Un general de alto rango admitió que Estados Unidos había cometido un “error” al lanzar un ataque con drones contra presuntos miembros del grupo Estado Islámico (EI) en Kabul, matando en su lugar a 10 civiles, incluidos niños, durante los frenéticos últimos días de la retirada estadounidense de Afganistán el mes pasado.
MIRA: China y Rusia quieren que la OCS se imponga como socio de los talibanes en Afganistán
El ataque, un cierre macabro de los 20 años de guerra de Estados Unidos en Afganistán, tenía como objetivo una presunta operación del EI contra el aeropuerto de Kabul de la que la inteligencia estadounidense tenía una “certeza razonable”, dijo el jefe del Comando Central de Estados Unidos, el general Kenneth McKenzie.
- Procesan a 10 acusados por atentados de 2016 en Bruselas reivindicados por el Estado Islámico
- Francia mata a Walid al Sahraoui, jefe del Estado Islámico en el Gran Sáhara por quien EE.UU. ofrecía US$5 millones
- Terroristas en el banquillo: Lo que hay detrás del megajuicio por los atentados yihadistas en París y el 11
“El ataque fue un trágico error”, dijo McKenzie a periodistas tras una investigación.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ofreció sus “disculpas” a los familiares de las víctimas del ataque.
“Ofrezco mis más profundas condolencias a los familiares supervivientes de los que murieron”, dijo Austin en un comunicado. “Pedimos disculpas y nos esforzaremos por aprender de este horrible error”.
MIRA: La muerte del líder del Estado Islámico en el Sahel: un golpe clave para controlar el terrorismo islamista
McKenzie dijo que el gobierno estaba estudiando la forma de indemnizar a las familias de los fallecidos.
Un Toyota blanco
El general dijo que el 29 de agosto las fuerzas estadounidenses habían rastreado un Toyota blanco durante ocho horas tras verlo en un lugar de Kabul donde los servicios de inteligencia creían que EI preparaba ataques contra el aeropuerto.
“Seleccionamos este coche basándonos en su movimiento en una zona conocida de interés para nosotros”, dijo McKenzie. “Está claro que nuestra inteligencia se equivocó con este Toyota blanco en particular”.
El ataque con drones mató a 10 personas, entre ellas siete niños, según McKenzie, ninguno de los cuales estaba finalmente vinculado al EI.
McKenzie describió la operación como un “bombardeo en defensa propia” en medio de la preocupación por un ataque al aeropuerto en los últimos días de la caótica evacuación.
El 26 de agosto, un terrorista suicida del EI había matado a decenas de personas en el aeropuerto, incluidos 13 miembros del servicio estadounidense.
Enormes multitudes estaban allí clamando por entrar y subir a bordo de uno de los últimos vuelos de evacuación del país.
“Había más de 60 vectores de amenaza claros con los que estábamos tratando en ese momento”, dijo McKenzie.
Las autoridades estadounidenses creían que el coche había sido cargado con explosivos. El diario The New York Times informó que, en su lugar, estaba lleno de recipientes de agua.
McKenzie dijo que no se había visto a ningún civil en la zona en el momento en que se autorizó el ataque.
Completamente inofensivas
Uno de los muertos fue un afgano que trabajaba para un grupo de ayuda estadounidense, Ezmarai Ahmadi.
“Ahora sabemos que no había ninguna conexión entre el señor Ahmadi y el Estado Islámico de la Provincia de Jorasán”, dijo Austin.
Dijo que las actividades de Ahmadi ese día eran “completamente inofensivas”, y que el hombre era “una víctima tan inocente como lo fueron los otros trágicamente asesinados”.
El hermano de Ahmadi, Aimal, dijo a la AFP que el automóvil estaba lleno de niños jugando a que la maniobra del aparcamiento era una aventura.
“El cohete llegó y golpeó el coche lleno de niños dentro de nuestra casa”, dijo. “Los mató a todos”.
“Mi hermano y sus cuatro hijos murieron. Yo perdí a mi hija pequeña... sobrinos y sobrinas”, dijo desconsolado.
La AFP no pudo verificar de forma independiente el relato de Aimal.
“En nombre de los hombres y mujeres del Departamento de Defensa, ofrezco mis más profundas condolencias a los familiares supervivientes de los asesinados, incluido el señor Ahmadi, y al personal de Nutrition and Education International, empleador del señor Ahmadi”, dijo Austin.
Más de 71.000 civiles afganos y paquistaníes han muerto directamente a causa de la guerra lanzada por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, y las bajas aumentaron drásticamente después de que en 2017 el entonces presidente Donald Trump flexibilizara las reglas de combate, según un estudio de la Brown University efectuado en abril.
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- 11-S, los atentados que hace 20 años estremecieron a Estados Unidos en la voz de sus protagonistas
- Cómo Al Qaeda pasó del terror global a un débil liderazgo 20 años después del 11 de septiembre
- Las imágenes inéditas del 11-S que publicó el servicio secreto de EE.UU. a 20 años del atentado | FOTOS
- “Sobreviví al 11-S porque llegué más tarde a trabajar a las Torres Gemelas. Y a veces me siento culpable”
- Por qué la CIA no detectó los ataques del 11S (pese a todas las señales que tuvo)
- Las razones por las que EE.UU. dice adiós a las grandes intervenciones militares en el 20 aniversario del 11S
Contenido sugerido
Contenido GEC