La pequeña Selva se ríe a carcajadas de los bombardeos. Con tan solo 4 años esta niña siria no siente miedo cada vez que caen bombas no muy lejos de ella. Y todo es obra de su padre, Abdullah Muhammed, quien inventó un juego para que la menor no se asuste con los estruendos de la guerra civil que desangra Siria.
Un video que se volvió viral en las redes sociales, muestra al padre logrando que su hija se divierta y se ría con cada bomba que estalla, una escena que recuerda la película ‘La vida es bella’, de Roberto Benigni.
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Abdullah Muhammed debió refugiarse junto a su familia en Sarmada, una localidad cerca de la frontera turca, para escapar de los enfrentamientos en la ciudad de Idlib. Pero, aún en ese lugar, el sonido de las bombas se siguen escuchando cuando caen.
“Le deseo una vida mejor de la que vivimos. Mi deseo era que ella tuviera una buena educación. Por miedo a los drones en Seraqib, no la enviamos a la guardería”, dijo el padre de Selva a la agencia Anadolu.
Muhammed contó que “cuando Selva era más pequeña, pensaba en una forma para que no se asustara con el sonido de los bombardeos. En la fiesta de Eid al-Adha, los niños estaban repartiendo fuegos artificiales. Mi hija se asustó y comenzó a llorar. La llevé al balcón y les mostré a los niños las luces. Le dije que no tuviera miedo y le pedí que se riera cuando escuchara el sonido de la explosión”.
Pocos días después, cuando aviones de combate bombardearon la región de Seraqib y sus alrededores: “Estábamos en un supuesto bunker cerca de la frontera. Escuchamos el sonido de una explosión de artillería. Después de escuchar la explosión, se echó a reír al recordar que era un juego y así se compartió el video”.
El padre agregó que “cada vez que escucha bombas, comienza a reír”. La pequeña Selva dice no tener miedo a los sonidos de las explosiones. “Son un juego. Cuando las escucho me río” aseguró.
Dos meses después de la reanudación de su ofensiva para recuperar el control de la región de Idlib en Siria, el régimen de Bashar al Asad y su aliado ruso bombardean sin respiro el último gran bastión de los yihadistas y rebeldes, lo que ha causado el éxodo de cerca de un millón de personas.
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet, dijo este martes que estaba “horrorizada” por la violencia en el noroeste de Siria, y reclamó “corredores humanitarios” para facilitar el paso de civiles en condición de seguridad.
Unas 900.000 personas han huido de la región de Idlib y sus alrededores desde el 1 de diciembre, la gran mayoría mujeres y niños, afirmó el lunes la ONU, que reiteró su llamado al cese de fuego.
Este éxodo en apenas poco más de dos meses no tiene precedentes desde el inicio de la devastadora guerra en Siria en el 2011, que ha dejado más de 380.000 muertos y millones de desplazados.
Los civiles que huyen “están traumatizados y obligados a dormir al aire libre con unas temperaturas glaciales, pues los campamentos (de refugio) están llenos”, dijo el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, en un comunicado.
“Las madres queman plástico para calentar a sus hijos. Bebés y niños más pequeños mueren a causa del frío”, lamentó.
Las familias más afortunadas encuentran un lugar en los campamentos de desplazados informales donde ya se amontonan decenas de miles de personas. Las otras pasan la noche en su vehículo, o montan una tienda improvisada en medio de los campamentos.
Casi a diario en la provincia de Idlib y sus alrededores, las carreteras son invadidas de camiones y automóviles cargados de cosas de quienes huyen en busca de refugio hacia la frontera turca, constataron los corresponsales de AFP.
Fuente: Con información de AFP