Clara Sánchez: "El amor puede convertirse en una droga"
Clara Sánchez: "El amor puede convertirse en una droga"
Redacción EC

ENRIQUE PLANAS

La más reciente Premio Planeta se ha metido en la estrecha piel de una modelo de pasarela. Pero Clara Sánchez no quería contar la historia de una maniquí engreída en la industria de la moda. Su plan era reflexionar alrededor del éxito y del fracaso, del miedo a perderlo todo, así como las relaciones vampíricas que se establecen con el amor mal entendido. La escritora española buscaba un personaje que fuera susceptible de sufrir todo aquello. Y lo encontró de la forma más banal, hojeando una revista de moda en el consultorio del dentista: vio la imagen de una modelo guapa y espigada, pero con una mirada enferma de miedo. Parecía formular un delicado llamado de auxilio. Su vista saltó de las botas, del cinturón y del resto de accesorios para enfocarse en esa enigmática muchacha, a quien bautizó como Patricia y la convirtió en la voz narrativa de , su laureada novela.

 
No es gratuito que no haya muchas novelas protagonizadas por una modelo. Supongo que tenemos un enorme prejuicio contra ellas...
Más que prejuicio, es que son invisibles. No las vemos como seres humanos. Se diluyen entre la ropa. Una modelo es la metáfora más fiel del mundo actual, pendiente de la imagen. Trabajando en el personaje de Patricia, me di cuenta de que se trata de personas con una profesión muy estresante. Y, aunque aparentemente una modelo lo tenga todo, eso no borra los demonios que podemos llevar. 
 
Te confieso mi prejuicio de lector masculino: al inicio del libro, no creía que una modelo podía verbalizar tan bien sus angustias. Solemos considerarlas cabezas huecas.
Es un prejuicio que hay que romper. Yo no quería una narradora filosófica, pero sí una chica como tantas, que siente y sufre su propio proceso vital. Mi protagonista se hace consciente de su propia filosofía de vida.
 
Se hace consciente, por ejemplo, de que para amar a los demás debe amarse primero a sí misma. En la novela hablas de la “vampirización” en las relaciones afectivas...
Patricia tiene que luchar por encontrarse a sí misma. Ella se ha entregado sin reservas a un pintor cuya carrera no logra arrancar. ¿Qué ocurre cuando anteponemos la felicidad del otro por encima de la nuestra? Pues que estamos creando un vampiro, alguien con el poder de manipularnos.
 
¿Esa forma de amar tiene que ver con nuestra culposa formación católica?
Sí, por una parte. Pero también está esa recompensa que nosotros queremos arrancarle a la vida para hacerla más tolerable: el amor romántico. Algo que se puede convertir en una droga. 
 
¿Cómo no pensar en el personaje de Patricia como un símbolo de la España contemporánea, pendiente de la imagen y del éxito que, de pronto, se golpea y se rompe los huesos?
Patricia somos todos. Primero es una chica de éxito, a la que le va bien. Siente que tiene que contentar a todos, se siente culpable de que los demás no tengan su éxito. Pero un día, empiezan a sucederle cosas que la empujan a un bucle paranoico:  empieza a darse cuenta de que nada es como ella creía. Y aquí entramos en la España contemporánea. Patricia es un reflejo de lo que nos ha pasado a todos: nos hemos sentido engañados y manipulados. Todos vivimos en el terreno de la desconfianza.
 
Pero “El cielo ha vuelto” no es un tratado sobre el amor. Desde la primera línea, se nos presenta como un policial...
Sí, es un policial. De un tiempo a esta parte me gusta escribir policiales que no repitan los tópicos del género. Me encanta el suspense. En una novela tenemos que hablar de todo, pero por favor, ¡también tiene que ser entretenida! Me interesé mucho en las técnicas de Alfred Hitchcock para crear sus maravillosos suspenses. Me acordaba mucho de una escena de su filme “Los pájaros”, en que Tippi Hedren fuma despreocupada, sentada en un columpio en el patio de recreo de un colegio. Sin embargo, detrás de ella, vemos cómo pájaros negros van amontonándose en los cables de luz. No son los pájaros lo que nos inquieta, ¡es ella que no se da cuenta de nada! Siempre he creído que esa famosa escena es una metáfora del origen de nuestras angustias. A todos nos gustaría decirle: “¡Vuélvete y mira!”.

EL DATO

Clara Sánchez firmará libros hoy en la Librería Crisol de Miraflores (Av. Santa Cruz 816, Óvalo Gutiérrez). La firma es a partir de las 7 y 30 pm. Entrada libre.

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