
Cuando terminas de ver el episodio 4 de “Black Rabbit” en Netflix, puede que te hayas quedado en silencio y pensativo. Había algo que no se podía dejar pasar: la muerte de Anna, interpretada por Abbey Lee. Y es que ese momento ha dejado helados a muchísimos espectadores, no solo porque fue inesperado, sino por la forma brutal y silenciosa en que ocurrió. Fue una decisión cargada de intención.
Si tú también estás viendo “Black Rabbit”, o quizá ya la terminaste, ya sabrás que no es la típica serie criminal de ritmo vertiginoso. Es oscura, compleja, y retrata un mundo en el que las decisiones personales, los traumas y las jerarquías invisibles tienen consecuencias profundas. En ese contexto, la historia de Anna se convierte en un eje emocional devastador.
¿CÓMO MURIÓ ANNA EN “BLACK RABBIT”?
Anna muere a mitad de temporada, justo cuando parecía que estaba a punto de dar un giro a su historia. En el episodio titulado “No More F---Ups”, vemos cómo su intento de huir de un entorno tóxico termina en tragedia. Mientras se prepara para dejar el país, luego de aceptar un pago silencioso relacionado con un posible abuso sexual, es atacada en su departamento por los secuaces de Joe (interpretado por Troy Kotsur). Lo que parecía una intimidación más termina de forma accidental: Anna cae hacia atrás, golpea su cabeza en la bañera… y muere. No es una escena exagerada ni glorificada. Es seca, fría y realista. Y eso la hace aún más difícil de digerir.

LO QUE REPRESENTA LA MUERTE DE ANNA DENTRO DE LA HISTORIA
Según explicaron los creadores de la serie, Zach Baylin y Kate Susman, la muerte de Anna no fue una decisión tomada a la ligera. Para ellos, su final es el punto en el que “las piezas se rompen”. Aunque este personaje tiene pocas escenas en total, su presencia se siente durante toda la historia, incluso después de su muerte.
Baylin dijo algo muy revelador: “Lo que le pasó a Anna no fue algo frívolo. Es algo pesado, que afecta a Jake, a Vince y a todos en el restaurante”. Y es verdad. Su ausencia transforma todo, desde el rumbo emocional de Jake (Jude Law) hasta la evolución de Roxie (Amaka Okafor), quien pasa de ser la jefa de cocina comprometida con la excelencia, a alguien que cuestiona lo que ha ignorado por años.
Antes de morir, Anna le confiesa a Roxie que cree haber sido drogada y abusada sexualmente por Jules (John Ales) cuando aún trabajaba en el restaurante. Este momento, que podría haber sido el inicio de una reparación, no encuentra tiempo para madurar. La maquinaria de poder y deudas en la que se ven envueltos Jake y su hermano Vince (Jason Bateman) termina por silenciarla antes de que su voz pueda tener impacto real.
Es ahí donde “Black Rabbit” se distancia de otras series del género. No convierte a Anna en una víctima simbólica; la convierte en una víctima real. Y nos obliga, como espectadores, a ver cómo el sistema que debía protegerla —desde sus compañeros de trabajo hasta el propio Jake— la deja completamente sola.

LA MUERTE DE ANNA NOS HABLA MUCHO DE LOS VILLANOS
La forma en que se da la muerte de Anna también habla de la naturaleza de los matones que la atacan: Junior (Forrest Weber) y Babbitt (Chris Coy). Son violentos, pero también caóticos y torpes. Baylin lo explicó muy bien al decir que eran aterradores precisamente porque no eran expertos: “Están constantemente tropezando entre ellos, y eso nos pareció natural para su tipo de amenaza”.
Y eso se refleja en lo que le ocurre a Anna: un crimen sin intención directa, pero profundamente devastador. Algo que podría pasar en cualquier lugar, a cualquier persona, cuando los sistemas de protección fallan.
EL FUNERAL DE ANNA
Más adelante, en el episodio 6, Jake da un discurso en el funeral de Anna que a simple vista parece conmovedor. Pero si se escucha con atención, hay un trasfondo de falsedad. Baylin dijo que eso era intencional: intenta limpiar su conciencia con palabras que no se alinean con sus acciones. Él, que no hizo lo suficiente por Anna, se convierte en el vocero de su pérdida.
Es uno de los momentos más incómodos de la temporada. Porque, como audiencia, nosotros sí sabemos lo que pasó. Somos conscientes de que Anna murió sola, en el baño de su casa, tratando de escapar de un sistema que la aplastó sin miramientos.
EL PUNTO DE QUIEBRE PARA ROXIE
Para Roxie, la muerte de Anna es el despertar que necesitaba. Aunque no fue cómplice directa, sí eligió ignorar señales. Y eso la convierte en una de las personas más afectadas. Según Susman, “es el momento que la obliga a ver lo que ha evitado por mucho tiempo”. Por eso, en los capítulos finales, se alía con Wes (Sope Dirisu), el co-financiero del restaurante, con un plan claro: quitar a Jake del poder.
Este cambio marca el inicio de algo nuevo. Roxie deja de ser parte de la máquina para convertirse en agente de cambio. Y lo hace desde un lugar de dolor, pero también de responsabilidad.

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