Billie Eilish en los American Music Awards 2019. (Foto: AFP)
Billie Eilish en los American Music Awards 2019. (Foto: AFP)
Redacción EC

se alzó con el premio a Artista femenina favorita de pop / rock en los 2019 al imponerse a favoritas como Ariana Grande y Taylor Swift.

Una vez en el escenario, Eilish, emocionada, agradeció al público y a los artistas que le sirvieron de inspiración en la construcción de una carrera musical.

“No puedo creer que estoy aquí (en el escenario siendo premiada), estoy temblando. Nací amando a estos artistas, no puedo creer lo que está pasando, gracias al público, a todo el mundo”, manifestó la cantante de 17 años.

Billie Eilish es la artista más joven en ser nominada a las seis más importantes categorías de los Grammy Awards.

En una entrevista en Jimmy Kimmel Live, ella comentó que ni las nominaciones la pudieron sacar de su cama. “Eso se publicó a las qué, 5 a.m. ¡No me voy a despertar por eso! Yo estaba muerta”, comentó.

Mi mamá vino y me despertó, y yo estaba medio dormida, como, ‘genial’”, agregó la joven cantante. Aclaró también que pese a que se perdió la nominación en vivo, sintió que era un gran logro estar nominada a Mejor Artista Nuevo, Canción del Año, Grabación del Año, Álbum del año y más.

“Los Grammys son los Grammys. Es como, por más genial que sea todo lo demás, se trata de los Grammys [...] Como cada año, mi familia y yo nos sentamos en la sala y vemos los Grammys, dijo la estadounidense.

Cabe recordar que esta es la primera presentación de Billie Eilish en una premiación durante los American Music Awards 2019.

Eilish tiene el record de ser la primera persona nacida en este siglo cuyo álbum llegó al puesto 1 del ranking Billboard 200. Más asombroso es que lo haya conseguido bajo sus propios términos, sin un mánager tiburón detrás diciéndole qué cantar, cómo comportarse en entrevistas o, más notorio todavía, cómo vestir. En este punto ha conseguido imponer entre sus seguidoras una moda de ropas holgadas que es antítesis de lo que hizo Britney Spears a su edad, hace 20 años. Se viste así, dice, para que nadie sepa cómo es su cuerpo, en una mezcla de dismorfia corporal con crítica a la forma en que la industria musical suele presentar al cuerpo femenino.

En lo estrictamente musical también se ha impuesto con precoz autoridad, arrojando al tacho el manual de cómo se hace una estrella pop en este siglo. Para empezar, ha prescindido de los famosos campamentos de composición, que es como se crean los hits hoy. En ellos, las estrellas se van de retiro con un ejército de productores que elaboran intensos brainstormings musicales. Una frase, un beat, una melodía, todo es arrojado a una moledora de la que con suerte emerge una canción. Si te preguntaste por qué canciones de Drake, Beyoncé o Madonna vienen firmadas por quince personas, pues ese es el motivo.

En cambio, Billie compone y graba sus canciones en su casa, sentada en la cama de su hermano, quien coescribe y produce con sobriedad minimalista. Uno de sus mayores hits, ‘Bad Guy’, que esta semana ha llegado al número uno del Billboard Hoy 100, debe tener apenas cinco timbres diferenciables: bajo sintetizado, batería programada, un teclado que lanzar el hook, chasquidos y susurros. En ‘Bury a Friend’, estimulante canción de cuna digna de pesadilla, samples tétricos erigen un esqueleto rítmico inclasificable, con una estructura que recuerda los momentos más quemados de Yeezus, el disco “Death Grips” de Kanye West.

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