Una información aparecida esta semana en la prensa británica ha obligado a muchos fans de los Beatles a cuestionar la veracidad de algo que durante décadas dieron por sentado: que mientras grababan el disco “Abbey Road” (próximo a cumplir 50 años), ellos sabían que se trataba de su obra final. El razonamiento sobre el que basaban esa convicción se puede resumir así: las relaciones entre los cuatro venían mal de tiempo atrás, dentro y fuera del estudio, y, en consecuencia, tenían que saber que la separación era inminente. No pocos cronistas de la historia del grupo, además, han respaldado esa tesis.
Ahora, no obstante, Mark Lewisohn, uno de los historiadores más serios –y con acceso privilegiado a las fuentes oficiales– del fenómeno beatle, ha divulgado la grabación de una reunión entre Lennon, McCartney y Harrison que tuvo lugar el 8 de setiembre del 1969 y en la que conversan sobre la posibilidad de registrar un nuevo álbum y hasta un ‘single’ para el mercado navideño de ese año. La reunión fue grabada a fin de que Starr, que se encontraba hospitalizado, estuviera informado de lo que se había discutido en ella: entre otras cosas, la propuesta de John de que el siguiente disco contuviera cuatro canciones de cada uno de los beatles allí presentes y dos de Ringo (si le apetecía).
Para dolor de los fans, ese álbum nunca llegó a ser grabado, pero el detalle que la noticia aporta es que, si la última sesión de “Abbey Road” fue el 20 de agosto y el 8 de setiembre ellos estaban considerando la posibilidad de registrar nuevo material, es evidente que la teoría de que siempre supieron que ese ‘long play’ sería el último es equivocada.
La verdad, no obstante, es que esto ya se sabía. Lo dice Ringo con todas sus letras en el episodio final del documental “Anthology” y lo sugieren también circunstancias como el hecho de que Lennon, Harrison y Starr fueran juntos a ver la participación de Bob Dylan en el concierto de la isla Wight, el 31 de agosto de ese año. Hay fotos de ese concierto en las que se los ve sentados muy cerca al uno del otro, lo que no se condice con la idea de que los problemas personales habían terminado por disolver ya a esas alturas la banda.
Divorcio chimoltrufio
¿Pero cuándo, entonces, se rompió verdaderamente el cuarteto? Con frecuencia se postula el 20 de setiembre de 1969 como fecha para ese fatídico acontecimiento. Tras una presentación en un festival de rock en Toronto en el que tocó con Eric Clapton y otros músicos, John se sintió envalentonado y en una reunión de negocios les dijo ese día a Paul y Ringo (George es taba fuera de la ciudad) que quería “un divorcio” y salió de la habitación de manera dramática.
A sus compañeros el anuncio no les cayó nada bien, pero lo cierto es que tampoco asumieron que fuera algo definitivo. Lennon en cierta medida era un precursor de la ‘Chimoltrufia’, y así como decía una cosa, podía decir otra. De hecho hay declaraciones suyas a la prensa, posteriores a esa reunión, en las que habla del futuro de los Beatles y las posibilidades de que volviesen a tocar en vivo (“Probablemente será, ya saben, un renacimiento para todos nosotros”, llegó a decirles a las publicaciones “Rolling Stone” y “New Musical Express” a principios de 1970). Y algo parecido sucede con Harrison.
Las cosas se habían puesto indudablemente difíciles. La intervención de Allen Klein en los asuntos financieros de Apple (un hombre de negocios de malos modales y peor reputación que contaba con la aprobación de Lennon, Harrison y Starr, pero era rechazado por McCartney) y la irrupción de Yoko Ono en la vida de John habían introducido una importante dosis de estrés en la banda, pero ya antes Ringo y George habían hecho el ademán de dejarla y habían sido persuadidos de regresar. ¿Por qué no podía ocurrir lo mismo con John?
Adicionalmente, si tan hastiado estaba Lennon del grupo, ¿cómo así convocó a Starr para tocar en el primer auténtico ‘single’ de la Plastic Ono Band (“Cold Turkey”, grabado el 30 se setiembre de 1969) y a Harrison para tocar en el segundo (“Instant Karma”, grabado el 27 de enero de 1970)?
En Año Nuevo, por otra parte, George, Paul y Ringo estuvieron juntos en una fiesta organizada por este último; y el 3 y 4 de enero de 1970 participaron de sesiones de grabación en las que dieron los toques finales a las canciones “I Me Mine” y “Let It Be” (John estaba de viaje en Dinamarca).
Miss O’Dell
Por último, nadie parece haber reparado lo suficiente en lo que cuenta en su libro de memorias sobre sus aventuras en el mundo del rock ‘n’ roll la señora Chris O’Dell: una especie de ‘groupie’ norteamericana que llegó a trabajar en Apple a fines de los sesenta y trabó especial amistad con la primera esposa de Harrison, Pattie Boyd. En el libro, titulado “Miss O’Dell” en recuerdo de una canción que George le dedicó alguna vez, ella cuenta que, en marzo de 1970, estaba viviendo en Friar Park (la mansión que los Harrison acababan de comprar) cuando a Pattie se le ocurrió organizar una fiesta para el 17 de ese mes, en que cumplía años. Solo asistirían “los íntimos”, no más de 20 personas le prometió a su esposo. Y él acogió la idea.
Pues bien, la fiesta tuvo lugar en la fecha indicada –¡casi seis meses después de la reunión en la que Lennon dijo que dejaba la banda!– y entre “los íntimos” se contaron los otros tres beatles y sus esposas.
La jornada festiva incluyó una excursión por los cavernosos túneles subterráneos de la mansión que el excéntrico dueño original, sir Francis Crisp, mandó excavar a mediados del siglo XIX. Y alguno de los invitados comentó que ese sí que era un ‘tour mágico y misterioso’, provocando la risa general.
Luego, siempre según O’Dell, estuvieron todos congregados alrededor del fuego del hogar en una de las salas principales y ella se ocupó de que las copas nunca estuviesen vacías: en general, una circunstancia social poco imaginable entre cuatro excamaradas supuestamente enemistados y separados.
Hay que decir que en uno de sus libros (“The Beatles Day by Day”), el ya mencionado Mark Lewisohn alude a la fiesta, pero solo incluye entre los invitados a Ringo y a su entonces esposa, Maureen Cox… Pero él no estuvo en la fiesta y O’Dell, sí. Para salir de dudas, habrá que preguntarle a Peter Frampton que, de acuerdo con la autora del libro, estuvo presente en la celebración.
En cualquier caso, si la señora O’Dell dice la verdad, esa tranquilamente podría haber sido la última ocasión en que los miembros de la mítica banda estuvieron juntos en un mismo ambiente… y sin saber todavía que la separación era un hecho inexorable.
¿Qué pasó, entonces, entre ese día y el 10 de abril en que McCartney, al tiempo de lanzar su primer álbum solista, anuncia la mala nueva a los cuatro vientos? La respuesta, que existe, es larga y podría ser ocasión de una nueva entrega.