¿Cómo han conseguido estas ciudades reducir la temperatura pese a tener veranos cada vez más calurosos?

Esta semana las regiones de Tumbes y Piura superarán los 40°C. El jueves pasado, Lima y el Callao alcanzaron los 25°C por la noche y se espera que en los próximos días el termómetro marque más de 35°C en ciertos sectores de la capital. Senamhi advierte, además, que el sofocante verano se extenderá por lo menos hasta marzo.

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Este fenómeno, lejos de ser una excepción, responde a una tendencia global que se ha acentuado desde el 2015, según datos del Servicio de Cambio Climático - Copernicus de la Unión Europea.

“La frecuencia de las olas de calor se ha casi triplicado en comparación a principios del siglo XX. El calor mata. Es el fenómeno climático que más muertes genera en el mundo”, advirtió al diario argentino “La Nación” el ingeniero Alejandro Sáez Reale, miembro de la Red Global de Información sobre el calor y la salud.

Ante este irremediable escenario, diferentes ciudades han explorado durante los últimos años diversas estrategias con las que mitigar las altas temperaturas. El mismo medio destaca en ese sentido lo realizado por Seúl, Róterdam, Singapur, Los Ángeles, Nueva York y Medellín.

1

Los Ángeles

Desde 2017 revistieron más de 290 kilómetros de pavimento con un material que refleja la luz solar. Gracias a ello han reducido hasta en 3 grados la temperatura ambiental.

2

Singapur

Poseen un plan integral para enfriar la ciudad mediante mejoras de infraestructura, variación en las alturas de los edificios e incentivos a quienes construyen jardínes verdes.

3

Países Bajos

Las ciudades de Róterdam y Ámsterdam reemplazaron cerca de 95 mil baldosas en las veredas por árboles, arbustos y vegetación pequeña. 

4

Nueva York

Con el programa Cool Roofs se han cubierto de pintura blanca más de 930 mil metros cuadrados de techos, lo que reduce la temperatura dentro de la construcción hasta en 30%.

5

Seúl

El arroyo Cheonggyecheon, que recorre el centro de Seúl, permaneció durante años cubierto por hormigón y una autopista. En 2003 se restauró el arroyo y se crearon 6 km de corredores verdes y 400 hectáreas de parques. Esto enfrió el área entre tres y cinco grados.

En el 2019, la ciudad de Medellín recibió dos prestigiosos galardones. Primero se hizo con el Premio Ashden en la categoría “Enfriamiento por la naturaleza” y pocos meses más tarde fue reconocido por la fundación Bloomberg Philantropies en la categoría “El futuro resiliente que deseamos”.

La razón detrás del reconocimiento a la capital de Antioquía fueron los hasta entonces 350 mil metros cuadrados de jardines, 8 mil de los cuáles formaban parte de los denominados Corredores Verdes. Estos últimos fueron una iniciativa que surgió en el 2016 y que a la fecha cuenta con 30 corredores, además de 124 parques, que buscan conectar las áreas verdes de la ciudad a través de avenidas llenas de vegetación y sombra.

“Para empezar, hay que recordar que la ciudad de Medellín está atravesada por agua y montañas. Hay diferentes cerros, 4.215 quebradas y cientos de parques. Lastimosamente el desarrollo inicial de Medellín fue alrededor de los autos particulares y el cemento, pero en las últimas décadas se ha tomado la iniciativa para lograr que la ciudad se conecte con la biodiversidad. Los Corredores Verdes no inician como tal en el 2016 sino que son el resultado de varias décadas de un ejercicio y trabajo conjunto entre la alcaldía, los sectores privados, la sociedad civil y ONG que han puesto en la agenda pública la necesidad de recuperar pisos blandos para la ciudad”, explica a El Comercio el exsubsecretario de Recursos Naturales de la Secretaría de Ambiente de Medellín, Camilo Quintero.

En ese sentido, Quintero destaca el proyecto Más Bosques para Medellín lanzado en el 2014 y que podría considerarse como el verdadero origen del ahora famoso plan.

Los resultados de los Corredores Verdes son innegables, se estima que han reducido hasta en 2°C las temperaturas en las zonas donde tienen presencia, reduciendo así la cantidad de islas de calor, como se conocen a los sectores que concentran mayor temperatura en las urbes debido a diferentes factores como la polución o el predominio del concreto sobre la vegetación.

“Sin lugar a dudas, uno de los resultados de los corredores verdes tiene que ver con la mitigación de las islas de calor. Eso es importante, teniendo en cuenta que en este momento enfrentamos el Fenómeno de El Niño, una temporada seca y una crisis climática. Es importante que las consecuencias de esos tres fenómenos no fuera mayor. Pero también tiene que ver con la biodiversidad, pues a Medellín volvieron las mariposas monarcas, más loros, más aves y otras especies que enriquecen nuestra biodiversidad. También funciona como mitigación al ruido y absorbe partículas contaminantes, entonces tiene impacto alrededor de la calidad del aire. Y más importante aún es que más zonas arborizadas mejoran la vida de los ciudadanos, genera una sensación de tranquilidad y frescura, efectos muy importantes por lograr en una ciudad”, asegura Quintero.

“Hasta el 2020, los Corredores Verdes tuvieron un impulso bastante importante, lamentablemente entre el 2020 y 2024 una mala administración provocó que el proyecto atraviese por una crisis. Sin embargo, ahí siguen los corredores, no se lograron derrumbar el proyecto pero el mantenimiento disminuyó. Aunque eso no demerita el esfuerzo histórico de la ciudad”, comenta Quintero.

Por ello, el experto, quien también es abogado ambiental y magíster en filosofía política, asegura que el éxito de este tipo de proyectos se sostiene sobre dos pilares fundamentales: voluntad de las autoridades y acompañarlo por una sólida política de Estado.

“Es necesario complementarlo con diferentes acciones. Este tipo de proyectos no deben ser obra de un alcalde sino de una ciudad a mediano y largo plazo. Una administración puede apoyarlo y otra no, eso genera graves problemas financieros. Por eso es importante que haya continuidad, independientemente de quién sea el alcalde o alcaldesa. Por eso en Colombia se viene adelantando un proyecto de ley de Ciudades Verdes y Biodiversas que buscan que otras ciudades puedan implementar acciones parecidas a la de Medellín”, explica.

Quintero, además, alienta a que cada vez más ciudades sigan el ejemplo de Medellín asegurando que los efectos que se consiguen a través de estos proyectos justifican ampliamente la inversión que requiere su implementación.

“Faltan muchísimos más elementos y acciones para lograr que estos proyectos tengan mayores beneficios tomando en cuenta los fenómenos ambientales que enfrentamos, que harán que las temperaturas sean más altas y los aguaceros mayores. Es importante ir fortaleciendo estos proyectos, asignarle mayor presupuesto y que más ciudades conozcan y se atrevan a apostarle a estos proyectos que tienen beneficios importantísimos no solo ambientales sino económicos, sociales y culturales en el corto, mediano y largo plazo. Es importante que otras ciudades de Latinoamérica puedan destinar un presupuesto robusto para eso. Con los Corredores Verdes se recuperan los espacios públicos, en Medellín se intervinieron 400 mil metros de espacio público y se crearon otros 180 mil metros, eso es muy importante para lograr el desarrollo sostenible de las ciudades”, explica.