
Si quieres saber si tu matrimonio está en riesgo de terminar en divorcio, no necesitas revisar el teléfono de tu pareja. Según los expertos, basta con observar su expresión facial.
El prestigioso psicólogo y docente universitario John Gottman, fundador del Instituto Gottman, descubrió que una pequeña sonrisa de superioridad, cuando la boca se levanta hacia un lado, puede ser la principal señal de que la relación está en peligro.
Este gesto, según los especialistas en lenguaje corporal, es un signo de desprecio. No es una sonrisa amistosa ni de felicidad, y más bien comunica emociones negativas como desdén, superioridad, sarcasmo o falta de respeto hacia la otra persona.

Según el New York Post, el experto llevó a cabo uno de los estudios más completos sobre matrimonios, y sus hallazgos fueron analizados recientemente en el popular programa “The Unplanned Podcast”.
La investigación identificó cuatro comportamientos dañinos para una relación: la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la evasiva. A estos los llamó los “cuatro jinetes del Apocalipsis” de las relaciones. De ellos, el desprecio es el más peligroso.
“John Gottman hizo el mayor experimento matrimonial jamás realizado”, explicó la experta en lenguaje corporal Vanessa Van Edwards durante su participación en el podcast. “Cuando uno de los miembros de la pareja levantaba la boca hacia el otro, él podía predecir si terminarían divorciándose”, añadió.

Gottman tenía razones de sobra para confiar en su método: su capacidad de predecir un divorcio alcanzaba una precisión del 93,6%, señaló la experta. Ella también explicó que el desprecio es una de las emociones más dañinas, ya que, a diferencia del miedo o la ira, no desaparece con el tiempo, sino que se acumula.
“El miedo estalla y luego se calma, igual que la ira o la felicidad”, dijo Van Edwards. “Pero el desprecio se queda. Si no se aborda, se encona y crece, hasta que, al final de un matrimonio, las personas ni siquiera pueden mirarse”.
Por eso, la experta recomienda actuar apenas se detecte un gesto o una actitud de desprecio. “Pregunte: ‘¿Qué pasa? ¿Estás bien? ¿Qué sientes? Quiero estar presente’”, aconsejó. De esa manera, se puede enfrentar el problema juntos antes de que empeore.

Van Edwards también advirtió que muchas parejas repiten sin darse cuenta las mismas tres discusiones de raíz, por lo que sugiere identificar esos temas centrales y, durante una pelea, reconocer cuál es el problema de fondo. “Así puedes decir: ‘Este es el argumento número dos, estamos atascados aquí‘, y manejarlo mejor”, explicó.
Según el medio citado, el psicólogo clínico David M. Schneer respaldó los hallazgos de Gottman en un artículo de 2019. Según él, el desprecio es tan peligroso como gasolina y fósforos para un incendio.
Schneer describió gestos como poner los ojos en blanco, fruncir los labios o manipular la ropa como señales silenciosas de indiferencia. A estos movimientos los llamó “El Recogedor de Pelusas”.
Para frenar el daño, recomienda bromear, cambiar de tema o simplemente tomar distancia para calmarse. Porque, aunque el amor puede ser ciego, el desprecio se refleja de forma muy notoria en el rostro.