Cuando se habla de Pedro Cateriano Delgado, se le suele destacar por el hecho de haber fundado el Premio Copé, el galardón literario de más larga data en el Perú. Sin embargo, se obvia un hecho quizá más importante: que fue el único jurado permanente de los concursos desde su creación en 1979 hasta el 2019. Un total de 39 participaciones que lo convirtieron en uno de los más importantes y directos conocedores de nuestras letras.
LEE TAMBIÉN: “Ave Soul” de Jorge Pimentel: el mítico poemario se adapta ahora a la música clásica
Fue durante su labor como gerente de Relaciones Públicas de Petroperú que propuso crear un premio que estimulara a las plumas más destacadas del país. Lo bautizó como Copé, en referencia a la brea que los antiguos peruanos usaban como combustible, y en pocos años se volvió el galardón mejor dotado económicamente en el Perú.
Desde su primera edición, en que se premió al escritor cusqueño Washington Delgado, el Copé ha reconocido a figuras como Óscar Colchado, Cromwell Jara, Gregorio Martínez, Eduardo Chirinos y Pablo Guevara, en sus cuatro categorías: poesía, cuento, novela y ensayo. Salvo un año en que no se realizó (en 1990), el Copé se convirtió en una tradición de la literatura peruana, en gran parte gracias al empuje de Cateriano.
PÁGINAS LIBRES
Nacido el 15 de junio de 1927, en Arequipa, Cateriano Delgado se desempeñó como director de la página cultural del diario La Prensa y trabajó también en El Comercio, donde escribió en el suplemento El Dominical y fue jefe de la sección Extensión Comunitaria, que organizaba los semilleros.
Su producción poética también fue fecunda. Allí están los libros “La siesta del haragán y otras indiscreciones” (1948), “Más amigo de Platón” (1979), “El demente imperturbable” (1982), “Más bien a mi favor” (1986), “Suma Tecnológica” (1990) y “Secretamente metafísico” (1992). En los últimos años de su vida, sin embargo, se dedicó a la escritura de obras teatrales.
“Razones para no abatirse”
(del poemario “El demente imperturbable”, de Pedro Cateriano Delgado)
Esta insignificante vida mía
de improviso
hoy completa una hazaña
encontrando el escape
mejor dicho un ingreso
a los perfiles y variantes
que evidencian reflejos
sombras y vibraciones
de tu figura enajenante
con aplicaciones multimedia
y transmisión molecular
mi realidad virtual
marginada del tiempo
y de su circunstancia
converge fácilmente junto a ti
en el tema del lienzo
(al principio en la sombra
y de espaldas
luego
con el paso de la luz
y de los años
lentamente iré girando
en un acercamiento permitido
es decir sin hacer nada
sin hablar)
después cuantos aprecien
la mentira de la tela
o intenten retocar con la mirada
tus gestos esenciales
(mi exactitud formal)
iniciarán sus cuentos
sobre aparecidos
extremando detalles de osadías
que no nos atrevimos.
TE PUEDE INTERESAR
- Emilio Adolfo Westphalen: a 20 años de la penosa muerte del gran poeta peruano
- José Antonio Mazzotti: “Arguedas es un héroe cultural, como Garcilaso y Vallejo” | ENTREVISTA
- ¿Vale la pena leer el libro sobre los últimos días de Gabriel García Márquez escrito por su hijo?
- Día del niño: “Diosario”, el libro que acerca los mitos de las deidades peruanas a los más pequeños
- Miguel Ildefonso: “Con la poesía ocurre lo que le sucedió a la música clásica: se ha vuelto solo para especialistas”
Contenido sugerido
Contenido GEC