De Vin Diesel uno imaginaría que es un hombre seguro de sí mismo, muy sereno y siempre con todo bajo control, pero en una entrevista con Efe, ante el estreno de la cinta “Bloodshot”, esta enorme estrella del cine de acción aseguró que solo se ve como “un campeón de los que llevan las de perder”.
El rey de las explosiones descomunales, las persecuciones con el acelerador a fondo y las peleas al filo de la muerte con sagas como “Fast & Furious” protagoniza “Bloodshot”, que se estrena hoy en España, cinta dirigida por Dave Wilson y en donde Diesel está acompañado por Eiza González, Guy Pearce y Sam Heughan.
Basada en los cómics de Valiant, esta película se centra en un soldado que es resucitado con la nanotecnología más increíble y convertido en un mercenario de élite al servicio de un poder más tenebroso de lo que parece a primera vista.
Supongo que recibe cada año muchos guiones y proyectos de acción. ¿Qué vio de especial en “Bloodshot”?
Mmm... ¿por qué esta? Lo primero, me encanta animar al que tiene las de perder. Es lo que soy. Siempre he sido así, me gusta un buen desafío. Cuando era niño jugaba al ajedrez e iba a Washington Square, en Nueva York, a jugar partidas rápidas. Era un niño, pero solo jugaba con los que me podían ganar.
A lo que voy es que siempre he sido un campeón de los que llevan las de perder. También sentí que Valiant Comics, aunque sean un best-seller, no son tan conocidos globalmente como DC o Marvel. Eso era interesante. Y además me gustó el hecho de que si son best-seller es porque hablan de temas muy interesantes como el trastorno por estrés postraumático y lo incorporan al subgénero de los héroes. Eso me parecía dinámico.
A menudo interpreto personajes que son el epítome del autocontrol, que están en control de su destino. Este no es así. Es un personaje que, a falta de una mejor expresión, está jodidamente loco. Y es así porque no está en control...
Le están manipulando.
Están manipulando su cerebro, pero no manipulando en el sentido más obvio y directo que todos sentimos en la sociedad. Le están manipulando incluso cuando duerme. Eso es un golpe bajo. Si no puedes dejar a un alma tener sus sueños, vas a crear una inestabilidad mental muy rápida. También está la idea de que es la máquina de matar más eficiente y letal que hemos visto, pero está siendo manipulado para hacerlo por medio de su corazón, están torturando su corazón...
Su parte emocional, aunque sea como una máquina.
Exactamente. Así que me gusta el reto de dar vida a un personaje que evoca miedo y empatía al mismo tiempo.
Esta película alude al lado más oscuro de la tecnología y hemos visto recientemente muchas cintas sobre un futuro muy pesimista. Hace años quizá teníamos una idea más utópica del porvenir, quizá un futuro más brillante. ¿Por qué tenemos ahora tanto miedo del futuro?
Es una gran pregunta. Sin haberlo pensado demasiado, mi respuesta instintiva sería que hace unas décadas teníamos una mejor relación con el progreso de la tecnología y creo que ahora hemos perdido esa relación. Me parece que ahora no podemos retomar las riendas y eso nos hace sentir un poco, quizá no pesimistas, pero sí fuera de control.
La tecnología vuela tan rápido... No pensábamos en coches autónomos hace treinta años: pensábamos en ir al espacio, intentábamos pensar en cosas idealistas. Así que creo que es el ritmo al que la tecnología avanza lo que nos hace sentir que hemos perdido el rumbo y que ya no lo podemos mantener.