Indígenas agradecen al Papa en Chiapas: "Muchos nos desprecian"
Indígenas agradecen al Papa en Chiapas: "Muchos nos desprecian"

San Cristóbal de Las Casas. Lo llamaron "Tatik", que significa nuestro padre. Le dieron el bastón de mando y le agradecieron haberlos tomado en cuenta cuando todos los desprecian. En Chiapas, el reivindicó a los indígenas y los indígenas lo bendijeron a él.


"Gracias porque pones tu corazón cerca del nuestro y estás con nosotros", le dijo un hombre indígena en su lengua, al final de una misa ante 100.000 personas bajo un sol inclemente en San Cristóbal de Las Casas. "Aunque muchas personas nos desprecian, tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta", afirmó.

Fue una misa emotiva y dura. El papa Francisco, siempre sonriente en sus encuentros con la gente, mantuvo un semblante serio para denunciar la "opresión" y el maltrato que han sufrido los indígenas y su frustrada esperanza de obtener justicia.

"De muchas formas y maneras se ha querido silenciar y callar ese anhelo, de muchas maneras han intentado anestesiarnos el alma", clamó Francisco. "¡Qué tristeza!", añadió. "Qué bien nos haría a todos hacer un examen de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!".

Los indígenas se volcaron con él. Y lo expresaron también en su manera particular de relacionarse con Dios. Bailaron lentamente balancéandose de un lado a otro en una oración ritual colectiva de acción de gracias.

"Llévanos en tu corazón con nuestra cultura, también con nuestras alegrías y nuestro sufrimiento, con las injusticias que padecemos", le expresó al papa Francisco una mujer vestida en su traje tradicional.

El papa Francisco ha dado un paso fundamental en Chiapas. Hizo un reconocimiento no sólo de los indígenas y de sus lenguas en la liturgia, sino en general de la "teología india", cercana a la teología de la liberación, impulsada por el fallecido obispo Samuel Ruiz 40 años (1959-1999) en San Cristóbal de Las Casas.

Uno de los mensajes al final de la misa evidenció el cambio: "Muchas gracias, Tatik, por autorizar nuevamente el servicio del diaconado permanente indígena con su cultura", le dijeron. "Por haber aprobado el uso en la liturgia y el ritual de la misa en nuestros idiomas".

El diaconado permanente indígena, en el que las mujeres tienen un papel importante como compañeras de sus esposos, fue uno de los puntos de conflicto entre Ruiz y el Vaticano en tiempos de Juan Pablo II.

El Vaticano ordenó suspender las ordenaciones, tan necesarias para la Iglesia de Chiapas por la dispersión de comunidades y la falta de sacerdotes. Estuvieron frenadas unos 15 años. Francisco, después de analizarlo, volvió a autorizarlas hace un año.

"Algo no le gustó a la Curia de Roma, no al papa", dijo a dpa el sacerdote misionero jesuita Eugenio Maurer, de 88 años, al recordar los recelos del Vaticano. "Pero cuando llegó Francisco dijo: Voy a estudiar con mucho cariño esto. Y a los tres meses dio el permiso".

El diaconado permanente existe no sólo en Chiapas, sino en toda la Iglesia católica, aunque con los indígenas tiene sus propias particularidades, como una mayor participación de sus mujeres.

La esposa de un diácono permanente se encargó hoy de incensar el presbiterio -el área donde está el altar- en la misa papal. También un diácono y su esposa estuvieron entre los ocho indígenas elegidos para almorzar con Francisco.

Al recibir el ministerio los diáconos pasan a formar parte del clero. Para regresar al estado laico requieren de una autorización del papa Francisco. Hombres solteros o casados, en ese caso con el consentimiento de su esposa, son ordenados y pueden bautizar, casar, dar la eucaristía y bendecir. Pero no confesar, consagrar o dar la unción de los enfermos, algo reservado a los sacerdotes.

En Chiapas Ruiz ordenó a unos 300 indígenas como diáconos permanentes y hubo dudas sobre su preparación, sobre el papel de sus esposas y también porque supuestamente se descuidó al mismo tiempo la ordenación de sacerdotes.

Hace 16 años, después de que Ruiz dejara la diócesis, había 20 seminaristas y 334 diáconos permanentes. Ahora hay 76 seminaristas y unos 350 diáconos permanentes, según explicó en entrevista el obispo Felipe Arizmendi, sucesor de Ruiz.

Los diáconos indígenas son todos "pobres, viven de su trabajo pero dedican parte de su tiempo a su comunidad", explicó Arizmendi.

La visita del papa Francisco a San Cristóbal, una diócesis donde las dos terceras partes de la población son indígenas, incluyó una visita a la Catedral donde está la tumba del obispo Ruiz.

"Para mí, la venida del papa es una ratificación, un reencuentro de la Iglesia universal con la Iglesia de San Cristóbal de Las Casas", dijo el sacerdote dominico Gonzalo Ituarte, que trabajó con Ruiz.

Fuente: DPA

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