Katherinne Fiedler: ¿De qué va su primera muestra individual?
Katherinne Fiedler: ¿De qué va su primera muestra individual?
Santiago Bullard

Con lo primero que uno se topa en el pasillo de La Galería es con una pieza que parece proveniente de algún restaurante típico de Tarapoto o Pucallpa: un grupo de guacamayos posados sobre el ramaje. Y un lema, escrito con letras grandes y fluidas, en el que se lee “Welcome to Paradise”. Pero hay algo extraño: las aves que tendrían que dar colorido a esta bienvenida lucen, en su plumaje, una gama de grises que contraviene la imagen habitual que tenemos de ellas. La inversión es sencilla, pero aun así toma al espectador desprevenido. Antes de que uno se dé cuenta, ya ha ingresado en el mundo de “Ficción variable” de Katherinne Fiedler.

Esta muestra, que se inauguró el pasado miércoles 26 de agosto, reúne trabajos que la artista ha realizado recurriendo a diversas disciplinas: fotografía, pintura, videoarte e instalación. En cada caso, además, ha desarrollado un concepto distinto. La develación del lado comercial o emocional de las imágenes de la naturaleza predomina en el caso de las piezas fotográficas. En la instalación impera la reproducción de imágenes que, si bien remiten a cosas que tendrían que ser únicas, se transmutan en estereotipos, en recursos de tarjeta postal. Los óleos, por su parte, reproducen cuadros famosos a los que les han sido arrancados los protagonistas, de modo tal que devuelve el protagonismo al escenario. El videoarte, finalmente, busca abrir los difusos límites de una realidad dada a través de un cambio en la perspectiva.

Esta variedad puede hacernos pensar que se trata no de una, sino de cuatro muestras superpuestas en un solo espacio. Pero hay un concepto que da unidad a este conjunto: el de ficción variable. “Una ficción es algo que no es real –dice Katherinne Fiedler–, un engaño, pero que varía dependiendo de cómo se lo presente. De ahí lo variable”. En el caso de lo visual, continúa la artista, “la imagen preconcebida o estereotipada es también una ficción. Esa es la base comercial y estética de las tarjetas postales, por ejemplo. Por eso lo que a mí me interesa es abrir la imagen para alterar el concepto. 

Esto puede verse con especial notoriedad en sus piezas fotográficas. En ellas, la naturaleza ha sido arrancada de su medio para lucirse en macetas. La idea de lo natural, incluso de lo remoto y salvaje, es solo eso: una idea, un concepto que ha sido domesticado por la manufactura humana. De modo similar, la instalación en la que vemos una imagen de Machu Picchu repetirse hasta el hastío revela la forma en que una imagen puede simular (y, llegado el caso, sustituir) una experiencia.
“Mi intención no es necesariamente criticar –señala Fiedler–. Lo que quiero, ante todo, es explorar, abrir las imágenes y ver a dónde llevan”.

MÁS INFORMACIÓN
Lugar: La Galería.
Dirección: Calle Conde de la Monclova 255, San Isidro. 

Día y hora: Lunes a viernes de 11 a.m. a 8 p.m., y sábados desde 4 p.m.

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