Ciudad del Vaticano. El Papa Francisco abrazó tiernamente a niños que viven con el trastorno del espectro autista, algunos de ellos evitando hacer contacto visual, durante una audiencia el sábado en la que se ofreció solidaridad a la gente que vive con la condición.
El Papa hizo un llamado a gobiernos e instituciones para que atiendan las necesidades de personas con autismo para ayudar a romper "el aislamiento y, en muchos casos también el estigma" relacionado con el trastorno, que se caracteriza por diversos grados de insuficiencia social y dificultades de comunicación.
"Es necesario el compromiso de todos a fin de promover encuentros y solidaridad, en acciones concretas de apoyo y una renovada promoción de esperanza", informó el pontífice.
El Papa Francisco saludó a niños y adolescentes que presentan autismo y sus familiares, besando a los niños y tomando sus rostros entre sus manos mientras circulaba por el auditorio en el Vaticano. Algunos de ellos evitaron la mirada del Papa, y un adolescente al que el Pontífice había saludado lo siguió y le dio otro abrazo por la espalda.
(AP)
Familiares de los niños autistas fueron conmovidos por el discurso papal.
"Fue una explosión de emociones", dijo Maria Cristina Fiordi, madre de un niño con autismo. "Para nosotros, que somos los padres de un niño afectado con autismo, esta reunión fue muy importante. Fue como una mano extendida a un problema que con mucha frecuencia no es atendido de la manera correcta".
Franco Di Vincenzo, otro padre de un menor autista, dijo haber tomado fuerzas del llamado del Papa Francisco a no ocultarse, "que debemos vivir con este problema en serenidad".
El público fue atendido por cerca de 7.000 personas, incluyendo trabajadores sanitarios que participaron en una conferencia internacional sobre el autismo realizada esta semana por el departamento de salud del Vaticano.
Si bien el autismo es cada vez más diagnosticado en lugares como Estados Unidos, donde se ha detectado el espectro autista en aproximadamente uno de cada 68 niños, sigue siendo muy desconocido y sin diagnosticar en otros lugares, como en Italia, de acuerdo con el médico Stefano Vicari, director de área de Neuropsiquiatría Pediátrica en el hospital del Vaticano, Bambin Gesu, en Roma.
Fuente: AP