Brasil: Indicios de corrupción en el gobierno tienen 25 años
Brasil: Indicios de corrupción en el gobierno tienen 25 años
Jesús Moya Choy

La corrupción es el gran cáncer que pesa sobre desde su regreso a la democracia en el año 1990. Más de un cuarto de siglo después, el Caso Petrobras salpica a cuatro de los últimos cinco presidentes que ha tenido el país latinoamericano.

La operación denominada como ‘Lava Jato’, que investiga el Caso Petrobras, involucra dentro de las extensas ramificaciones de la estatal petrolera de Brasil a la actual mandataria Dilma Rousseff, a su padrino político Luiz Inácio Lula da Silva, al predecesor de éste, Luis Henrique Cardoso y al primer presidente desde el regreso a la democracia y actual senador Fernando Collor de Mello.

La investigación al pago de sobornos por contratos y desvío de fondos se abrió en el año 2014 y Petrobras considera que ha perdido cerca de 2.000 millones de dólares desde que inició el accionar conjunto de la Policía Federal y la Fiscalía. Además, se ha logrado devolver a las arcas públicas más de 180 millones de dólares.

La reciente detención de Lula da Silva y el allanamiento de su domicilio indican que las autoridades no tiemblan al momento de encarar a las más altas esferas políticas de Brasil. Sin embargo, él no es el único que ha llegado al Palacio de Planalto y luego ha tenido que enfrentarse a la justicia.

— Un viejo conocido —

Fernando Collor de Mello fue el primer presidente de Brasil desde la restauración de la democracia. (Foto: Reuters)
 

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Fernando Collor de Mello llegó a la presidencia de Brasil en el año 1990 proveniente de una acomodada familia burguesa. Dos años después, dejó el cargo acusado de haber creado una trama de corrupción que exigía cuantiosas sumas de dinero a empresas privadas y públicas a cambio de favores políticos, para lo cual utilizaba a su tesorero Paulo César Farías.

Fue entonces el primer presidente de Brasil al que se le abrió un juicio político o ‘impeachment’. Lo sucedió su vicepresidente Itamar Franco hasta el año 1994. Collor de Mello fue suspendido de participar en política por ocho años y luego retornó a esta labor tras ser absuelto al no encontrarse la relación entre él y su tesorero en la trama de corrupción. 

El hoy senador es acusado de lavar dinero de Petrobras entre el 2010 y el 2014. La Fiscalía considera que Collor de Mello recibió cerca de 6,3 millones de dólares en sobornos para que facilitara los negocios de una subsidiaria de la estatal petrolera. Además, se le incautó en 2015 un auto Ferrari rojo, un Porsche negro y un Lamborghini plateado junto a una maleta negra con documentos que podrían ser probatorios para las autoridades.


— El predecesor de Lula —

Fernando Henrique Cardoso fue el primer presidente de Brasil en lograr dos mandatos consecutivos (1995-1999 y 1999-2002). Político de larga data de la social democracia brasileña, Cardoso tuvo el apoyo de Itamar Franco para obtener la presidencia y su mandato se caracterizó por implementar un plan económico neoliberal que ayude a paliar la crisis inflacionaria del país, que logró concretar, pero luego se vio aquejado por altos índices de desempleo.

Fernando Henrique Cardoso entregando la banda presidencial a Lula da Silva en el Palacio de Planalto el 1 de enero del 2003. (Foto archivo: Reuters)
 

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Su círculo cercano se ubica dentro de la férrea oposición a que Dilma Rousseff continúe su mandato. Quien fuera su ministro de Justicia, Miguel Reale, afirmó el viernes que la imputación de Lula da Silva "afecta el proceso de impeachment" contra la presidenta. Cabe mencionar que Reale es el autor del proyecto de juicio político hacia la actual mandataria de Brasil.

Sobre Cardoso pesa que durante su primer mandato iniciaron las corruptelas en Petrobras con pagos de sobornos a ejecutivos de una empresa holandesa que continuaron de manera ininterrumpida hasta el año 2012 y que ascendían al 3% del valor de los contratos.


— La dupla del PT —

Los episodios más recientes de corrupción en Brasil incluyen a las dos figuras más representativas del Partido de los Trabajadores (PT) Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) y su ahijada política, la actual presidenta Dilma Rousseff dentro del Caso Petrobras.

Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva representan al PT, el partido que ha gobernado Brasil por más de diez años. (Foto: AFP)
 

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Lo que trascendió el domingo pasado como una anécdota curiosa parece no ver luces de un futuro próspero. Lula da Silva sostuvo durante una reunión del PT que le gustaría lanzarse una vez más a la presidencia de Brasil. Cinco días después, el allanamiento de su casa y su detención por tres horas para declarar, podrían alejar esa posibilidad de su horizonte político.

Lula da Silva es investigado en el marco de la operación ‘Lava Jato’ por ocultamiento de patrimonio. Además, la Fiscalía de Paraná alega que "hay evidencias de que recibió valores oriundos del esquema Petrobras por medio del envío y reforma de un apartamento tríplex y de una finca en Atibaia (Sao Paulo), de la entrega de muebles de lujo en ambas propiedades y de almacenamiento de bienes por una empresa de transporte. También son investigados pagos realizados al ex presidente de parte de empresas investigadas en Lava Jato, a título de supuestas donaciones y conferencias".

Por otro lado, Dlma Rousseff -en el poder desde el 2011- lleva aplazando su impeachment desde el año pasado. El proceso fue iniciado a instancias de la oposición, que acusa a la presidenta de Brasil de haber incurrido en un "delito de responsabilidad" al supuestamente avalar unas maniobras contables con las que el Gobierno maquilló sus resultados fiscales del 2014 y los balances parciales del 2015.

El espectro político brasileño podría cambiar cuando la justicia logre esclarecer con mayores detalles las corruptelas que invaden al país latinoamericano, que desde su regreso a la democracia no ve descansar de este mal a quienes ocupan las altas esferas de poder.

Autor: Jesús Moya Choy

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