Por Gabriela Quevedo C. (@gabrielaquev)
Una radiografía perfecta de la coyuntura en la que el Rey Juan Carlos I anunció su abdicación ha sido relatada por un latinoamericano. Un periodista mexicano que se ha atrevido a decir con tino y sin tapujos en qué situación deja España, el monarca que gobernó durante 39 años y que a partir de ayer se une a la fila de soberanos españoles que han renunciado a su puesto: Juan Carlos es el sexto en abdicar de los 10 que han reinado en España.
"Su reino está fragmentado por el desafío soberanista de catalanes y vascos, el país se hunde en la depresión económica, el bipartidismo que lo sostuvo ha comenzado a resquebrajarse y la casa real engarza un escándalo a otro", setencia de manera contundente Luis Hernández Navarro, en su columna de opinión del diario "La Jornada".
Su posición es la misma que la de cientos de españoles que han abarrotado 40 plazas públicas alrededor del país para ondear una bandera que aspira a lavarle el maquillaje monárquico a su pabellón, para reestablecer el modelo republicano.
La franja morada que reemplaza al rojo inferior de la bandera española, concentra el clamor por esa Tercera República. El por qué de este emblema se remonta 70 años atrás, cuando el generalísimo Francisco Franco impuso el gobierno militar desde el fin de la Guerra Civil Española en 1939, en ese entonces la bandera española era así:
La franja morada y el escudo que lucía al centro componían el emblema de la Segunda República.
La dictadura duró incluso hasta después del fallecimiento de Franco. El general se encargó de suceder su régimen en 1975. Su sucesor es quien ahora, 39 años después, renuncia a su trono, el rey Juan Carlos. Entonces la bandera cambio de apariencia y permanece así hasta ahora.
El franquismo se inició justo cuando España iba a celebrar el octavo aniversario de su Segunda República (iniciada el 14 de abril de 1931); la Primera República se instauró entre 1873 y 1874, año en que los militares dieron inicio a la Restauración de los Borbones en España con la colocación de Alfonso XII [tatarabuelo del futuro rey Felipe] en el trono.
La bandera que los antimonárquicos e izquierdistas han ondeado en las calles de España desde ayer exige dos cosas: una Tercera República y, antes de ella, una consulta popular para decidir la continuidad de la monarquía.
Este histórico pabellón haría que las proporciones de las franjas vuelvan a ser de cuartos y no de tercios. Además eliminaría los símbolos de la Casa de Borbón, y substituye la corona de la monarquía por la corona mural, como se utilizaba antiguamente. Sin bisos de la derecha, ni rastros de la monarquía impuesta para muchos de los españoles.
La disyuntiva de esta bandera se centra en dos Españas: la de derecha y la de izquierda, en el que acepta el modelo bipartidista [repartido entre el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español], y la supervivencia de la corona; y en aquel que se ve profundamente afectado por la existencia de dos partidos que, siguiendo el razonamiento del célebre literato Gore Vidal sobre el bipartidismo de su país, Estados Unidos, parecen las dos alas de la monarquía.