Redacción EC

Era el centro de más antiguo y emblemático de y gozaba de gran prestigio incluso fuera del país, pero lo liquidó. En menos de dos días los tribunales cerraron Memorial Internacional, considerada la voz de los ‘represaliados’ soviéticos, y disolvieron una de sus ramas, el Centro de Derechos Humanos Memorial. La indignación mundial ha sido inmediata.

La fiscalía acusó al Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Memorial de incumplir sus obligaciones como “agente extranjero”, categoría a la que pertenece desde el 2016. También afirma que la organización y sus ramas hacen apología “del terrorismo y del extremismo” y apoyan “movimientos de protesta dirigidos a la desestabilización del país”.

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Crea una imagen falsa de la Unión Soviética como Estado terrorista”, afirmó el Tribunal Supremo ruso al anunciar su decisión de disolver la organización.

Memorial, que era el último bastión de disidencia en un país que persigue a las voces críticas al gobierno, aseguró que recurrirá el fallo y llevará su pelea incluso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Memorial es una organización especial con su propia ideología. Combinamos lo que se llama actividades relevantes de derechos humanos con estudios históricos y comprensión del camino histórico de Rusia en el siglo XX. Parece que tal unión no agrada a alguien en el liderazgo ruso”, dijo Oleg Orlov, miembro de la junta de Memorial, fuera de la corte.

El abogado ruso Ilia Novikov (centro a la derecha) habla con los medios de comunicación después de las audiencias sobre la liquidación del Consejo del Centro de Derechos Humanos frente al Tribunal de Moscú. (Foto: AP)
El abogado ruso Ilia Novikov (centro a la derecha) habla con los medios de comunicación después de las audiencias sobre la liquidación del Consejo del Centro de Derechos Humanos frente al Tribunal de Moscú. (Foto: AP)
/ Alexander Zemlianichenko

Una organización emblemática

Memorial fue creada en momentos en que la Unión Soviética aún no había desaparecido. Era 1989 cuando un grupo de disidentes soviéticos -entre ellos el premio Nobel de la Paz, Andréi Sájarov; el expresidente ruso, Boris Yeltsin; el pensador Dmitri Lijachov o el poeta Yevgueni Yevtushenko- fundó la organización para poner el foco en los crímenes estalinistas y los gulags.

Tras la caída de la Unión Soviética la organización se comprometió también con la defensa de los derechos humanos y las minorías en Rusia.

Durante las dos guerras de Chechenia (1990 y 2000), Memorial reportó los abusos de las fuerzas rusas y sus aliados locales. En el 2009, su responsable en esta región del Cáucaso fue asesinada en un crimen todavía no dilucidado.

Memorial documenta y mantiene viva la memoria del "Gran Terror" de Josef Stalin, entre otros episodios. (Foto: Reuters)
Memorial documenta y mantiene viva la memoria del "Gran Terror" de Josef Stalin, entre otros episodios. (Foto: Reuters)
/ EVGENIA NOVOZHENINA

Además de dar testimonio de la historia de las víctimas del estalinismo, en los últimos años el Centro de Derechos Humanos de Memorial ha hecho campaña contra los abusos de derechos en la Rusia actual y lleva un recuento de los presos políticos.

El grupo se convirtió en un símbolo de la democracia emergente del país tras el colapso de la Unión Soviética”, dice el diario estadounidense “”.

Los rusos Mijaíl Gorbachov y Dmitri Murátov, ambos galardonados con el Nobel de la Paz, se dirigieron en noviembre por escrito a la Fiscalía para que retirara la demanda judicial contra Memorial y destacaron que las actividades de la organización desde su fundación han estado dirigidas al restablecimiento de la justicia histórica y la conservación de la memoria de cientos de miles de personas que sufrieron vejámenes durante la era soviética.

Memorial recibió el Premio Sájarov del Parlamento Europeo en el 2009 y ha sido candidata en varias ocasiones al Nobel de la Paz.

Agentes de policía retienen a un partidario del grupo de derechos humanos Memorial durante la audiencia del Tribunal Supremo de Rusia. (Foto: Reuters)
Agentes de policía retienen a un partidario del grupo de derechos humanos Memorial durante la audiencia del Tribunal Supremo de Rusia. (Foto: Reuters)
/ EVGENIA NOVOZHENINA

Persecución en ascenso y sus motivos

La acciones contra Memorial y el Centro Memorial de Derechos Humanos cierran un año de represión contra críticos del Kremlin no vista desde la era soviética. De hecho, el aumento de la persecución es visible en el cierre de medios independientes y varias ONG, así como en el desmantelamiento del movimiento del líder opositor encarcelado Alexéi Navalni.

La lista de presos políticos del Memorial asciende a 435 nombres, el doble de los que reconocía el gobierno a finales del período soviético. Además, la organización acusa al Kremlin y a los órganos de seguridad del Estado de intentar impedir que siga investigando los crímenes cometidos durante la URSS y desde 1991, especialmente desde que el actual presidente, Vladímir Putin, llegó al poder en el 2000.

Marie Struthers, directora de , ha afirmado que el Centro Memorial de Derechos Humanos ha sido cerrado por falsas acusaciones que “sirven como poco más que un pretexto para silenciar la disidencia y bloquear la capacidad de las personas para unirse para defender los derechos humanos, y deben ser retiradas de inmediato”.

Un hombre entra en una oficina del grupo de derechos humanos Memorial en Moscú. En las pancartas se lee: "Memorial por siempre" (arriba) y "Amamos Memorial". (Foto: Reuters)
Un hombre entra en una oficina del grupo de derechos humanos Memorial en Moscú. En las pancartas se lee: "Memorial por siempre" (arriba) y "Amamos Memorial". (Foto: Reuters)
/ EVGENIA NOVOZHENINA

El diario británico “” señala que el “cierre de Memorial International marca un punto de inflexión en la historia moderna de Rusia, ya que los esfuerzos por dar a conocer los crímenes cometidos por líderes soviéticos como José Stalin se han convertido en tabú 30 años después de que se abrieran los archivos secretos del gobierno tras el fin de la Unión Soviética. Si bien no busca un regreso al pasado soviético, Putin se ha vuelto profundamente sensible a cualquier crítica que le hagan grupos como Memorial”.

Además, “” también señala que juntos, los cierres de ambos centros “reflejaron la determinación del presidente Vladimir Putin de controlar la narrativa de algunos de los capítulos más dolorosos y represivos de la historia rusa y mantener a raya a los disidentes. Desde enero, el Kremlin ha acelerado una campaña para reprimir la disidencia, reprimiendo a los medios independientes, los grupos religiosos y los opositores políticos”.

Según el medio, Putin está realizando importantes esfuerzos por reformular el legado de Rusia como una serie de logros gloriosos y suavizar la imagen del régimen soviético, a menudo brutal, que es retratada por organizaciones que no controla.

En particular, Putin está ansioso por convencer a los rusos de que su país está rodeado de enemigos que desean supervisar su desaparición, una táctica que ha adoptado recientemente al exigir que la OTAN garantice que no se expandirá más hacia el este. Como tal, el Kremlin quiere que el público ruso se centre en los enemigos extranjeros en lugar de los crímenes cometidos por dictadores locales”, indica el periódico.

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