
Cuesta creer que exista algo más sucio que la taza de un baño público, pero lo hay. ¿Lo más sorprendente? Lo usas cada vez que viajas. Se trata de un objeto que va por aeropuertos, calles y estaciones, acumulando microbios sin que te des cuenta. Un reciente estudio reveló que este artículo puede contener hasta 58 veces más bacterias que un inodoro.
La investigación fue realizada por la aseguradora Insure and Go en colaboración con la microbióloga Amy-May Pointer. Para el estudio, tomaron muestras de las ruedas y la base de maletas rígidas y blandas en una estación de tren del aeropuerto. El objetivo era saber cuántas bacterias se acumulan después de varios viajes.
El resultado fue claro: las ruedas de las maletas están repletas de microorganismos. “Las comunidades microbianas encontradas incluían bacterias de la piel, mohos del ambiente y algunos gérmenes asociados a materia fecal, entre otros”, explicó Pointer.

“La mayoría no son peligrosos en contextos normales, pero forman una película de suciedad general. Eso explica por qué la maleta puede sentirse pegajosa o tener un olor extraño tras varios viajes”, agregó.
Pointer también destacó la importancia de pensar en todos los lugares por los que ha pasado tu maleta. “El punto clave es que los microbios eran muy diversos, lo que refleja todos los sitios donde ha estado el equipaje. Esto refuerza la recomendación de mantener las maletas alejadas de superficies limpias como las camas, y limpiarlas a fondo de vez en cuando”, afirmó.
Para limpiar una maleta, la sección Wirecutter del New York Times recomienda pasar una toallita con alcohol o una mezcla de agua y jabón con un paño. En el caso de las ruedas, primero se deben retirar pelos o fibras con unas tijeras y luego usar un limpiador multiusos.

Pointer, por su parte, señala que “si quieres ir un paso más allá, considera usar una funda lavable para la maleta o cubrir las ruedas con gorros de ducha al entrar a casa”.
“Puede sonar exagerado, pero cubrir las ruedas puede evitar que se esparzan bacterias en tu alfombra o tu cama. Podrías estar protegiendo tus sábanas de microbios como las bacterias que irritan la piel, por ejemplo las del tipo Staphylococcus”, añadió.

Cabe agregar que las maletas no son el único accesorio común que suele presentar una alta contaminación. El New York Post informa que, según la investigadora Amani Abdlrasul, microbióloga clínica en Tampa, Florida, los billetes de 100 dólares también tienen bacterias Staphylococcus, los teléfonos pueden albergar una gran variedad de microbios y los inodoros públicos pueden contener E. coli.
Así que la próxima vez que viajes, recuerda: tu maleta puede estar llevando mucho más que ropa.
Cómo lavar una maleta tras un viaje
Para mantener limpia tu maleta, comienza vaciándola por completo y limpiando su interior con una aspiradora o un paño húmedo con jabón suave. Si hay manchas o restos de líquidos, aplica una mezcla de agua tibia y detergente, frota con cuidado y déjala secar por completo antes de guardarla.
Para la superficie exterior, adapta la limpieza al material: para maletas rígidas usa una mezcla de agua y jabón o toallitas con alcohol, y para telas suaves aplica una solución jabonosa o limpiador específico, frotando con un paño o cepillo suave y luego aclarando y secando bien .
No olvides desinfectar las partes de mayor contacto, como ruedas, asas y cremalleras. Retira pelos o fibras de las ruedas con unas tijeras y límpialas con solución jabonosa, luego aplica un limpiador múltiple o desinfectante, y vuelve a revisar que todo esté seco antes de guardar.
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