Publicada originalmente en 1949, la novela de George Orwell “1984″ irrumpió como un potente llamado contra el totalitarismo para los polarizados tiempos de postguerra. Muchos de sus conceptos, como “Gran Hermano” o la temible “Policía del Pensamiento”, forman parte de nuestro actual vocabulario a la hora de nombrar el abuso político y la manipulación social. La visión orwelliana nos ofrece un Estado cruel, capaz de torturar a todo aquel que pensara diferente al partido único, donde la gente es monitoreada todo el tiempo día, y donde la libertad de expresión ha sido quirúrgicamente retirada. Winston, el protagonista de la novela, es el símbolo de una precaria lucha por los valores libertarios, y su derrota nos recuerda la vulnerabilidad de los valores democráticos en medio de estados totalitarios.
El dramaturgo Daniel Subauste relee la novela del escritor inglés y le suma un siglo en su versión para la escena. En “2084″, obra que se estrena en el Teatro Británico retomando las funciones presenciales tras una suspensión de año y medio a causa de la pandemia. Aquí, Winston (Marcello Rivera), es un agente del régimen dedicado a la persecución de ciudadanos prófugos, quien se enfrenta a la misión más compleja de su impecable carrera como agente: interrogar a una mujer de la facción rebelde para conocer la ubicación de los opositores al gobierno. Estos interrogatorios, sin embargo, abrirán puertas ocultas de su pasado.
Como en el clásico de la novela distópica, siguen presentes en esta realidad la dependencia tecnológica, la deshumanización y las teorías conspirativas. La puesta en escena a cargo de Jorge Villanueva nos presenta una sociedad totalitaria, en la cual no existe el crimen, ni el hambre ni la pobreza. Sin embargo, el equilibrio de esta civilización aparentemente perfecta depende del control absoluto y la vigilancia constante sobre los ciudadanos.
Si bien la obra fue escrita previamente a la pandemia, el director no deja de sorprenderse de las coincidencias entre el texto y una realidad de emergencia sanitaria y crisis política. Por ello, en su puesta en escena, su mundo pospandémico nos resulta especialmente familiar. “La obra se prestaba para hablar del tema de la distancia social”, señala Villanueva. “Algo que teníamos en cuenta a la hora de imaginar un futuro post pandémico es que cada vez íbamos a estar más aislados, viviendo en colmenas, encapsulados, algo aterrador. Y en una sociedad, de por sí individualista, con más miedo aún para el contacto físico”, explica.
“Asimismo, el tema de la postverdad y las “fake news”, son temas muy sugerentes. La obra es muy fiel al espíritu de la novela, presentándonos su policía del pensamiento y el poder de la tecnocracia para manipular de la realidad. Nunca hemos dejado de asombrarnos por tantas coincidencias con la crisis política que estamos viviendo. Poco a poco, la obra se hacía cada vez más pertinente”, dice el director.
El regreso a la escena
Como en otras producciones del Británico, la productora audiovisual The Kubrick se encarga de dirigir las ocho cámaras que transmiten la puesta en escena en vivo, desde el teatro. Como nos explica Villanueva, el proyecto de “2084″ se planteó originalmente para ser vista de forma virtual, pero la flexibilización de las medidas sanitarias oficiales han permitido también reabrir la tradicional sala miraflorina. “A mitad del proceso nos dijeron que podíamos contar con público en la sala, y eso fue una gran noticia”, recuerda Villanueva, que debió entonces reajustar con sus actores la marcación de escenas pensadas originalmente solo para las cámaras. “Lo que puedo decir es resultó un desafío replantear el montaje para que no pierda su potencia en ninguno de los dos formatos”, explica.
Algo que permitió una rápida readaptación es que la obra pareciera haber sido escrita siguiendo los protocolos definidos por el Ministerio de salud. En el mundo futuro de la obra, los tres actores en escena (Marcello Rivera, Karina Jordán y Jesús Neyra), hablan a través de cámaras, y el contacto físico pareciera estrictamente negado. Incluso el personaje interpretado por la actriz es mantenida prisionera en una cápsula aséptica.
Por cierto, para el director resultó una alegría profunda y un privilegio poder volver a disfrutar con los compañeros de un estreno con público presencial. “Para nosotros ha sido un regalo”, afirma. Retomar la actividad, ensayar presencialmente siguiendo todos los protocolos y cuidados, volvernos a ver después de un año y medio ha sido algo muy fuerte.
En efecto, Villanueva recuerda que el primer día en el escenario para el ensayo resultó muy emocionante. “Tantos meses en teatros vacíos y ensayos a través del zoom hizo que volver a la escena de forma presencial resultara muy simbólico. Sentimos que todo es igual pero a la vez muy diferente. Hemos visto cuánto cambiamos nosotros mismos. En su sentido de convivencia, el teatro permanece para unirnos, sin miedo”, añade.
Más información
Lugar: Teatro Británico, Calle Bellavista 527, Miraflores.
Temporada: Hasta el 1 de agosto. Sábados: 8:30 p. m. y Domingos: 7:00 p. m.
Entradas: Joinnus
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