"Barrionuevo" en el Teatro Británico (Foto: El Comercio)
Barrionuevo
Eduardo Lores

Una ingeniosa escenografía de dos pisos permite que el elenco musical permanezca en el plano superior, mientras que, en el de abajo, sucede la acción dramática en torno a un viejo tocadiscos y una colección de LP de música peruana. Pertenecieron a la recién difunta Flor, la gran cantante popular que crio a su nieto Mochura, quien no cesa de hurgar entre los discos. Él quedó huérfano apenas nació. También es músico y está en crisis. Acaba de plantar a su pata Kenneth, con quien tiene una banda de rock. Le ronda el recuerdo de su abuela (Lucy Avilés), siente que debe darle continuidad a su legado.
Aparece el fantasma de Flor, la mamá de su padre, cantando un vals conmovedor, desde el alma. Llega Mechita (Stephanie Orúe), una entusiasta y alegre enamorada que Mochura (Andrés Salas) abandonó hace algunos años a causa de su personalidad indecisa ("ahuevada", diría su pata Kenneth), efecto del trauma ocasionado por la ausencia de sus padres. Ahora ella tiene una hija con Ramiro (Óscar Meza). Ambos también están en crisis.

Mochura y Mechita deciden juntarse para sacar adelante su ansiado proyecto de poner al día la música criolla. Ella tiene la esperanza de recuperarlo. Nombran a Kenneth de mánager y denominan al proyecto Barrionuevo. Óscar (Miguel Iza), un productor que admira a Flor y vio en la televisión cantar a Mochura en el funeral de su abuela, les ofrece financiarles su primer espectáculo. Al músico no le cuadra muy bien la propuesta, no entiende cuál es su negocio, sospecha de las intenciones del productor, que le genera sensaciones encontradas de atracción y rechazo. Recién, hacia el desenlace de la obra, se conocerá la trama trágica que los liga. En ese contexto, Iza, que desarrolla su rol con profesionalismo, cantará –muy a su manera– unas estrofas estremecedoras que le arrancan lagrimones.

Entre ensayos y remembranzas, la pieza se va haciendo cada vez más musical. Paralelamente, Mechita y el padre de su hija tendrán desencuentros motivados por sus celos que lo llevarán a ejercer la violencia de género contra ella.

El espectacular melodrama juvenil está enmarcado en un proyecto más vasto del músico y productor Diego Dibós, empeñado en explorar posibilidades de 'aggiornamiento' para el vals criollo, en consonancia con el gusto del público ‘millennial’. El proyecto Barrionuevo sin duda dará que hablar en el futuro. En este estadio –al alimón con el director teatral Carlos Galiano–, realizan un espectáculo ameno que oportunamente aporta a la cartelera teatral de Lima un ingrediente patrio.

Después de escuchar a Lucy, la hija de Óscar Avilés, el mítico Morochuco y primera guitarra del Perú, los arreglos pop, aunque muy bien orquestados, palidecen ante los valses clásicos, lo que demuestra que la canción criolla estará vieja, pero sigue vigente. Como la reina de Inglaterra, ni abdica ni está muerta.

AL DETALLE
Puntuación: 3/5 estrellas
​Dramaturgia y dirección: Carlos Galiano.
Actúan: Andrés Salas, Stephanie Orúe, Miguel Iza, Emanuel Soriano, Óscar Meza y Lucy Avilés.
Lugar: Teatro Británico (Bellavista 527, Miraflores).
La temporada va hasta el 6 de agosto.

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