Rafael Lanfranco
Rafael Lanfranco
/ KAREN ZARATE
Redacción EC

Las estudió en el colegio, como todos. A las culturas precolombinas y los registros que dejaron, como los huacos, pero en su momento no resultaron determinantes para eso en lo que Rafael Lanfranco (Lima, 1976) terminaría convirtiéndose: un artista. En el conjunto de su obra, desarrollada principalmente con la escultura, destaca Waco, un ser chato, medio gordito, cuya cabeza es la boca de un recipiente y con una mueca que puede significar cualquier cosa. Y lleno de colores y diseños por todo su cuerpo.

¿Qué significa Waco para su padre? Muchas cosas, ideas que cambian con el tiempo. Lo que puede parecer un juguete, un ‘art toy’, se transformó en un proyecto artístico de influencias pop, sea esta la animación japonesa, cine norteamericano o incluso lo prehispánico. “Es un juguete por fuera que encierra un mundo interno irresuelto que nunca terminas de comprender, y es también como creo que es el Perú: un país que intenta resolverse pero que no se resuelve”, contó Lanfranco en conversación con El Comercio.

Lanfranco ha expuesto su obra tanto en Perú como en el extranjero. ¿Lo valoran más afuera que dentro del país? La respuesta no es tan sencilla, depende incluso de qué obra se hable. Por ejemplo su otra creación, “El imaquinario de Yute y Tocuyo”, que gira en torno a personajes de influencia steampunk, causa a veces más interés en el extranjero. En el caso de Japón, por ejemplo, el concepto ‘kawaii’ (lo adorable, bonito) se aplica a la obra del peruano. En ese marco, Lanfranco cree que Waco puede tener más vínculo con los peruanos por esta nueva forma de entender la identidad, un personaje que “rescata lo tradicional pero tiene de contemporáneo”.

Su proceso de trabajo ha ido cambiando, empezando con la idea del juguete y transformándolo en algo más, con elementos de narrativa por el lado intelectual, con otros materiales y procesos (como la impresión 3D) en lo físico. ¿Y en el futuro? Tal vez la animación, videojuegos o un libro para colorear; lo que el Waco ordene.

Experiencia El Comercio

Si te interesa el trabajo de Lanfranco y eres suscriptor de El Comercio, puedes participar en el sorteo para . Tres suscriptores, que podrán ir con un acompañante, participarán en una sesión privada de arte y escultura con el artista en su showroom de la galería Cuatro en un Baúl de Barranco, Lima. Al acabar el taller, podrán llevarse a casa una escultura personalizada hecha por cada uno. El sorteo se realizará el martes 17 de octubre.


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