Entre July Naters y el arte existe una complicidad que parece sobrenatural. La primera vez que vio una obra de teatro, su corazón empezó a latir tan fuerte que, a sus cortos 12 años, entendió que pertenecía a ese espacio, y lo hizo suyo. En 1990 fundó el grupo Pataclaun a través del cual ha impartido la técnica ‘claun’ a varias generaciones de alumnos. Sin lugar a duda, la que llegó a la televisión es la más popular, pero no es la única especialmente entrañable. Este 21 de mayo, la artífice de ese fenómeno irrepetible de la comedia nacional estrenará en la Cúpula de las Artes “¿Qué pasa?”, un espectáculo que pone sobre la palestra diversas preguntas que surgen de la condición humana y que marcará el debut de un nuevo elenco de actores con narices rojas.
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“‘¿Qué pasa?’ es el resultado del grupo más avanzado de mis alumnos con los que arranqué hace tres años y con los que he desarrollado un trabajo ininterrumpido, de clases e investigación. El leitmotiv de este proyecto es lo que pasa hoy en día, esta revolución que ha sido la pandemia, que ha planteado un cuestionamiento en las personas sobre nuestros tiempos, nuestra manera de trabajar, de ver el ritmo de la vida. Qué pasa con el Perú, con el racismo, el machismo, con los peruanos que andamos confrontándonos permanentemente. Qué pasa con la necesidad de la mujer de mantener una edad o una belleza. ‘¿Qué pasa?’ es un poco el producto de los cuestionamientos y preocupaciones de los mismos chicos del elenco”, detalla la realizadora peruana.
La nueva propuesta de humor de July Naters reúne a siete actores: Lelé Mikati (Lelé), Cathy Sáenz (Gemina), Dusan Fung (Dunkan), Rodolfo Reaño (Fito Fito), Marisol Benavides (Maripata), Gretha Bazán (Gretóxica) y Yeider Oré (Yei Yei).
“Son rostros nuevos, algunos de ellos realmente verdecitos, y otros son actores o actrices de televisión, pero nuevos en términos de ‘claun’. Cathy Saenz es una personalidad de la televisión, pero como ‘claun’ es igual de nueva que cualquiera de los otros chicos”, aclara.
—¿Los guiones son tuyos?
Es un trabajo colectivo. Les doy pautas a los chicos y ellos van improvisando. Les mando muchas tareas y ellos me entregan letras de canciones e improvisaciones. Es como cocinar y en esta olla donde vamos cocinando todo, vamos perfeccionando el espectáculo.
—Con cada nueva generación de alumnos llegan las comparaciones con los integrantes de Pataclaun, la serie de TV. ¿Cómo las recibes? ¿Te molestan?
El mensaje que siempre daré es que la primera generación de Pataclaun es irremplazable, así como la segunda, que es de las monjas, y como esta última. Y en respuesta a tu pregunta, no me molestan las comparaciones, pero me da pena que la gente se pueda perder la posibilidad de ver otras propuestas porque asumen que nunca van a estar mejor que las primeras. En todo caso el público es libre de sentir lo que desee, si nos quieren o no, igual lo respeto.
—¿Para ser ‘claun’ estás condicionado a ponerte una nariz?
En Pataclaun, sí; pero por una opción y gusto. El trabajo del ‘claun’ es universal, tanto es así que Charles Chaplin y Cantinflas eran ‘clauns’ y no usaban nariz. Digamos, no es que sea vital o necesario, es opcional. El alma del ‘claun’ va más allá de una nariz. Se le conoce por su comportamiento, actitudes y manera de ver la vida.
—¿Por qué nunca usaste nariz?
Usé nariz por los años 90, cuando tomé mis primeros cursos de ‘claun’, luego nunca más me la puse. La nariz se respeta, no es un objeto que te pones por ponértelo. Yo no la uso porque no soy ‘claun’, no soy payasa.
—¿Cómo se dio la selección del elenco de ‘¿Qué pasa?’?
Todos los elencos que he formado han sido producto de la sumatoria de varios talleres. He ido eligiendo a los que se sienten más cómodos, a los que pueden tomarlo profesionalmente y asumir una responsabilidad tan dura y ambiciosa, como lo es salir adelante con un espectáculo. Los elencos los voy decidiendo en función a la sumatoria de gente que va pasando por una serie de talleres. Hay ojo, desde los 19 miro payasos, actualmente tengo 54, saca tu cuenta.
—¿A qué edad encontraste tu vocación por el arte?
Fue a los 12 años, la primera vez que vi una obra de teatro. Del colegio nos llevaron a ver ‘El hombre de la mancha’ de Oswaldo Cattone, que en paz descanse, y recuerdo que mi corazón empezó a latir mucho, estaba emocionada. En ese instante supe que iba a pertenecer a ese espacio, aunque no entendía si iba a ser actriz o directora. Ese día encontré mi vocación, pero luego de algunos años decidí cumplir socialmente. Postulé a la universidad para estudiar Ciencias de la comunicación y el primer día de clases en la universidad, también fue mi primer día de clases en el teatro. No terminé la carrera de comunicación, pero antes de que mis compañeros terminaran, yo ya estaba sentada en un estudio de televisión gracias al ‘claun’.
—¿Es verdad que en el teatro, la primera persona con la que te cruzaste fue Carlos Alcántara?
Así es, fue Cachín. Recuerdo que bajaba las escaleras para inscribirme en el Club de Teatro de Lima y él estaba ahí, paradito. Desde ese día somos hermanos. Él tenía 19 y yo estaba en 17, éramos cachorros, actuamos juntos. Al poco tiempo se convirtió en papá y yo fui madrina de su hijo. Pasaron los años, tomamos caminos diferentes, él se dedicó a actuar y yo a dirigir. Después de cuatro o cinco años, me pidió entrar a “Pataclaun” (serie de TV) y su romance con el ‘claun’ fue inmediato, fue una cosa poderosa, encontró su esencia y lo que andaba buscando en ese momento de su vida.
—¿Por qué al principio te negabas a hacer televisión?
Porque el teatro te lleva a una serie de hábitos, comportamientos, mística, responsabilidad y profundidad. Yo iba más por esa línea. Entrar a la televisión prejuiciosamente me sonaba a algo superficial, y yo era purista. Recuerdo que un gerente (Jimmy Arteaga) del canal (Frecuencia Latina) me buscaba en el teatro a cada rato para hacer la serie, pero yo me negaba a hablar con él, lo botaba.
—¿Qué te llevó a aceptar la propuesta?
Empecé a sentir que el teatro se volvió muy cómodo, así que decidí hacer televisión para tener un reto más grande. Tres años después, le toqué la puerta a ese gerente pesado que iba a buscarme para preguntarle si todavía le interesaba hacer el programa. Inmediatamente firmamos y lo hicimos. El elenco de la tele fue producto de una investigación, a todos no los saqué del primer grupo que formé. Carlos Alcántara, por ejemplo, nunca hizo teatro, ingresó directo a la televisión.
—Los elencos de Pataclaun han sido itinerantes, han ido cambiando con cada espectáculo. Tuviste alumnos que ahora son políticos, músicos, presentadores de televisión...
Es cierto, muchos artistas han pasado por Pataclaun, están: Susel Paredes, Marisol Aguirre, Germán Gonzales (actor de ‘Alias La Gringa’), Tato Ventocilla, Katia Condos, Pelo Madueño....
—¿Crees que “Pataclaun” funcionaría actualmente en TV con la misma temática y discurso machista y violento de esa época?
Una serie de ese corte funcionaría a nivel rating, pero sería destrozada a nivel redes. Creo que como comunicadora mi función es esforzarme por transformar y reconstruir. Si ahora estamos cuidado las formas, hay que seguir haciéndolo. No es fácil hacer humor. Creo que no hay que juzgarnos tanto entre nosotros, pero a la vez hay que ser conscientes que debemos cambiar. Encontrar un punto medio para ir transformándonos de a pocos.
Punto de quiebre
—¿Qué te llevó a alejarte de Pataclaun durante casi seis años?
Creció tanto que ya no era una responsabilidad creativa sino empresarial, y ese no es el rol que más disfruto. En algún momento sentí que la empresa era tan grande y que había que construir tanto, que me estaba alejando de crear, que era lo que me gustaba hacer. En esa crisis personal decidí alejarme, hacer otras cosas: visité un penal, empecé a buscar historias en otros lados y a vivir de manera diferente como comunicadora. Decidí alejarme de las grandes responsabilidades que me daba Pataclaun como empresa. Quizás debí haber buscado a alguien que se encargue de la empresa o del marketing, pero por mi estilo hippie no lo hice y creo que me estresé demasiado.
—¿Es verdad que un pedido de tu padre en sus últimos momentos de vida te llevó a retomar las riendas de Pataclaun?
(Suspira) Cuando hablaba con él y le decía que no sabía si quería volver a hacer Pataclaun o cumplir otros sueños, como el hombre respetuoso que era, prefería no decirme nada. Esperó hasta su último aliento para decirme que recupere Pataclaun y yo le juré que lo iba a hacer. Y aunque suene medio dramático, esa es una de las cosas más hermosas que me ha dado el motor para hacerlo; además del hecho de enseñar, que para mí es muy personal, sano, es un acto generoso. El primer paso que di para regresar fue enseñando, empecé desde cero.
—¿Aprendiste a manejar el tema empresarial?
Créeme que lo manejo mejor, trato de no sobrecargarme de trabajo, de tener horas libres. Hago también trabajo holístico y meditación. De joven he sido apasionada e intensa, pero las cinco décadas llegaron con más equilibrio.
—¿Es verdad que un productor de “La familia P.Luche” reconoció que su propuesta está inspirada en “Patacláun”?
Lo contó de una manera accidental a Diana Quiroga, una gran amiga mía. Durante una reunión de negocios, le dijo: ‘Nosotros nos inspiramos en ustedes para hacer ‘La familia P.Luche’. Siento orgullo, pero también creo que deben respetar el copyright. Sin embargo evito detenerme en esas cosas, porque si lo hago dejo de dedicarme a lo mío, a “¿Qué pasa?”, por ejemplo.
—¿Está en tus planes volver a hacer TV?
No es algo que busco, pero si las fuerzas están y las puertas se abren, hay que dejar fluir. Si llega alguna invitación sana y entretenida, y si este elenco agarra fuerza, obviamente que sí volvería. Este nuevo grupo es interesante, hay mucho talento, pero están en su primer montaje, y en el humor, el público es quien te hace crecer.
—¿El proyecto de hacer un documental sobre Pataclaun sigue vigente?
Son sueños. Hacer Pataclaun me atrae porque ese fenómeno nació en una época políticamente importante del Perú. Entonces, más que hablar de Pataclaun, lo que me gustaría hacer es hablar de nuestro país a través del humor, y no sé si eso sea atractivo para los empresarios.
La pantalla grande
—¿Dirigir un largometraje está entre tus planes?
El cine siempre me ha interesado mucho. Hace como quince años saqué una beca para ir como segunda dirección a un rodaje a España. Fue mi primera experiencia en cine y desde ahí siempre ha habido interés de hacer algo en ese rubro. Hace poco hice “Pilona”, mi primer cortometraje. Su estreno mundial fue en el Festival de Regard, uno de los más importantes de Norteamérica, y ganó el Premio principal en la competencia América (la sección internacional). Está inspirado en un caso real, no personal, pero sí de un familiar muy cercano. Habla de la infancia, de un abuso sexual. Es un drama, una historia muy fuerte. Creo que es el inicio de un largometraje que más adelante espero terminar.
—Tenías también un proyecto sobre una película animada.
La estoy haciendo de a pocos. Se llama “Bobo”, es la historia de un payaso que no sabe que es un payaso. Es un adolescente que llegó a salvar a un país, a recordarles a todos la importancia de reír y lo sano que es abordar los conflictos con humor. Mi sueño máximo dentro de la experiencia del ‘claun’ es poder construir un personaje que reúna todo lo que es ser payaso para mí. Aún es un proyecto, estamos en camino, prometo sorprenderlos.
ELENCO DE “¿QUÉ PASA?”
Lelé Mikati: “Tengo 50 años. Mi primer montaje con Pataclaun fue “El Round del Claun”, hace 20 años. En este segundo proyecto soy Lelé, el presentador, como el hilo conductor”.
Cathy Sáenz: “Estoy metida en el medio desde hace 22 años, estudié actuación, hice impro; sin embargo un 19 de febrero del 2019 recibí un mensaje de July Naters, quien me estaba contando que después de seis años iba a retomar sus talleres de ‘claun’. El ‘claun’ me ha enseñado a reconocerme a mí misma y a disfrutar de las cosas con las que uno a veces pelea, a tener más empatía. Mi personaje se llama Gemina, tiene que ver con mi signo Géminis, pero también con Fémina, con la lucha por el respeto a los derechos de la mujer y la lucha con el paso del tiempo”.
Dusan Fung: “Llegué a Pataclaún cuando tenia quince años. Había hecho teatro y dirigido obras, pero nunca había hecho payaso tan profundamente como lo venimos haciendo con July Naters . Mi personaje se llama Dunkan, tiene dos estados: el Dunkan que habla de todas las luchas posibles de género, diversidad e inclusión social; y el más chibolo, el que está súper actualizado, es mega millennial, centennial y ligerito”.
Rodolfo Reaño: “Empecé en el humor cuando tenía 18 años, esta es la primera vez que trabajo con July. Mi personaje es Fito Fito, un machista que va aprendiendo el proceso de deconstrucción que debe tener”.
Marisol Benavides: “Llegué a Pataclaun hace tres años gracias al señor Rodolfo Reaño, quien me habló de los talleres que iba a volver a dictar la maestra July Naters. Al principio no quería, no me llamaba la atención el claun, y ahora estoy aquí, feliz. Mi personaje es Maripata, una chica privilegiada, súper inocente, dulce, busca casarse, sueña con su amor ideal”.
Gretha Bazán: “Como estaba metidísima en el drama me dijeron que pruebe con comedia, así que me metí al claun y estoy enganchadísima, es como una brujería. Me enamoré. Mi personaje es Gretóxica, habla sobre cómo una persona está constantemente buscando maneras de sentirse mejor, yendo a terapias psicológicas y holísticas, y cómo aborda las relaciones de manera tóxica”.
Yeider Oré: “Tengo 22 años, vengo de Abancay. Cuando llegué a Lima me metí a una academia de claun con Patricia Portocarrero, luego viajé a estudiar actuación a Argentina y regresé para inscribirme en los talleres de July Naters. Mi personaje es Yei Yei, un provinciano que viene a Lima y trata de acostumbrarse y acomodarse acá”.
"¿Qué pasa?” se estrena este 21 de mayo a las 9 p.m. en la Cúpula de las Artes. Serán 8 únicas funciones. Las entradas están a la venta a través de Joinnus.