Un nuevo escándalo político en el Perú ha tenido un inesperado protagonista. Rolex, la prestigiosa marca de relojes de lujo, está en boca de todos los peruanos estas últimas semanas luego de que se descubriera que la presidenta Dina Boluarte posee una pequeña colección cuyo origen viene siendo investigado por la Fiscalía de la Nación.
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La mandataria, por el momento, ha preferido mantener un evasivo silencio, mientras que la marca, representada en el Perú por su importador Casa Banchero, busca desmarcarse del escándalo.
Pero mientras las autoridades investigan la trama detrás de esta pieza de lujo, resulta oportuno conocer los orígenes de la prestigiosa marca y su presencia en algunos hitos históricos de la humanidad.
Nacido en 1881 en el Imperio Alemán pero asentado en Londres desde comienzos del siglo XX, Hans Wilsdorf fue un visionario decidido a revolucionar la relojería, por entonces limitada a las piezas de bolsillo. Junto a su cuñado, Alfred Davis, fundó la compañía Wilsdorf & Davis que en 1908 sería rebautizada como Rolex y en 1919 se trasladaría a Suiza debido al alto costo de exportar metales preciosos.
Uno de los objetivos principales para Wilsdorf fue demostrar que los relojes de pulsera podían ser precisos. Confiado en su mecanismo, en 1910 pidió que el Centro Oficial de Calificación de Relojes en Biel lo analizara y se convirtió en el primer reloj de pulsera en obtener el certificado Suizo de Precisión Cronométrica. Cuatro años después haría lo propio con el observatorio de Kew.
Wilsdorf era un visionario en todos los campos, incluida la publicidad. Por ello, en octubre de 1927, cuando la nadadora Mercedes Gleitze intentó por octava vez convertirse en la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha no dudó en asegurarse de que llevara uno de sus relojes y así demostrar la hermeticidad e impenetrabilidad que por esos años buscaba promocionar entre sus piezas.
Ya posicionados como piezas de alta confiabilidad, Rolex se convirtió en la marca preferida por los alpinistas. Tal fue el caso de Sir Edmund Hillary, quien en 1953 junto a Tenzing Norgay fueron los primeros en conquistar la cima del monte Everest. Hillary llevaba un Rolex Oyster Perpetual en la muñeca y, además, la travesía inspiró a que la marca lanzara la famosa línea Explorer.
Rolex no solo buscaba conquistar la cima del planeta sino también las profundidades del océano. Por ello, en 1960 cuando Jacques Piccard y Don Walsh descendieron al abismo Challenger a bordo del famoso batiscafo Trieste, se instaló un Rolex Deep Sea Special en el exterior de la nave. Tras la exitosa misión, Piccard enviaría un telegrama anunciando que “su reloj funciona tan bien a 11 mil metros de profundidad como en la superficie”.
Además de su precisión y confiabilidad, los relojes de Rolex son artículos de lujo y colección que en muchos casos pueden alcanzar cifras astronómicas. Tal fue el caso del Rolex Daytona “Paul Newman” de 1968 que en el 2020 alcanzó un valor de US$17,8 millones durante una subasta celebrada por la casa Phillips, con lo cual se convirtió en el reloj de pulsera más costoso jamás antes subastado.
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