Tom Cruise protagoniza esta nueva versión de "La momia".
Tom Cruise protagoniza esta nueva versión de "La momia".
Sebastián Pimentel

Esta vez cambiamos los cómics por el catálogo de monstruos de Universal Studios. “Drácula” (1931), “Frankenstein” (1931), “El hombre invisible” (1933) o “El hombre lobo” (1941) son algunos títulos originales que marcaron y prácticamente iniciaron el género de horror, cada uno como versión para la pantalla de las más populares novelas góticas del siglo XIX. La mayoría de ellos vieron la luz en la década del 30 del siglo XX –cuando el cine sonoro daba sus primeros pasos–, fueron protagonizados por Lon Chaney, Bela Lugosi o Boris Karloff, y filmados por James Whale o Tod Browning. 

Pues bien, animados por los éxitos multimillonarios de las franquicias de fantasía pobladas por los superhéroes de Marvel y DC Comic, Universal Pictures decidió reflotar su catálogo de monstruos de cara a la generación millennial. Para ello, han contratado a Johnny Depp para “El hombre invisible” y a Javier Bardem para encarnar a Frankenstein. También ha sido reclutado Tom Cruise, quien da vida en “La momia” –inspirada en la película homónima de Karl Freund de 1932, con Karloff– a Nick Morton, audaz aventurero que ambiciona encontrar un invaluable tesoro egipcio. 

No podíamos imaginar un destino más decadente e inmerecido para la mágica constelación de criaturas de la histórica Universal. Por lo menos, por lo que hasta el momento han dado con esta versión de “La momia”, han hecho extrañar a ese divertimento infantil que fue la versión homónima de 1999, con Brendan Fraser. Acá se ha querido regresar a los tonos oscuros y a la línea expresionista y gótica, pero con el errático protagonismo de una versión desencajada y totalmente extraviada del Tom Cruise/Ethan Hunt de la saga de “Misión imposible”. 

Cruise ha pasado por varias fases. De adolescente aprendiz de rebelde de las ochenteras “Risky Business” (1983) y “El color del dinero” (1986), hasta el ambiguo chupasangre de “Entrevista con el vampiro” (1994) o el atormentado doctor Harford de “Ojos bien cerrados” (1999), del director Stanley Kubrick –su etapa más artística e interesante–, su arrastre en la taquilla nunca se definió bien entre la actuación dramática y la simple ligereza llena de ‘glamour’. Hasta que tentó, ya en el nuevo milenio, un rol de héroe de acción que, para bien o para mal, se convirtió en su verdadero proyecto personal en Hollywood. 

El problema es que esa suerte parece estar acabando. Si su buena estrella duró con “Misión imposible”, ya se nota el desgaste en la franquicia de “Jack Reacher”. En “La momia”, lo vemos ya viejo, pero determinado a no parecerlo entre mucho bótox, retoques digitales y una serie de bromas que no dan risa. Su historia de amor con la princesa Ahmanet (Sofía Boutella) es una mala parodia de videoclips de baladas antiguas, mientras que su supuesta pesquisa lo hace ver como personaje inconsistente, en un mero ejercicio gimnástico que ha perdido toda brújula en la ficción. 

A estas alturas, uno se pregunta si el hecho de contratar a seis guionistas asegura un buen libreto o, más bien, echa a perder la película. El misterio de la princesa enterrada viva, la presencia ambivalente del Dr. Jekyll (Russel Crowe) o el romance del protagonista con la arqueóloga que lo secunda (Annabelle Wallis) están mezclados sin ton ni son, y filmados como si se tratara de un capítulo de la serie “MacGyver”, solo que lleno de aparatosos efectos digitales. Una lástima que Universal impulse su ciclo de Dark Universe con una cinta tan carente de imaginación y misterio. 

AL DETALLE
Calificación: 1 estrella de 5
Título original: “The Mummy”.
Género: acción, aventura, fantasía.
País y año: EE.UU., 2017.
Director: Alex Kurtzman.
Actores: Tom Cruise, Sofía Boutella, Annabelle Wallis.

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