Hablar de Yuval Noah Harari (Kyriat Atta, 1976) es referirse a uno de los pensadores más influyentes y provocadores de nuestra época. Historiador y escritor, su primer libro, “Sapiens: de animales a dioses” (2011) fue un monumental éxito de ventas y un triunfo para la crítica, que aplaudió su original y persuasiva mirada de la evolución humana, su asombroso conocimiento multidisciplinario y la amena legibilidad de su estilo, que lo hace sumamente accesible al lector común. A “Sapiens” le siguió “Homo Deus: breve historia del mañana” (2015), un ensayo acerca del futuro de nuestra especie que aborda sus especulaciones por medio de un ingenio mordaz y una agudeza desarmante, que se han convertido en una marca distintiva de este autor. En su última entrega, “21 lecciones para el siglo XXI”, Harari ha optado por investigar los retos que el presente nos emplaza desde diversas perspectivas: la creciente desigualdad, la inmigración, el renacido peligro de la guerra nuclear o la influencia de las religiones.
El libro de Harari, al tratar tan disímiles temas, es inevitablemente disperso. Sin embargo, la idea principal bajo la que ha organizado estas lecciones ha sido delimitada con claridad: tras el descrédito del fascismo luego de la Segunda Guerra Mundial y la caída del comunismo, simbolizada en el derrumbe del Muro de Berlín, el único relato que quedó en pie y sin oposición fue el liberal. Incluso algunos intelectuales liberales decretaron un fin de la Historia que ha debido postergarse forzosamente. El liberalismo no ha logrado ofrecer soluciones convincentes a los muchos problemas del siglo XXI –la automatización laboral, la fusión de la infotecnología y la biotecnología– y se ha visto desafiado por viejos fantasmas con nuevos rostros –el nacionalismo, el terrorismo y la posverdad– que, a pesar de sus ímprobos esfuerzos, no está ni siquiera cerca de derrotar.
Harari reconoce que, de todos los relatos ideológicos, el liberalismo es el que goza de credenciales más presentables y que su aplicación ha generado los mayores índices de prosperidad y paz que la humanidad registra. No obstante, señala que su actual descomposición ha producido en los países que lo adoptaron como sistema la nostalgia por un pasado de grandeza que ha entronizado a caudillos circenses tipo Donald Trump o Boris Johnson. Y no solo eso: aunque uno de los grandes méritos de los liberales ha sido su rechazo a toda clase de dogmas, ellos mismos han caído en lo mismo que abominan, reconfortándose con verdades absolutas que, a pesar de los hechos, siguen manteniendo casi sin discusión.
El caso más evidente es creer que la fórmula infalible contra los regímenes dictatoriales más brutales y totalitarios es su derrocamiento y la inmediata celebración de elecciones generales, como si estas fueran la panacea para transformar por ensalmo a países atrasados y carentes de tradición democrática en naciones modernas y desarrolladas. Cierto que las consecuencias de este dogma liberal son menos horrendas que Auschwitz o el Gulag, pero de todas formas han desencadenado graves inconvenientes. El más obvio: la justificada desconfianza y animosidad del mundo árabe frente a las potencias occidentales y las reglas de juego que estas le han impuesto.
“21 lecciones para el siglo XXI” está repleto de verdades como estas, que resultan a veces dolorosas de aceptar porque, a diferencia de los libros anteriores de Harari, no están atenuadas por la naturaleza irreparable del pasado ni por esa benéfica sensación que otorgan las advertencias sobre un futuro que se nos antoja siempre remoto. Son realidades urgentes y tangibles para las que aún no tenemos una respuesta o antídoto. Harari tampoco nos los brinda, aunque ofrece algo quizá más valioso: la capacidad de elegir. Pero también nos recuerda que el tiempo para ejercerla se acorta. Y que nuestro momento es aquí y ahora.
LA FICHA
“21 lecciones para el siglo XXI”
Autor: Yuval Noah Harari.
Editorial: Debate.
Año: 2018.
Páginas: 372.
Calificación: ★★★★.