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Una destitución por razones políticas remece Brasil a una semana de Río 2016. El Ministerio de Relaciones Exteriores decidió despedir al maestro de ceremonias del evento, el embajador Fernando Igreja, responsable de organizar la recepción de los jefes de Estado.
De acuerdo a fuentes consultadas por Reuters, Igreja fue alejado del cargo porque se le consideraba ligado al Gobierno de la suspendida presidenta Dilma Rousseff, ya que fue jefe de protocolo del Palacio de Itamaraty (sede de la Cancillería brasileña, en Brasilia) por tres años y medio y tiene claras simpatías por el Gobierno anterior.
El Gobierno interino de Michel Temer quiere que la salida de Igreja, quien asumirá la embajada de Brasil en Cuba, sea vista como un cambio de rutina antes de Río 2016.
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La información oficial de Itamaraty es que el embajador pidió salir del cargo para iniciar su período en el exterior. El propio Igreja dijo a sus cercanos que estaba cansado y repitió esa versión oficial de que surgió la oportunidad de asumir la embajada.
El repentino cambio provocó aprensiones en la organización de Río 2016, en particular entre quienes están a cargo directamente de la recepción y seguridad de los jefes de Estado a su llegada a Brasil.
"Son miles de detalles que todavía hay que decidir en los próximos siete días", dijo una fuente. "Está todo de cabeza".
Uno de los problemas es la falta de un sustituto adecuado, porque, si bien hay otros funcionarios asumiendo las funciones del día a día, ninguno tiene la autoridad de Igreja para Río 2016.
Además, una de las fuentes afirmó que la salida del diplomático a una semana de la ceremonia inaugural de Río 2016 no se justifica porque pasarán algunos meses antes de que asuma en la Embajada de Brasil en La Habana.
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Fuente: Reuters
