“Nadie puede matarme. Estoy bendecido. Soy un jodido católico”. Delirio. Presunción. Impunidad. Harvey Keitel es un violento, adicto y corrupto teniente de la policía, cuya vida parece ir a toda velocidad hacia el abismo. Investiga la violación y la golpiza a una monja mientras se sumerge en su propia oscuridad. “Teniente Corrupto” (“Bad Lieutenant”, 1992), la película a la que corresponden la frase y la descripción se convirtió en uno de los testimonios más impactantes de las posibilidades del cine independiente norteamericano a inicios de los 90. Su director, Abel Ferrara, había ya dado otros indicios de genio gracias a filmes como “China Girl” (1987), “Fear City” (1984), “El rey de Nueva York” (1990) y, sobre todo, “Ms. 45” (también conocida como “Ángel de venganza”, 1981), protagonizada por Zoë Lund, quien años más tarde fue guionista, precisamente, de “Bad Lieutenant”. Es la historia de una costurera muda que, tras sufrir dos violaciones en un mismo día, se convierte en una despiadada asesina en serie, con disfraz de monja incluido.
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El filme convertiría a Lund –entusiasta defensora del libre consumo de heroína- en una actriz de culto. Ferrara, que luchaba contra sus propias adicciones, ha llegado a decir que, quizás, sin drogas no hubiera hecho películas. “Recuerdo a Zoë cuando tenía 17 años en “Ms. 45” –nos cuenta el director, con claro acento de su natal Bronx, desde San Sebastián, España, donde está participando del festival de cine-. Era un brillante, fantástico ser humano, becada en la universidad, talentosa, inteligente, liberada, y luego la vi enganchada con muchas drogas, teniendo un romance con la heroína, viéndola deteriorada a tal punto de morir a los 37 años. Es un milagro que pudiera escribir “Bad Lieutenant” e interpretarla. Era brillante y sigue siendo increíble como actriz. Nos dejó la idea de que tenía aún mucho que darle a la vida de no haber sido por las drogas. Su historia es muy trágica.” Quizás como lección aprendida tras el fallecimiento de su amiga y de tantos otros compañeros de exceso, el director permanece “limpio” desde hace 8 años. “Ya no soy el jodido esclavo de un dealer”, ha confesado, mientras acepta que estuvo a punto de suicidarse algunas veces y que ha pasado la mayor parte de su vida viviendo como un gánster.
Para los cinéfilos peruanos es muy valiosa su participación en un festival como Al este de Lima. ¿Cómo valora la influencia de los festivales en la difusión de películas que, muchas veces, no llegan a las salas de cine comercial? La situación es peor aún en estos tiempos…
Bueno, hay que ser agradecidos de poder ver estas películas en estos tiempos, así sea solo online. No habría nada más emocionante que estar con ustedes en un cine de vuelta. Pero gracias a estos encuentros podemos ver cine con medidas de seguridad desde todo el mundo. Los festivales nos traen estas películas que normalmente no llegan. Ahora, yo tengo claro que las películas se deben ver en cines, que algunos de los actores o el director deben viajar al festival y hacer de esto una celebración, como debe ser, pero no es la manera como puede hacerse ahora. Entonces, tenemos que perseverar y encontrar la manera para seguir haciéndolo posible. Tenemos que apreciar que a pesar de estar a más de 10 mil kilómetros de distancia tenemos la suerte de estar conectados a través de estas plataformas para vernos unos a otros y escuchar nuestras voces. Claro, a mí me encantaría que pudiéramos estar sentados en una mesa, tomando un café o un whisky sin una máscara, pero esta es la manera como tenemos que hacerlo, entonces creo que es importante seguir adelante y aprovechar la oportunidad.
¿Ha considerado la idea de difundir sus filmes en plataformas de streaming como Netflix? A excepción de Pasolini, que me parece que pudo verse en la versión italiana de la plataforma, su filmografía difícilmente puede verse allí.
Me gusta la idea de las plataformas, sin embargo, esa idea de cine no es mi idea de cine. ¿Y qué puedo decir sobre Netflix? ¿Sabes?, estos tipos transmiten las películas que quieren transmitir. Y la gente que quiera ver mis películas, tendrá que buscarlas, aunque sé que a veces no es muy fácil. Quizás en comunidades de fans. Las encuentras con dificultad y por eso aprecias doblemente la oportunidad de haberlo hecho.
Su carrera se ha caracterizado por la creación independiente, lejos de los tópicos de la industria hollywoodense. ¿A qué retos debe enfrentarse un director para mantener su libertad creativa?
Bueno, no es realmente un reto porque no hay un compromiso. No hay una presión, porque yo como director tengo el control y la capacidad de tener la última toma y el corte final y proteger al filme en ese sentido para que se presente ante el público. Esa es una de las razones por las cuales vivo en Europa. Es allí donde encuentro la verdadera libertad. El verdadero cine es siempre sobre la libertad de explorar, la libertad de fallar, una visión singular, no sé cómo explicarlo…
¿Es una manera de defender al cine de autor por sobre el cine de productores, que es el que muchas veces se prioriza en la gran industria?
Yo hago cierto tipo de películas por determinadas razones. Son diferentes objetivos. En realidad no me importa, no estoy en una guerra contra Hollywood, solamente quiero desarrollar mi propio potencial.
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En 1981, mientras el mundo de las producciones millonarias estrenaba la primera película de Indiana Jones, usted lanzaba un filme como “Ms. 45” (titulado aquí “Ángel de Venganza”), sobre una mujer muda que se convierte en asesina en serie tras sufrir una violación. 40 años después, la gran cantidad de casos de abuso contra las mujeres sigue siendo una cruda realidad…
Cuando hablamos de la libertad de hacer películas y acerca de liberarse de la opresión es la misma batalla sobre las mismas mentes. ¿Sabes? Hacer películas, vivir tu vida, ver películas, todas las que puedas ver. Libertad de la opresión es… es estar vivo y la idea de compasión… yo soy budista, hombre, y hay una sola manera y es la manera de la compasión, que es la manera cristiana también, del mensaje de Cristo. Todo lo contrario es un comportamiento desviado. Y cómo lidiar con esos comportamientos es la pregunta. Yo no tengo la respuesta, pero trato de hacerme preguntas, trato de aprender al hacer este tipo de películas, abriendo mentes, no interviniendo de forma opresiva. Al final, el proceso de hacer películas es hacer despertar a la gente y que se motiven a hacer todo tipo de preguntas.
En “Bad Lieutenant” retrata con crudeza la corrupción policial; en “King of New York” se sumerge en las trampas de la mafia; en “The Addiction” aborda el vampirismo casi desde un punto de vista filosófico; en “Last Day on Earth” o “Pasolini” fue más íntimo. ¿Qué puede decir usted que tienen en común sus películas?
Encuentro que, tras toda una vida viendo películas, esto puede afectarte no importa cuánto trates de liberarte de la idea del pasado. A veces puedes tomar estos géneros, como las historias de vampiros o los filmes de desastres o los dramas de gánsteres y no puedes negar la capacidad que tienen tus propias películas para afectarte. Pero hay que encontrar una manera de celebrarlo. En este momento, estoy tratando de buscar la manera de entender, aprender y usar la historia y la educación que he recibido de estas importantes películas.
Ha llegado a trabajar con actores como Harvey Keitel, Isabella Rosellini, Juliette Binoche, Christopher Walken, Gerard Depardieu o Dennis Hopper, casi todos con personajes desquiciados. ¿Qué es lo principal que puede rescatar de haber trabajado con ellos?
Los mejores actores son los más difíciles y también traen alegría a la mesa (risas). De todas las personas que has mencionado hay muy buenos recuerdos, mucha alegría. Lo que más queda de los grandes artistas es el cariño, el amor por el proceso de filmación, por el trabajo, por su dedicación.
Y ahora, en “Siberia”, su protagonista nuevamente es Willem Dafoe, amigo y vecino suyo. ¿Cuál es la clave especial en su relación?
En este filme es Willem mismo representando al personaje. Y parte todo de la relación que tenemos y cuánto lo conozco. ¿Sabes?, después de 6 o 7 filmes juntos es muy sencillo empezar con él desde el principio del proceso e ir creciendo desde allí. Y es lo que se muestra en la película. Así, hemos logrado una manera bastante liberada de trabajar, porque nos conocemos bastante bien. La confianza, la amistad, el apoyo son importantes en la vida y en el filme. Y tiene que ver con las expectativas que tenemos sobre todo. El sentido de comunidad, de grupo, viene de su experiencia en el teatro, él trae mucho a la mesa. Le suma a todo el proceso, desde el origen de la idea hasta la presentación. Amarás estar ahí esa noche, lo sé. Ojalá las cosas fueran diferentes, porque él está suficientemente loco como para volar a Lima en estas circunstancias y a ustedes les encantaría estar ahí con él.
UNA AMISTAD DE DÉCADAS
Tras “Bad Lieutenant”, Ferrara firmó varias pequeñas obras maestras: “The Addiction” (1995), una historia de vampiros con trasfondo filosófico; “New Rose Hotel” (1998), una pesadilla futurista o “The Funeral”, el drama de una familia de gánsteres durante el velatorio de su hermano menor, recientemente asesinado que, para muchos, es su obra maestra. El 2014 vivió uno de sus momentos más polémicos, tras dirigir “Welcome to New York”, filme en el que dejaba al director del FMI, Dominique Strauss-Kahn (interpretado por Gerard Depardieu), como un depredador sexual. Fue demandado.
Ya en los 90 inició su amistad con el actor Willem Dafoe, hoy su vecino además en Roma y actor en seis proyectos suyos. Entre ellos, la lacónica “4.44 Last Day On Earth” (2011) o “Pasolini” (2014), el retrato de las últimas horas de vida del escritor y director italiano asesinado en 1975. Es Dafoe, precisamente, el protagonista de “Siberia”, la película que Ferrara presenta en el Festival Al Este. Aunque varios críticos la han definido como autobiográfica, para el director explora, por el contrario, la vida y motivaciones de Dafoe. “Para empezar, tenía unas imágenes locas de nieve y perros, aislamiento –nos cuenta Ferrara-. Además, estaba leyendo a Solzhenitsyn y el libro rojo de Carl Jung. Entonces, también estuve pensando en muchas películas, en muchos personajes destacados, pero decidí que ahora quería hacer una película sobre Willem y sobre su carácter en persona, verlo emocionalmente y experimentar eso, porque lo conozco muy bien, conozco la historia de los personajes que ha representado. En vez de pensar en un personaje, quería explorar sobre su personalidad, ya que es mi amigo.” Y agrega: “Quería hacer un filme de pensamientos, ideas, sentimientos, recuerdos, sueños, más que una historia convencional”.
FESTIVAL AL ESTE DE LIMA
XI FESTIVAL DE CINE DE EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL
Edición completamente virtual
Del 1 al 11 de octubre
Ticket general: S/. 49, como único pago para acceder a todas las películas
El miércoles 7, a las 11 a.m., Abel Ferrara brindará una masterclass
Más informes en https://www.peru.alestfestival.com/
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