La Santa Sede firmó este viernes un acuerdo histórico con el Estado de Palestina, un gesto del Vaticano para plasmar su posición a favor de "dos Estados", que Israel lamentó por considerarlo nocivo para la paz en la región.
El acuerdo fue suscrito en el Palacio pontificio por el secretario para las relaciones con los Estados (ministro de Exteriores), el prelado británico Paul Richard Gallagher, y por el ministro palestino de Exteriores, Riyad Al Maliki.
Israel "lamentó" inmediatamente la firma del acuerdo con una de las partes en conflicto, por considerarlo nocivo para los esfuerzos de paz en la región.
"Semejante decisión no hace avanzar el proceso de paz y aleja a la dirección palestina de las negociaciones bilaterales", explicó en un comunicado el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, Emmanuel Nahshon.
Si bien el tratado reglamenta aspectos de la vida y de la actividad de la Iglesia católica en los territorios palestinos, la misma Santa Sede admite que la firma del acuerdo tendrá repercusiones en el ámbito político.
Para Maliki se trata de un día "histórico", logrado gracias al papa argentino, quien visitó en mayo del 2014 a Israel y los territorios palestinos y ha cumplido numerosos gestos de acercamiento entre las partes.
"Sin la bendición del papa Francisco no hubiera sido posible firmarlo", afirmó.
El texto reconoce "un estatuto especial para Palestina como lugar de nacimiento del cristianismo y como cuna de las religiones monoteístas" y garantiza la "protección de los lugares santos cristianos", explicó el diplomático palestino.
El acuerdo expresa el apoyo del Vaticano a favor de una solución "del conflicto entre israelíes y palestinos en el marco de la fórmula de dos Estados", anticipó en mayo monseñor Antoine Camilleri, jefe de la delegación de la Santa Sede.
Para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), este acuerdo convierte al Vaticano en el 136º país en reconocer al Estado de Palestina.
Para monseñor Gallagher, el "acuerdo reconoce los progresos hechos por la Autoridad palestina en los últimos años así como el apoyo internacional que ha obtenido", comentó.
"Mi esperanza es que el acuerdo sirva de estímulo para que se ponga fin a un conflicto que dura desde hace mucho tiempo" y que "la solución tan deseada de dos Estados pueda ser una realidad lo más rápido posible", agregó.
Para el prelado se trata de un acuerdo que debe servir como "modelo" para otros países, en particular árabes y musulmanes, donde la libertad religiosa está amenazada.
- Diplomacia al borde del filo -
El Vaticano cumple un ejercicio delicado diplomático entre Israel y los palestinos, donde residen comunidades católicas en ambas partes y que comprende Tierra Santa, los lugares en los cuales se desarrollaron escenas bíblicas y que es cuna del cristianismo.
Igualmente no quiere irritar a los israelíes y despertar disputas ancestrales.
La Santa Sede mantiene relaciones con Israel desde 1993 y negocia desde 1999 un acuerdo sobre los derechos jurídicos y patrimoniales de las congregaciones católicas en el Estado hebreo, en particular sus exoneraciones fiscales. Pero cada encuentro semestral se salda con un fracaso.
La Santa Sede milita desde hace décadas por una solución pacífica, con la creación de dos Estados y pide un estatuto especial para Jerusalén, la ciudad de las tres religiones monoteístas.
Igualmente defiende los derechos de los palestinos en Cisjordania y en la Franja de Gaza, una posición que Francisco reforzó durante su visita el año pasado, cuando se detuvo de manera imprevista ante el muro de separación del lado palestino para orar, lo que irritó a los israelíes.
En un gesto sin precedentes, Francisco reunió en el Vaticano a los presidentes israelíes Shimon Peres y palestino Mahmoud Abbas para una jornada de oración.
En mayo de este año canonizó a dos religiosas palestinas, las primeras de la era moderna en ser proclamadas santas. En esa ocasión instó al presidente palestino a ser "un ángel de paz".
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