La tragedia ocurrida en el local de McDonald’s ubicado en el distrito de Pueblo Libre, en la que los jóvenes trabajadores Alexandra Porras Inga y Carlos Campos Zapata fallecieron electrocutados cuando realizaban labores de limpieza, ha prendido la alarma sobre las condiciones laborales que existen en diferentes empresas que operan en nuestro país.
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Casos como el de McDonald’s, en el que se ha denunciado condiciones de explotación laboral que sufren migrantes, jóvenes e incluso niños en diferentes empresas multinacionales, se han registrado en diferentes países a lo largo de los últimos años.
Compañías gigantescas, como Coca Cola, Nike, Amazon o Apple, por mencionar algunas, han protagonizado escándalos donde sus empleados trabajaban por largas jornadas, recibían miseros salarios, eran agredidos o intimidados e incluso recluidos en las fábricas donde se elaboraban los productos para dichas marcas.
Apple
En julio del 2013 la organización China Labor Watch denunció que en la compañía taiwanesa Pegatron Corp., dedicada a la fabricación de celulares iPhone para la marca estadounidense Apple, se violaban diferentes derechos laborales.
La organización realizó seguimientos en el 2015 y el 2016 a la compañía y detectó que pese a las denuncias, en Pegatron los trabajadores cumplían turnos de más de 10 horas diarias, 6 días a la semana y el 83,8% de ellos excedía las 80 horas extras mensuales. Además, los trabajadores recibían un salario de US$1,82 por hora y pese a que el salario promedio en China aumentaba la empresa reducía los mismos significativamente, según China Labor Watch.
Esta no fue la primera denuncia contra Apple, pues a finales del 2012 diferentes medios estadounidenses replicaron diversas denuncias sobre las condiciones laborales de quienes operaban las fábricas de la compañía en Asia. Según un artículo de Business Insider publicado en esa época, “tu iPhone está fabricado en parte por trabajadores de 13 años que trabajan 16 horas al día por 70 centavos la hora”.
Amazon
En febrero del 2012, la televisión pública alemana ARD emitió un documental que revelaba que los trabajadores temporales de diferentes países de Europa contratados por Amazon durante la temporada navideña eran sometidos a jornadas laborales de hasta 15 días consecutivos y recibían un salario menor hasta en un 12% al estipulado inicialmente.
Una de las denuncias recogidas por ARD era la de una española que aseguraba que los trabajadores sufrían de maltratos, vigilancia extrema a cargo de guardias con la cabeza rapada y uniformes negros que podían incluso entrar sin previo aviso a las cabañas de 80 metros cuadrados en los que eran obligados a dormir en grupos de hasta seis personas.
En su momento, el presidente de Amazon en Alemania, Ralf Kleber, rechazó las acusaciones asegurando que “todos los trabajadores procedentes de agencias temporales de empleo fueron informados adecuadamente de las condiciones antes de su viaje”, según un artículo publicado por el diario español El Mundo en esa época.
Inditex
Probablemente el nombre de Inditex no le suene familiar. Sin embargo, este grupo multinacional español agrupa a conocidas marcas como Zara, Massimo Dutti o Uterqüe. En enero del 2013 la ONG Campaña Ropa Limpia denunció que en sus talleres textiles ubicados en Tánger, Marruecos, la compañía violaban una serie de derechos laborales.
Mujeres que trabajaban 12 horas al día sin pagos extras y además eran humilladas física y psicológicamente, sueldos que estaban por debajo de los 100 euros mensuales (unos 400 soles), además de emplear a menores de 16 años a quienes no les pagaban por considerarlas aprendices, estaban entre los más graves.
En marzo del mismo año, la ONG argentina Fundación Alameda denuncio esclavitud laboral en una fábrica que abastecía a Inditex en el país sudamericano. Provisto de una cámara escondida, un costurero registró diferentes irregularidades que luego fueron llevadas ante la justicia por la citada organización.
“En el taller filmado se constatan las condiciones de total clandestinidad en la que trabajan, sin habilitación, herméticamente cerrado y en pésimas condiciones de higiene y seguridad donde incluso deambulan niños pequeños entre las máquinas y con una instalación eléctrica precaria”, constaba en la denuncia presentada por Fundación Alameda y recogida por el diario español El País.
McDonald’s
En marzo del 2013 el argentino Jorge Víctor Ríos se encargó de liderar una huelga de trabajadores provenientes de Perú, Brasil, Argentina, Chile, Paraguay, China y Malasia contra el McDonald’s de la ciudad de Harrisburg, en Pensilvania, debido a los abusos laborales que cometían sobre ellos.
Los emigrantes se encontraban participando del conocido programa de intercambio cultural Work and Travel, en la que jóvenes de todo el mundo aprovechan las vacaciones para trabajar en diferentes lugares de Estados Unidos.
Según denunciaron, habían pagado cerca de US$3 mil para participar del programa, pero se terminaron encontrando con un trabajo en el que se le podían asignar turnos de 25 horas seguidas sin pagos de horas extras, recibían menos de los US$7,25 por hora que les prometieron y vivían en reducidos sótanos por los que debían pagar unos US$300 mensuales.
Coca Cola
En junio del 2004, la organización Human Rights Watch denunció que casi un tercio de los trabajadores de las plantaciones de caña de azúcar en El Salvador de las que Coca Cola compraba el insumo eran menores de edad.
La principal empresa de este rubro que colaboraba con Coca Cola era Central Izalco, donde según los mismos trabajadores entrevistados por la organización defensora de derechos humanos se empleaban a niños en al menos cuatro de las plantaciones que abastecían al gigante estadounidense.
“Coca Cola no es, en absoluto, la única multinacional que recibe indirectamente el beneficio del trabajo infantil peligroso en el sector azucarero de El Salvador”, concluía el informe en el que se alertaba que según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) entre 5.000 y 30.000 niños realizaban este tipo de trabajo en El Salvador para esa fecha.
Nike / Adidas
Las grandes competidoras en prendas y calzado deportivo comparten una deshonrosa similitud. Primero, en el caso de Nike fue obligada a revelar en el 2005 cuáles eran las 700 fábricas con las que contaba en todo el mundo, encontrando que al menos en cuatro -todas ellas ubicadas en Asia- se registraron abusos físicos y verbales a los trabajadores.
Cinco años antes de eso, un documental de BBC había obligado a Nike y a la otra gigante estadounidense GAP a cerrar sus fábricas en Camboya, luego de que se conocieran denuncias de abusos sexuales y niños que trabajaban sin descanso.
También en Camboya, pero en el 2015, la organización Human Rights Watch denunció que una de las fábricas de la multinacional alemana Adidas obligaba a sus trabajadores a cumplir jornadas de más de nueve horas en deplorables condiciones. Un año antes de eso, un escándalo en China salpicaría a ambas gigantes.
Unos 40 mil trabajadores de la planta Yue Yuen, la de mayor producción de calzado en el mundo, entraron en huelga luego de que un empleado que laboró por 18 años en la empresa no recibió su pensión completa. A este reclamo se sumaron los de incluirlos en la seguridad social, ayudas a conseguir un fondo de vivienda y el pago de sueldos atrasados que en algunos casos llegaban hasta deudas de US$3 mil.