Sacerdotes y autoridades eclesiásticas ya no podrán escudarse en el llamado “secreto pontificio” en casos de violencia sexual o abusos de menores cometidos por clérigos después de que el papa Francisco lo aboliera para este tipo de situaciones.
La medida le permitirá a la Iglesia católica compartir “denuncias, testimonios y documentos procesales relativos a los casos de abuso” con las autoridades civiles que los investigan.
►El papa Francisco levanta el secreto pontificio sobre agresiones sexuales
►Papa Francisco envía mensaje de apoyo a Chile por búsqueda de avión militar
►El Papa acepta la renuncia de obispo acusado de encubrir abusos sexuales a niños en EE.UU.
Según el corresponsal de la BBC en Roma, Mark Lowen, se trata de “otro paso del Papa para abordar la que posiblemente es la mayor crisis que enfrenta la Iglesia católica, una crisis que sus críticos dicen ha sido demasiado lento en abordar”.
Y la abolición del también llamado “secreto papal” ha sido celebrada por muchas de las víctimas de abuso, que llevan años denunciando el encubrimiento de importantes autoridades eclesiásticas.
“Se les terminó el carnaval del secreto y de la oscuridad”, escribió en su cuenta de Twitter Juan Carlos Cruz, una de las víctimas del llamado caso Karadima en Chile.
“Hoy es un día importante en la transparencia y en la justicia para las víctimas”, destacó el chileno.
“Por fin un cambio real y positivo”, dijo por su parte Marie Collins, una víctima de abuso que en el 2017 renunció a una comisión del Vaticano para la prevención de los abusos.
Según el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, el Papa dispuso abolir el secreto pontificio en este tipo de casos el pasado 4 de diciembre.
La medida, sin embargo, solo se hizo pública este 17 de diciembre, coincidiendo con el cumpleaños 83 del pontífice.
Específicamente, el secreto papal se levanta para “los casos de violencia y de actos sexuales cometidos bajo amenaza o abuso de autoridad, casos de abuso de menores y de personas vulnerables, casos de pornografía infantil, casos de no denuncia y encubrimiento de los abusadores por parte de los obispos y superiores generales de los institutos religiosos”.
Y, paralelamente, el Papa también endureció las normas sobre los casos de pederastia de manera que sea delito “la adquisición, posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de 18 años por parte de un clérigo”.
Anteriormente la medida solamente penaba las imágenes de menores de 14 años.
Qué es el secreto pontificio
En el manejo de sus asuntos internos la Iglesia católica distingue entre “secreto ordinario”, que es “una obligación moral que debe evaluarse a la luz de las instrucciones dadas por un superior o la naturaleza e importancia del asunto”, y el “secreto papal o pontificio”, que debe respetarse a rajatabla.
“Algunos asuntos de gran importancia requieren un secreto particular, llamado ‘secreto pontificio’, y deben observarse como una obligación grave”, se lee en la instrucción Secreta continere del 4 de febrero de 1974.
“El ‘secreto pontificio’ fue concebido como un ‘código de silencio’ para proteger la información confidencial sobre el gobierno de la iglesia”, explica por su parte Lowen.
“Pero en el 2001, el entonces cardenal Ratzinger -el futuro papa Benedicto XVI- abogó para extender este código de silencio a los casos de abuso sexual clerical para proteger la privacidad de la víctima y la reputación del acusado”, cuenta el corresponsal de la BBC.
Al estar la violación del secreto papal castigada con la excomunión, la medida fue criticada por facilitar crímenes y desalentar su denuncia.
Y según el principal investigador de crímenes sexuales del Vaticano, el cardenal de Malta Charles Scicluna, esa forma de proceder también les negaba a las víctimas la oportunidad de conocer las sentencias que seguían a las denuncias interpuestas ante la misma Iglesia.
“También otras comunicaciones eran obstaculizadas, porque el secreto pontificio es un secreto del más alto nivel en el sistema de confidencialidad del Derecho Canónico”, dijo Scicluna, quien celebró la decisión de Francisco como “una decisión histórica que elimina obstáculos e impedimentos”.
Según el portal de noticias del Vaticano Vatican News, la nueva instrucción especifica que “la información se tratará de manera que se garantice su seguridad, integridad y confidencialidad” establecidas por el Código de Derecho Canónico para proteger “la buena reputación, la imagen y la privacidad” de las personas implicadas.
Pero este “secreto de oficio”, tal y como se lee en la instrucción, “no obsta para el cumplimiento de las obligaciones establecidas en cada lugar por la legislación estatal”, incluidas las obligaciones de denuncia “así como la de dar curso a las resoluciones ejecutivas de las autoridades judiciales civiles”.
El portal también destaca que “no puede imponerse vínculo de silencio alguno” a denunciantes, víctimas y testigos.
“Las nuevas normativas no afectan al secreto de confesión, que se mantiene”, destaca por su parte la agencia Efe.