Hace cuatro años el compositor peruano Jimmy López (Lima, 1978) recibió una oferta única en su carrera, componer una ópera para The Lyric, la prestigiosa compañía operística de Chicago. Para ello tenía que adaptar la novela "Bel canto", de Ann Patchett. López no lo sabía entonces, pero la trama de la novela se basaba en la toma de la residencia del embajador japonés en Lima por un grupo del MRTA.
"Bel canto" tendría que ser una ópera de tres horas de duración, con gran orquesta, coros y un gran reparto. "Desde luego me siento muy entusiasmado con esta oportunidad", nos dice Jimmy López, "porque los compositores de hoy rara vez tenemos la posibilidad de escribir obras a esta escala. En una forma tan extensa como la ópera el compositor debe desplegar todos sus conocimientos y habilidades para ofrecer un espectáculo rico, variado y lleno de contrastes. Además, se trata de un proyecto colaborativo en el cual uno debe trabajar en coordinación con los productores, el libretista, el director de escena, entre otros, de manera que todos debemos trabajar en armonía para asegurar el éxito de este espectáculo".
Visto en perspectiva, y ya a medio trabajo, ¿cómo ves tus primeros acercamientos con Renée Fleming y todo aquello que fue el primer contacto con esta aventura?
Varios años han pasado desde mi primer contacto con Renée, allá por noviembre del 2010. Por esa época yo me encontraba en una etapa distinta de mi carrera. Acababa de volver de una residencia en París, aún me faltaban dos años para terminar mi doctorado en UC Berkeley y acababa de recibir un encargo para la Orquesta Filarmónica de Francia. Renée se encontraba de gira con Miguel Harth-Bedoya, y fue él quien le mencionó mi nombre por primera vez. Ella estaba a pocos meses de iniciar su trabajo como consultora creativa en Lyric y una de sus iniciativas más importantes sería la creación de una nueva ópera. Nuestro primer encuentro tuvo lugar en su 'penthouse' de Nueva York junto a sir Andrew Davis en abril del 2011. Los tres tuvimos una amena conversación de hora y media, donde hablamos de mi trabajo, mis estudios previos en Perú y Finlandia, y mis proyectos. Fue ahí donde me mencionó que la ópera debería estar basada en una novela llamada “Bel canto”, la cual yo no había leído y de la cual no sabía absolutamente nada. Cuán grata sería mi sorpresa cuando empecé a leer la novela unos días más tarde.
La novela original no menciona que se trata del Perú, pero tengo entendido que has peruanizado el libreto en todo lo posible.
La novela sitúa la acción en una nación sudamericana, pero nunca especifica cuál. Sin embargo, a lo largo de la novela, se hace alusión a algunas cosas que son innegablemente peruanas y hasta limeñas específicamente. Para nosotros los peruanos, ninguna de esas menciones puede pasar desapercibida. Seamos claros, la novela es una obra de ficción y muchos de los personajes y eventos que se mencionan en ella no tienen ninguna relación con la realidad. Sin embargo, sí hay varios hechos y personajes históricos que se mantienen, aunque con otro nombre. Por ejemplo, tenemos un enviado de la Cruz Roja, un sacerdote que permanece en la residencia de manera voluntaria, al líder de los terroristas, dos terroristas mujeres, varios diplomáticos, y hasta se hace referencia a un presidente de origen japonés. Al aceptar este encargo, yo sentí una gran responsabilidad como peruano, de manera que me pareció importante y hasta necesario hacer más evidentes los vínculos entre la novela y los hechos reales. Para empezar, decimos claramente que todo esto tiene lugar en Lima, Perú, y aunque los nombres de los personajes se mantienen tal y como en la novela, el nombre del grupo terrorista lo citamos con todas sus letras: MRTA.
Tengo entendido que incluyes instrumentos andinos en la orquestación.
Hay una escena en la cual uso el caracol marino o pututo. Es un instrumento de viento milenario que jugaba un rol ceremonial importante en el período incaico y preincaico. No se puede decir que es exclusivo del Perú porque otras culturas del mundo también lo han empleado, pero sí se puede afirmar que es un instrumento emblemático del Perú antiguo. Además de esto, empleo silbatos de cerámica que imitan el sonido de los pájaros cuando se les llena de agua, y otros instrumentos más conocidos como el palo de lluvia, que se cree fue inventado en la selva peruana. La música en sí, sin embargo, hace muy pocas referencias a la música folclórica del Perú, ya que, en mi opinión, la trama no requiere de esas referencias para ser narrada. No soy un compositor que guste de apropiarse de elementos folclóricos gratuitamente y sin mayor justificación.
¿"Bel canto" es un argumento ideal para una ópera?
Empezando por el título, “Bel canto” se presta mucho más para ser una ópera que una película o una obra de teatro, por dar dos ejemplos. La música juega un papel central a lo largo de toda la novela, ya que el personaje principal es una cantante de ópera, la mundialmente famosa Roxane Coss, quien llega al Perú exclusivamente por invitación de las autoridades peruanas para cantar en el cumpleaños de Katsumi Hosokawa, un exitoso empresario japonés que está siendo atraído para invertir en el Perú. La música funciona como una fuerza redentora, capaz de romper las barreras de comunicación entre los rehenes y los terroristas. Una suerte de lengua franca con el poder de unir a gente con ideas y principios irreconciliables.
¿Crees que se pueda generar alguna controversia sobre el tema político de fondo? Acabamos de tener un penoso incidente porque alguien del Gobierno consideró sin base alguna que la obra "La cautiva" era prosenderista.
Siempre existe la posibilidad de que la obra genere controversia, pero hay dos factores que me llevan a dudar de que esto ocurra en Chicago. En primer lugar, el conflicto armado interno del Perú es algo muy distante para los norteamericanos. En segundo lugar, “Bel canto” fue un 'best seller', de manera que la gente irá con la expectativa de ver esta famosa novela convertida en ópera, y recién esa noche muchos se enterarán de que dicha novela está inspirada en hechos reales. Otra sería la historia si la ópera fuese a estrenarse en Lima, ahí sí que habría que estar preparados para todo tipo de reacciones.
La protagonista será la soprano Danielle de Niese. ¿Cómo vienes trabajando con ella?
El trabajo en “Bel canto” ha pasado por varias etapas. Primero mis reuniones eran exclusivamente con Nilo Cruz, nuestro libretista; luego las reuniones empezaron a incluir a Renée Fleming, sir Andrew Davis y a nuestro director, Kevin Newbury. El trabajo con Danielle propiamente ha empezado hace poco, aunque le he venido mostrando mis primeros esbozos desde mediados del 2013, cuando nos encontramos por primera vez en persona en su residencia de Glyndebourne, Inglaterra. Hace unas semanas nos reunimos en Nueva York para trabajar específicamente en sus arias de manera que, idealmente, estas no sufran ningún cambio durante los ensayos. Esta última reunión me ha permitido pulir sus líneas vocales, lo cual es muy importante para mí, puesto que el personaje principal debe ser el más logrado. Tenemos planeado reunirnos nuevamente en el verano, pero esta vez para trabajar más en el aspecto interpretativo.
"Bel canto" es un trabajo en progreso. ¿Cómo va evolucionando desde el primer momento en que aceptaste componer la ópera?
Para empezar, yo mismo he cambiado muchísimo como compositor a lo largo de estos años. Tomemos en cuenta que la ópera fue anunciada en febrero del 2012 y que el estreno tendrá lugar recién en diciembre de este año, casi cuatro años después. En ese tiempo un compositor, sobre todo uno que está en sus treintas, evoluciona muchísimo. Consciente de ello, mi primer paso fue elaborar un mapa detallado de toda la ópera que me serviría como guía a lo largo de todo el proceso creativo. Diseñé un plan armónico y dramático para cada escena antes de empezar a escribir la primera nota, y aunque siempre hay que mantener cierta flexibilidad, la duración de cada sección ya había sido decidida de antemano. Empecé por trabajar en las arias principales, de manera que estas sirvieran como columnas para soportar el peso de la estructura, y luego pasé a desarrollar algunas secciones corales y orquestales. Mi trabajo no fue para nada cronológico. La ópera tiene seis escenas, tres en el primer acto y tres en el segundo. Empecé por trabajar en la escena uno, luego salté a la tres, luego de lo cual completé las escenas cuatro y cinco, volví a la uno, escribí la dos y concluí con la escena seis. En este momento me encuentro trabajando en todos los cambios y modificaciones que se me han sugerido a lo largo de estos meses de trabajo previo, además de completar la orquestación. He venido mostrando mi progreso con regularidad y tanto Nilo como yo hemos tomado nota de todas las sugerencias y modificaciones que el grupo nos ha pedido. Es un trabajo arduo, no lo voy a negar, pero estoy seguro de que cuando el público asista al estreno el 7 de diciembre de este año, va a encontrarse con un espectáculo sólido, ambicioso y emocionante. Todo el equipo de “Bel canto” está trabajando para ello.
(Por: Alberto Servat)