Eduardo Chirinos, el lobo ya no está [PERFIL]
Eduardo Chirinos, el lobo ya no está [PERFIL]
Enrique Planas

Cada libro tiene una historia secreta. La de “Mientras el lobo está”, su poemario editado en España hace cinco años tras obtener el XII Premio de Poesía Generación del 27, era una historia muy íntima. Un día, recorriendo la avenida del Ejército con su madre, al cruzar el puericultorio Pérez Araníbar, ella le comentó que su abuela paterna había trabajado en esa institución, y como no tenía con quién dejar a su hijo, lo llevó a jugar con los niños huérfanos.

pensó en su padre de otra manera. Si antes lo creía distante y autoritario, entonces lo imaginó como un niño que trataba de entrar a la ronda de los huérfanos sin conseguirlo. Así lo retrató en ese libro, reflexionando sobre la ronda que cantaba: “Juguemos en el bosque mientras el lobo está”, juego perverso que solo puede ser jugado cuando se está amenazado por la muerte.

VOZ DE LOS OCHENTA
Eduardo Chirinos falleció la mañana del miércoles, víctima de cáncer. Nacido en Lima, en 1960, fue una de las voces más notables de la Generación del 80. Egresado de la PUCP, destacó tanto por textos teóricos como “La morada del silencio” como por poemarios como “Cuadernos de Horacio Morell” (1981) y “Breve historia de la música”, premio Casa de Amé- rica de Poesía Americana el 2001.

La obra de Chirinos, quien se desempeñó, además, como docente universitario en España y Estados Unidos, es una metáfora de las opciones que enfrentamos los peruanos: la orfandad o la locura. En los últimos años, el poeta había asumido su deterioro físico, sin nunca perder la alegría ni las ganas de escribir. La suya es una poesía llena de detalles aparentemente insignificantes que, vistos con ojos puros, de niño y de poeta, resultan siempre sobrecogedores.

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