Los perros guía caminando por centros comerciales, restaurantes y aeropuertos se han convertido en una escena familiar. Los coloridos chalecos que lucen son el distintivo de su alto nivel de entrenamiento para ayudar a personas con algún tipo de discapacidad.
Sin embargo, según han denunciado organizaciones certificadas para entrenar a estos animales, cada vez hay más personas que están declarando falsamente que su perro es un animal de servicio.
La familia de perros de ayuda incluye canes guías para ciegos, para sordos y también con la misión de asistir a personas con determinados problemas de salud mental.
Canine Companions for Independence, una organización sin ánimo de lucro que trabaja con perros adiestrados para este fin, lamenta que el "fraude de los perros de servicio" está dificultando que los dueños genuinos sean tomados en serio.
"Se ha notado un incremento de mascotas en lugares públicos que llevan un chaleco de perro guía pero que, obviamente, no han sido entrenados", indicó Jeanine Konopelski, portavoz de la entidad.
Organizaciones denuncian que cada vez hay más personas que hacen pasar a sus mascotas por perros guía calificados.
VENTA POR INTERNET
En algunos casos se ve a falsos animales de servicio comportándose mal e incluso algunos han mordido a personas, señaló Konopelski.
Como resultado, los dueños de algunas tiendas y restaurantes se han vuelto más suspicaces con las personas que entran legítimamente con su perro de servicio.
Canine Companions ha iniciado una recogida de firmas – ya ha conseguido 30.000 - para pedir al Departamento de Justicia de Estados Unidos que tome acciones para evitar la venta de productos falsos para mascotas de servicio.
Es fácil comprar chalecos para perros de servicio en internet. Muchas páginas web ofrecen productos como arneses oficiales y distintivos. En algunos casos se venden con la advertencia de que es responsabilidad del dueño asegurarse que el animal está adecuadamente entrenado, pero no hay un sistema de seguimiento o control.
Erin, que prefiere no dar su nombre completo, vive con su novio y su perro, Bo, en Los Ángeles.
Ella es una de las personas que, aunque no sufre ninguna discapacidad, recurrió a internet para comprar un chaleco de perro guía para su mascota.
El motivo: evitar pagar las tasas que cobran las aerolíneas para viajar con animales que no sean de servicio, que en Estados Unidos oscilan entre US$90 y US$150 por trayecto. Además, a diferencia de los perros guía, las mascotas de cierto tamaño tienen que viajar en una jaula especial para perros.
Los perros no entrenados pueden alterar el comportamiento de los perros guía.
PERROS EN AVIONES
Por US$150, Erin compró en una página de internet un chaleco y un documento que certifica que Bo es un perro de servicio.
Erin reconoce que se siente culpable por mentir, pero agrega que tiene muchos amigos que actúan igual.
"Me preocupa cuando hay cuatro perros en un vuelo, yo sé que el mío no está completamente certificado", cuenta.
Es un escenario que Jody Ambrose, entrenador y experto en conducta animal, vivió viajando con un perro de servicio.
"Estos perros no son máquinas y una de las cosas más difíciles de controlar para ellos es cuando otro perro reclama su atención para jugar o pelear", asegura.
"Cuando hay varios perros en un aeropuerto o un lugar público que no están entrenados adecuadamente, (la situación) genera muchas dificultades a las personas acompañadas de un perro guía".
Randy Dexter, un militar retirado del área de San Diego con estrés postraumático y una lesión cerebral, es dueño legítimo de un perro de servicio totalmente entrenado.
Capitán está entrenado para abrir paso en la multitud a su dueño, que sufre estrés postraumático.
BARRERA DE SEGURIDAD
Dexter participó como médico en dos misiones en Iraq y en 2005 su pelotón fue alcanzado por un artefacto explosivo improvisado. Pese a todos sus esfuerzos, el sargento Dexter no pudo salvar la vida de un civil iraquí herido en la explosión. Los sentimientos de culpa derivados de este incidente le han causado graves problemas psicológicos.
Todavía se encuentra incómodo en público pero desde que tiene a su perro, Capitán, la vida de Dexter ha cambiado.
Capitán está entrenado para situarse frente a su dueño con el fin de abrirle el paso y darle espacio entre la multitud.
"Cuando la gente se acerca demasiado siento como arañas corriéndome por la piel", explica.
Volar tampoco es tarea fácil para el exmilitar; el avión es un espacio cerrado y le vienen las imágenes de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.
Capitán está capacitado para actuar como una barrera de seguridad. Él instintivamente se sitúa delante de Dexter para protegerlo y le proporciona tanto apoyo físico como emocional.
Los canes también ayudan a dar seguridad a quienes padecen enfermedades psicológicas.
"Un animal de apoyo emocional es un animal que aporta comodidad y tranquilidad a un individuo que tiene cierto nivel de ansiedad en público", explicó Kelly Gorman Dunbar, una entrenadora de perros de Berkeley, en el norte del estado de California.
Esto puede incluir un trastorno de estrés postraumático, fobia social y trastornos bipolares.
Sin embargo, dijo conocer "más falsos perros de apoyo emocional que verdaderos".
Dumbar consideró que este fenómeno podría resolverse con legislación pero "por desgracia, se está yendo en la dirección opuesta".
Por eso, dice, es que en Estados Unidos ya "estamos viendo tanto abuso".