La noche del martes, las puertas del Gran Teatro Nacional se abrieron para recibir, por primera vez en el Perú, a la Orquesta Sinfónica de Londres (London Symphony Orchesta - LSO) bajo la guía del reconocido director inglés Simon Rattle. El Comercio estuvo presente en el debut del conjunto musical y aquí te lo contamos.
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Como parte de su gira inaugural que recorre Colombia, Argentina, Uruguay y Chile, la Orquesta Sinfónica de Londres estrenó escenario peruano con las obras de concierto más importantes de los compositores europeos Benjamin Britten y Gustav Mahler: la Sinfonía da Requiem, Op. 20 y la Sinfonía No.5 en Do sostenido menor, respectivamente.
Al anunciarse la primera llamada, gran cantidad de personas ya ocupaban las butacas del Gran Teatro Nacional; y para la tercera, el salón estaba completo. Diferentes personalidades se distinguían entre los asistentes. Los más llamativos fueron, sin duda, el actual alcalde de Lima, Jorge Muñoz, y el flamante primer ministro, Salvador Del Solar. Ambos se hicieron presentes en lo que parecía una muestra de apoyo a la cultura y la música.
Sinfonía da Requiem, Op. 20
Entre los murmullos y las fotos previas, la Orquesta Sinfónica de Londres hizo su ingreso al gran teatro en medio de fuertes aplausos, que no lograron igualar a los que recibió Simon Rattle al subirse al estrado. Las ansias no podían contenerse más y un fuerte golpe marcó el inicio del primer movimiento de la Sinfonía da Requiem, Op. 20. La Lacrimosa de Britten, con sus frases de gran intensidad, transmitía la oscuridad de una marcha fúnebre que, poco a poco, iba alejándose para dar paso al dinámico, pero aún lúgubre Dies irae.
El segundo movimiento de la Sinfonía da Requiem, Op. 20 logró el destaque de las maderas y las cuerdas de la Orquesta Sinfónica de Londres. Manteniendo la base marcial, las melodías y los ritmos se volvieron agresivos hasta alcanzar su punto culminante en el inicio del Requiem aeternam; un suave y melodioso cierre para el primer trabajo orquestal sin solista de Benjamin Britten.
La Sinfonía da Requiem, Op. 20 fue compuesta por Britten en 1940, cuando el compositor inglés tenía solo 26 años. Fue un encargo del gobierno japonés para conmemorar los 2,600 años de la fundación del imperio asiático. Britten acababa de recuperarse de una fuerte gripe y la realizó justo para la celebración. Sin embargo, la obra no fue aceptada por el uso de títulos en latín y por considerarse ajena a las intenciones de una sinfonía de duelo. Un año después, la composición se estrenó en Nueva York con la batuta de John Barbirolli.
Sinfonía No.5 en Do sostenido menor
Luego del respectivo intermedio, el público se volvió a reunir para escuchar, probablemente, una de las piezas de mayor duración del catálogo clásico. La majestuosa introducción estuvo a cargo de la primera trompeta de la Orquesta Sinfónica de Londres. Con una notable técnica, la primera voz de los metales marcaba el comienzo del Trauermarsch; el primer movimiento de la Sinfonía No.5 en Do sostenido menor de Gustav Mahler.
La habilidad envolvente de los vientos metal (trompetas, cornos franceses, trombones y tuba) otorgaron especial potencia a la marcha inicial; la misma que se transformó en una serena transición al Stürmisch bewegt. Las flautas, los oboes y los clarinetes lideraron este segundo movimiento, sin perder el lead característico de la cadencia militar. En aquel ambiente de suma concentración, inició la parte más larga de la sinfonía, el Scherzo.
Los valses compusieron este tercer movimiento, donde el corno francés fue el protagonista del fragmento más insólito de la obra. La agrupación dirigida por Simon Rattle sorprendía a los asistentes, en medio de un constante cambio de frases melódicas y rítmicas. El Adagietto llegaría tras varios minutos de ejecución, siendo el gran momento de los violines, los cellos, los contrabajos y el arpa. El Allegro-Allegro giocoso -o quinto movimiento- cerró el aclamado debut de la Orquesta Sinfónica de Londres en Lima.
La Sinfonía No.5 en Do sostenido menor es la primera obra de Gustav Mahler que prescinde de la voz. Fue compuesta en el verano de 1901 y es considerada la más excéntrica de sus creaciones. Está inspirada en el realismo y la idea del "hombre contra hombre". Fue estrenada tres años después en Colonia (Alemania) bajo su propia dirección.
DATO
La Orquesta Sinfónica de Londres retornará al Gran Teatro Nacional este miércoles 15 de mayo con las piezas de Antonín Dvořák (Danzas eslavas, Op. 46) y Hector Berlioz (Sinfonía fantástica, episodio de la vida de un artista, en cinco partes, Op. 14). Las estradas están disponibles en Teleticket de Wong y Metro.