La industria musical peruana espera iniciativas por parte del Ministerio de Cultura y las sociedad de gestión colectiva. (Foto: AFP)
La industria musical peruana espera iniciativas por parte del Ministerio de Cultura y las sociedad de gestión colectiva. (Foto: AFP)
Alexandra Ojeda Briceño

En un estado de emergencia vigente, con aislamiento social obligatorio y más de 1300 infectados, la pandemia del ha golpeado casi todos los sectores económicos del Perú. La industria del entretenimiento es, tal vez, uno de los sectores más afectados; y con él, la música. La prohibición de eventos sociales ha dejado sin ingresos inmediatos a miles de músicos independientes, técnicos de escenario, sonidistas, ingenieros de iluminación y casi la totalidad del aparato operativo llamado ‘show business’. Junto a ellos arreglistas, autores, compositores, productores y promotores musicales hacen malabares para solventar sus gastos diarios en plena cuarentena.

PREOCUPACIÓN LATENTE

Muchos músicos viven del día a día, de las presentaciones”, asegura Felipe Pumarada, músico y director musical que ha cancelado 7 shows desde la declaratoria de emergencia; y cuya hermana ─corista de Eva Ayllón─ se quedó sin una gira por Estados Unidos.

Peor situación viven los músicos de orquesta, quienes ya han perdido más de 10 horas de trabajo diarias cada fin de semana; sin contar sus actividades complementarias o alternas en orquestas para eventos corporativos y casinos. A esto se suma el alquiler de equipos y personal para montar los escenarios; aspectos que corren a cuenta de los promotores de eventos.

Estamos acostumbrados a hacer tres eventos en una temporada de seis meses y así es como planificamos el año. Ahora debemos contemplar una temporada más amplia reprogramando dos de los eventos que hacemos y adaptarnos a todos los cambios que eso implique”, afirma Lionel Igersheim de la organización Selvámonos.

Tania Libertad celebrando sus 50 años de carrera artística en el Teatro Municipal de Lima. (Foto: AFP)
Tania Libertad celebrando sus 50 años de carrera artística en el Teatro Municipal de Lima. (Foto: AFP)

Para hacerse la idea, la reprogramación de un concierto a mediana o gran escala implica la gestión de alrededor 12 empresas implicadas en el proceso, además de la productora. Considerando solo espectáculos internacionales, ya se tiene más de una veintena de cancelaciones pendientes de una nueva fecha.

De acuerdo al presidente del Sector de Espectáculos Artísticos, Culturales y Afines – Arena, Jorge Fernández, los eventos programados para marzo, abril y mayo vienen siendo pospuestos para el último trimestre del 2020 y mediados del 2021. Como hay tantos países involucrados, los arreglos van a ser desde octubre y noviembre hasta abril del año que viene”, sostiene.

Esta medida ha sido adoptada por empresarios de pequeños y grandes espectáculos para no perder todo lo invertido en los shows que ya tenían agendados. “Vemos el negocio como un negocio anual y no como uno puntual”, declara Guillermo Vallejos, gerente de Tutuma Producciones.

Tony Succar tocando la batería en un ensayo del Festival Internacional de Jazz en La Habana. (Foto: AFP)
Tony Succar tocando la batería en un ensayo del Festival Internacional de Jazz en La Habana. (Foto: AFP)

POCA REPRESENTACIÓN

Sin embargo, no solo se trata de reprogramaciones en la era del coronavirus. La todavía endeble base laboral sobre la que se rige más del 70% de la industria musical en el Perú deja sin respaldo a sus profesionales en situaciones de riesgo como la actual.

El mercado musical peruano es mayoritariamente independiente, esporádico y poco fiscalizado. No existe una verdadera representación para este sector, más allá de las sociedades de gestión colectiva; cuyo principal fin es administrar regalías de propiedad intelectual, y no precisamente respaldar derechos laborales.

Hay mucha preocupación sobre qué va a pasar con los músicos, porque la mayoría no tiene un sueldo fijo, una CTS ni una AFP”, advierte Pumarada; pues mientras la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) vela por estos derechos en empresas formales, ¿quién lo hace en las informales, como la mayoría en este rubro?

Así es como la Asociación Peruana de Autores y Compositores (APDAYC), la Sociedad Nacional de Intérpretes y Ejecutantes de la Música (SONIEM) y la Unión Peruana de Productores Fonográficos (UNIMPRO) resultan esfuerzos insuficientes ante la crisis del coronavirus.

Lucho Quequezana ensayando en su estudio de grabación en Lima. (Foto: AFP)
Lucho Quequezana ensayando en su estudio de grabación en Lima. (Foto: AFP)

MEDIDAS DE PROTECCIÓN

A pesar del panorama, los músicos no bajan los brazos. Al mismo estilo que Alejandro Sanz y Juanes, los artistas peruanos se refugian en las redes sociales para mostrar su trabajo. Conciertos online y sencillos relacionados al COVID-19 son las medidas más populares en los últimos días, pero, ¿realmente ayudan?

Lo único que se puede hacer ahora es trabajar para el futuro”, dice Juan Carlos Estremadoyro, ingeniero de mezcla y docente universitario; quien es escéptico ante la posibilidad de que estas acciones generen ingresos importantes. “Lo máximo que va a hacer es que los conozcamos, que se hagan más populares; pero monetizar directamente, no creo”.

Esto se explica por cómo las plataformas digitales generan dinero a sus usuarios. En YouTube, por ejemplo, se necesita una cuenta con un mínimo de 1,000 suscriptores y 4,000 horas de visualización para producir ganancias al cabo de un año.

Los ingresos por streaming son todavía muy bajos para la mayoría de artistas independientes y los experimentos de conciertos virtuales aún no demuestran que pueden ser una real fuente de ingresos”, manifiesta Igersheim.

Rafael Pereira y Felipe Salmón, miembros de Dengue Dengue Dengue. (Foto: AFP)
Rafael Pereira y Felipe Salmón, miembros de Dengue Dengue Dengue. (Foto: AFP)

POSIBLES SOLUCIONES

El bono de S/380 a trabajadores independientes y el subsidio del 35% para solventar salarios menores a S/1,500 no son una luz de esperanza para gran parte de la industria musical peruana. Mientras la primera iniciativa supone estar registrado ante la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (SUNAT), la segunda exige estar en planilla. Dos realidades aún lejanas para el rubro.

No obstante, por parte de APDAYC y SONIEM existe una ilusión. Según el director general de APDAYC, Rubén Ugarteche, sus asociados han recibido diferentes bonos y anticipos de renta como apoyo social frente a esta crisis; además de contar con el pago anticipado de sus regalías, pese a los casi 4 millones de soles menos en su recaudación prevista.

La APDAYC ha dado S/700 como anticipo de renta a todas las categorías de Miembros Asociados, y para los Miembros Asociados Expectantes les hemos dado un bono de S/340. Acabamos también de aprobar un bono de S/200 para los Miembros Administrados que el año pasado generaron desde S/500 en el año y que tienen cinco años de miembros”, precisó.

Además, Ugarteche confirmó el envío de una carta al Presidente de la República solicitando facilidades para el sector como la exoneración del pago del impuesto a la renta a sus asociados, mayor difusión de obras nacionales y autorización para destinar mayores recursos en gasto social.

SONIEM parece también tener esta voluntad, aunque sin posibilidad de llevarla a cabo. Los asociados a esta entidad vienen solicitando el adelanto del pago de regalías previsto para setiembre.Muchos músicos estamos viendo a ver si SONIEM acepta adelantar la mitad de los haberes que le corresponde a cada asociado y, de esa manera, tener una ayuda económica”, asegura Pumarada.

No obstante, a través de un comunicado a sus asociados, SONIEM informó sus dificultades para adelantar regalías; además de revelar incapacidad económica para otorgar bonos de solidaridad. “SONIEM recauda un promedio anual de S/8 millones y destina al fondo socio cultural un aproximado de S/600 mil y si este año la recaudación se reduce casi a un 50% de sus ingresos, el fondo socio cultural también se reduciría a la mitad”, explica el oficio.

Músicos peruanos en el quinto Festival Internacional del cajón peruano. (Foto: AFP)
Músicos peruanos en el quinto Festival Internacional del cajón peruano. (Foto: AFP)

Los empresarios de eventos, por su parte, ven con optimismo la intervención del Ministerio de Cultura, en cuanto a beneficios tributarios para las empresas de espectáculos. Estamos tratando de conseguir consideraciones de IGV por los conciertos reprogramados solo este año o que nos den plazos para pagar impuestos, señala Fernández.

En ese sentido, la titular de esta cartera, Sonia Guillén, confirmó el acopio de listados de personas que requieran un apoyo económico, considerando también a artistas y gestores culturales.

Estamos recibiendo listados de personas que consideran que deben estar incluidos para este apoyo. Estos listados se están dirigiendo tanto al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) como al Ministerio de Trabajo para que los datos sean cotejados y se evalúe la pertinencia que sean incorporados para recibir este apoyo, aseveró.

Por el momento y sin ninguna disposición oficial, solo queda impulsar el trabajo creativo. Componer, producir y ofrecer asesorías o clases online son las actividades sugeridas para los músicos en este aislamiento. “No podemos estar de brazos cruzados”, recomienda Estremadoyro.

Juan Diego Flórez cantando durante el inicio del Festival Beiteddine en Líbano. (Foto: AFP)
Juan Diego Flórez cantando durante el inicio del Festival Beiteddine en Líbano. (Foto: AFP)

RECUPERACIÓN A LARGO PLAZO

Una vez finalizado el Estado de emergencia ─el 26 de abril, si se quiere─, se espera la recomposición de todos los mercados económicos; aunque algunos demorarán más que otros. Entre estos últimos, se encuentra la industria del entretenimiento. Cuando se levante la cuarentena, vamos a ir abriendo de forma paulatina las actividades, pero los shows y los eventos masivos probablemente queden hasta el final, por la concentración de gente, advierte Vallejos.

Así también lo manifestó el Presidente del Consejo de Ministros, Vicente Zeballos, el pasado 12 de abril cuando afirmó en entrevista con UCI (Un Canal Inteligente) que “las actividades públicas, artísticas, culturales, deportivas sociales, cines van a tener que quedar postergadas. Esa realidad, probablemente, va a implicar todo este año”.

Al aún no existir un Decreto Supremo al respecto, los especialistas del sector prefieren mantenerse cautos.Vamos a continuar con la reprogramación de todos los espectáculos y pedir ciertas condiciones para recuperar todo lo invertido”, reitera Fernández.

No obstante, reconocen que, de darse esta medida extrema, el Estado debería intervenir para contrarrestar los daños. “Los canales de TV deberían tener mayor postproducción nacional. Creo que la ley debería cambiar y ser más fuerte en poner programación radial de artistas peruanos. Eso podría servir en algo”, sugiere Estremadoyro.

Carmen Moral, directora de orquesta peruana, liderando un ensayo en el Teatro Nacional de Lima. (Foto: AFP)
Carmen Moral, directora de orquesta peruana, liderando un ensayo en el Teatro Nacional de Lima. (Foto: AFP)

Otro factor de retraso será el recorte de gastos. La primera acción de los peruanos será ordenar las cuentas, siendo prioritarias la vivienda, la comida y la educación. En consecuencia, es muy probable que las actividades culturales y de entretenimiento sean las últimas en ser restauradas cuando la situación mejore, pues no se consideran de primera necesidad, dice Igersheim.

Sin embargo, el mismo ajuste de cuentas también lo harán músicos y personal ligado al sector; de modo que se trata de una situación complicada en la que urge un incentivo del Gobierno. “No ha habido ninguna iniciativa de ayuda hacia esta parte del rubro, ni en materia de salud ni económica”, confiesa Pumarada.

Y aunque el sentir colectivo es acatar las medidas de prevención frente al coronavirus, no deja de estar latente la inquietud de sobrevivir a sus consecuencias. “Ojalá el gobierno nos vea y vea que hay un gran número de personas involucradas en este medio”, alega Estremadoyro, en representación a una amplia comunidad de profesionales que, como la mayoría, saldrá herida de esta.


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¿Qué es un coronavirus?

Los coronavirus son una amplia familia de virus que pueden llegar a causar infecciones que van desde el resfriado común hasta enfermedades más graves, que se pueden contagiar de animales a personas (transmisión zoonótica). De acuerdo con estudios, el SRAS-CoV se transmitió de la civeta al ser humano, mientras que el MERS-CoV pasó del dromedario a la gente. El último caso de coronavirus que se conoce es el covid-19.

En resumen, un nuevo coronavirus es una nueva cepa de coronavirus que no se había encontrado antes en el ser humano y debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo.

¿Cómo se contagia el coronavirus?

La covid-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.

En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.

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