se levanta un poco el casco, coloca otro en su brazo derecho y camina tranquilamente hacía la avenida Javier Prado.

Son las 6:00 a.m. y comienza a aumentar la cantidad de pasajeros que salen de la estación La Cultura de la línea 1 del metro de Lima y caminan raudamente hacia los paraderos. El motociclista se para frente al grupo de apurados usuarios y comienza a llamar: “Moto. Servicio de taxi en moto. Al óvalo Higuereta son S/5”.

A su lado, dos choferes de taxi colectivo comienzan a alinear a otro grupo de personas. Cuando sean diez, uno de ellos los guiará hasta la calle de Las Letras donde subirán a una miniván que los llevará a su destino. En la cola, los pasajeros comentan que, pese a la amenaza de suspensión del servicio de los corredores complementarios, el tránsito se desarrolla de manera “normal”.

El último miércoles, la Asociación de Concesionarios de Transporte Urbano (ACTU) había anunciado que ayer el servicio de los corredores complementarios que operan en la capital sería suspendido desde las 4:30 a.m. hasta las 8 a.m. Esta medida, en contra de los informales que afecta la operación de los buses y la rentabilidad de las empresas, no se acató, ya que la ACTU dio marcha atrás el miércoles por la noche.

Aunque no llegó a concretarse el paro anunciado por las concesionarias del servicio, el panorama ayer en los sectores de la ciudad en donde funcionan los buses de los corredores fue igual de caótico que de costumbre, como comprobó El Comercio durante un recorrido.

El cruce de las avenidas Javier Prado y Aviación estaba tomada por los conductores de colectivos: autos, minivanes y motocicletas. Calles como de Las Letras, del Comercio o de La Poesía servían de estacionamientos.

“El colectivo es más caro, pero llego más rápido y no hago tanta cola”, dijo uno de los pasajeros, quien también aseguró que es consciente de que esta es una especie informal de transporte.

Ayer también se observaron taxis colectivos a lo largo de la Javier Prado o la avenida Arequipa. Estas unidades compiten y hasta cierran el paso a los buses del corredor rojo (Javier Prado–La Marina) y azul (Tacna–Garcilaso–Arequipa). Según la ACTU, hay más de 30 mil vehículos informales operando en las vías exclusivas de los corredores.

/ Lino Chipana

—Grupos organizados—

En San Borja, los motociclistas que hacen el servicio de taxi visten con chalecos para identificar a los miembros de su organización. Esta modalidad se trasladó a , en donde un grupo similar ofrece el servicio ilegal en el cruce de la avenida Angamos y la Vía Expresa, incluso frente a personal de la y de la comuna distrital.

Los jóvenes de dicho paradero informal visten unas casacas amarillas fosforescentes, similares a las que usa el personal de serenazgo de las municipalidades. Con estos atuendos aparentan que brindan un servicio formal.

Ayer, un grupo de estos conductores agredió a un fotógrafo de este Diario. Ellos intentaron quitarle la cámara con la que se registró cómo operan.

La Municipalidad de Surquillo manifestó que están en conversaciones con la Policía Nacional para desarrollar medidas a fin de erradicarlos. Sin embargo, estos sujetos llevan varias semanas operando en esa zona, según los vecinos.

—Reunión en la ATU—

Los representantes de la ACTU se reunieron ayer por la tarde con María Jara, presidenta de la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) para Lima y Callao. Uno de los pedidos del gremio es que la comuna de Lima acelere los procesos para transferir las facultades en materia de transporte a la ATU.

A través de su cuenta de Twitter, Jara indicó que los empresarios expusieron su problemática. Según dijo: “[Esta información] permitirá elaborar una estrategia de fiscalización y darles una solución. La cual se implementará una vez concluido el proceso de fusión”. 

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