La policía turca continuaba tras la pista del autor del ataque de anoche contra un selecto club nocturno de Estambul, en el que murieron al menos 39 personas y otras 69 resultaron heridas.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, afirmó que el atacante, que permanecía huido más de 20 horas después del atentado, dejó su arma en la exclusiva discoteca "Reina", situada en la orilla europa del Bósforo, donde irrumpió hacia la 01.30 hora local (22.30 GMT) y disparó indiscriminadamente contra la gente que festejaba la llegada del Año Nuevo.
"Es un terrorista como ya los conocemos. Disparó al policía de la puerta, entró y ametralló y mató a personas inocentes. Entonces dejó el arma y abandonó el lugar aprovechando el caos", dijo Yildirim.
El jefe del Gobierno no especificó el tipo del arma usado, que según algunos testigos era un fusil tipo "kalanishkov", mientras que otros hablan simplemente de un "arma automática".
"He oído que el terrorista iba vestido de Papá Noel. No es cierto", dijo Yildirim, con lo que desmintió ciertas informaciones basadas en testimonios de que el hombre se había disfrazado.
El primer ministro aseguró que la policía cuenta con algunos indicios sobre su posible identidad, sin dar más detalles.
Según el diario Hürriyet, el atacante huyó del local en medio del caos generado por los disparos y se hizo pasar por un civil asustado.
El rotativo afirmó que, de las 39 víctimas mortales -25 hombres y 14 mujeres-, 11 son de ciudadanos turcos, 24 de otros países, mientras que quedan 4 cuerpos sin identificar.
Las autoridades han identificado a siete de nacionalidad saudí, cuatro de Irak, tres de Jordania, dos de la India, dos de Túnez, dos del Líbano, una de Canadá, una de Siria, una de Israel y una de Bélgica.
El primer ministro turco, Binali Yildirim, aseguró que las autoridades cuentan con indicios sobre la posible identidad del "terrorista", sin dar más detalles al respecto.
Por otra parte, fuentes diplomáticas confirmaron a Efe en Estambul que por el momento no se sabe nada de ciudadanos latinoamericanos entre los muertos y heridos en el ataque.
Las autoridades turcas impusieron tras el ataque un bloqueo informativo, una medida habitual después de grandes atentados en el país eurasiático.
El club Reina es un conocido lugar de ocio de la alta sociedad de Estambul y frecuentado por celebridades, futbolistas y empresarios.
Un camarero del local indicó al diario Hürriyet que en el local había unas 500 o 600 personas festejando la llegada del 2017.
Según relatan testigos al mismo diario, numerosos clientes de la discoteca se lanzaron al mar, y la Guardia Costera realizó una operación de rescate para salvarlos.
El dueño del club, Mehmet Koçarslan, aseguró al diario Hürriyet que los servicios secretos estadounidenses ya habían avisado de posibles ataques una semana antes y que se habían tomado medidas adicionales de seguridad a orillas del Bósforo.
La Policía había desplegado a unos 25.000 agentes anoche en Estambul para prevenir atentados, después de que el país se viera golpeado por una oleada de ataques en los últimos años.
Si bien todavía nadie ha reivindicado el atentado, las emisoras turcas señalan que la policía está centrando sus investigaciones en el grupo terrorista Estado Islámico (EI).
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que este tipo de atentados busca desestabilizar a Turquía, y lo relacionó con la conflictiva situación de la región.
"Estos ataques perpetrados por diferentes organizaciones terroristas contra nuestros ciudadanos no son independientes de otros incidentes que suceden en la región", aseguró Erdogan.
"Turquía está determinada a hacer lo que sea necesario en la región para mantener la seguridad y paz de los ciudadanos turcos", dijo Erdogan en aparente referencia a la lucha del ejército turco contra el EI en Siria.
En total, el EI perpetró en Turquía 14 atentados en los últimos dos años que causaron unos 250 muertos, entre ellos civiles, turistas extranjeros, policías y soldados.
Fuente: EFE
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