Moverse por las abarrotadas calles de Lagos, Nigeria, es un desafío en el mejor de los casos. Pero durante la temporada de lluvias, las calles de la ciudad pueden volverse casi intransitables.
Con más de 24 millones de habitantes, Lagos es la potencia económica de Nigeria, lo que la convierte en un destino para las personas que buscan nuevas oportunidades. Pero ese rápido crecimiento crea presión sobre las calles y el medio ambiente.
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Las calles se inundan a menudo, en parte debido a la disposición disfuncional de las 6.000-10.000 toneladas de basura que se generan diariamente en la ciudad.
Después de un aguacero, la basura se amontona en las cunetas abiertas y dificulta la circulación por las calles.
“Me preocupo cuando llueve, especialmente cuando es fuerte. Me pone ansiosa”, dice Stephanie Erigha, residente de Lagos.
En una ocasión, cuando tomó un taxi a través de una parte de la ciudad propensa a los encharcamientos, recuerda el agua que entraba directamente en el asiento trasero junto a ella.
Aunque se prevé que Lagos experimente menos lluvias en general debido al cambio climático, se espera que aumente la intensidad de la lluvia, trayendo consigo un mayor riesgo de inundaciones.
Mientras tanto, esta ciudad también es particularmente vulnerable al agua de otra fuente: el aumento del nivel del mar.
Si el calentamiento global supera los 2° C, se prevé que Lagos experimente un aumento de 90 cm en el nivel del mar para el 2100, según una investigación dirigida por la física marina Svetlana Jevrejeva, del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido.
¿Cómo, frente a las inundaciones, las calles bloqueadas y el aumento de las aguas, se está adaptando la ciudad más poblada de África?
Arquitectura flotante
Hay una parte de Lagos que tiene una amplia experiencia en el manejo de aguas altas.
Gran parte del barrio de Makoko no está construido en tierra, sino que se asienta en pilotes sobre la cota de agua.
Conocida como la “Venecia de África”, Makoko, es una favela laberíntica construida sobre pilotes y que se atraviesa en canoa.
El barrio tiene poco acceso a electricidad o servicios de limpieza, pero también ha albergado innovaciones como la escuela flotante de Makoko, una estructura que descansa sobre barriles de plástico vacíos reciclados para la flotabilidad.
La forma piramidal de la escuela ayudó a bajar su centro de gravedad y, por lo tanto, a aumentar su estabilidad, al mismo tiempo que daba a su techo una forma ideal para librarse del agua de las fuertes lluvias.
Este prototipo, sin embargo, duró poco tras de sufrir daños duraderos por una tormenta en 2016. Pero sentó el precedente para el sistema flotante que su arquitecto, Kunlé Adeyemi, aplicaría en otras ciudades costeras. Se han construido iteraciones de la estructura flotante en Venecia y Brujas.
Más recientemente, se ha estado construyendo una versión del diseño en la ciudad de Mindelo en la isla de São Vicente, Cabo Verde.
“Es un centro musical flotante. Esta iteración, la estamos construyendo en una bahía dentro del Océano Atlántico”, dice Adeyemi, el fundador de NLÉ, una consultora de diseño y desarrollo urbano.
El centro está hecho de madera y consta de tres embarcaciones flotantes que albergan una sala de espectáculos en vivo de usos múltiples, un estudio de grabación de última generación y una plataforma para invitados.
Adeyemi afirma que la madera es un material sostenible ideal para construir estructuras flotantes. “Si tiene métricas de costo-beneficio de diferentes soluciones para construir sobre el agua, la madera tendrá calificaciones muy altas”, dice.
El centro musical flotante es parte del proyecto Ciudades acuáticas africanas de NLÉ, que busca encontrar nuevas formas para que las comunidades ribereñas vivan con el aumento del nivel del mar. “En lugar de luchar contra el agua, queremos aprender a vivir con ella”, destaca Adeyemi.
Transporte acuático
Solo se necesitó un viaje en ferri para que Olajumoke Oyelese, una residente de Lagos, quedara “enganchada”. La velocidad posible en un ferri sobrepasaba con creces a la que estaba acostumbrada en las calles de la ciudad.
Oluwadamilola Emmanuel, gerente general de la Autoridad de Vías Fluviales del Estado de Lagos, dice que el transporte acuático en la ciudad ha recorrido un largo camino en términos de cobertura.
Asegura que ahora hay más de 42 rutas de ferri en las vías fluviales con 30 muelles comerciales y terminales que se extienden a lo largo de tres distritos.
Además de las autoridades locales, un número creciente de empresas está estableciendo negocios de transporte acuático en la ciudad.
En 2019, Uber zarpó con el piloto de su servicio Uber Boat. El objetivo era aliviar la infame congestión vial de la ciudad.
“Somos conscientes de las horas de trabajo y la productividad que se pierden todos los días debido al tráfico vial en el estado de Lagos”, dice Lorraine Onduru, portavoz de la empresa.
“[Estamos] buscando formas de ofrecer a los viajeros una forma fácil y asequible de entrar y salir de los distritos comerciales de la ciudad”, agrega.
Durante la prueba piloto de dos semanas de Uber Boat, los viajeros solo tenían que usar una aplicación para reservar con anticipación un asiento.
El barco acomodaba al menos a 35 personas por viaje tanto los días de semana como el fin de semana. Los pasajeros fueron transportados a sus destinos en rutas designadas, realizando un máximo de cuatro viajes en un día.
Por el momento, Uber Boat todavía está evaluando si el barco podría convertirse en una solución a largo plazo para los viajeros de Lagos.
El transporte acuático podría ser una respuesta a los épicos atascos de tráfico de Lagos, pero ¿es más sostenible tomar un barco o un ferry que viajar por carretera?
Existen pocos datos comparando las opciones en Lagos. Pero según las estimaciones del Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial del Reino Unido, un ferri de pasajeros genera menos emisiones de carbono por pasajero que un autobús o un taxi.
Aunque están surgiendo muelles por toda la ciudad, el transporte acuático aún tiene que hacer mella en el gran número de personas que dependen de las carreteras. En particular, el número de ferris ha sido bajo durante la pandemia y, cuando el servicio está disponible, los protocolos de distanciamiento social implican que el número de viajeros por viaje se reduce a la mitad.
Pero residentes locales como Oyelese están ansiosos por el cambio y la integración de los servicios de ferri existentes con el resto de la red de transporte de la ciudad.
“Se necesita algo como un ferri que incluso pueda llevar vehículos, mercancías y pasajeros. Eso es algo que siento que falta”, asegura.
Asedio costero
Una defensa destacada contra el aumento de las aguas es la “Gran Muralla de Lagos”, una barrera hecha de 100.000 bloques de hormigón de cinco toneladas cada uno.
La defensa marítima de 18 metros de altura protege un tramo de costa junto al Eko Atlantic de Lagos, un desarrollo que se está construyendo en tierras recuperadas, y tendrá 8,4 km de largo cuando esté terminado.Asegura que ahora hay más de 42 rutas de ferri en las vías fluviales con 30 muelles comerciales y terminales que se extienden a lo largo de tres distritos.
Además de las autoridades locales, un número creciente de empresas está estableciendo negocios de transporte acuático en la ciudad.
En 2019, Uber zarpó con el piloto de su servicio Uber Boat. El objetivo era aliviar la infame congestión vial de la ciudad.
“Somos conscientes de las horas de trabajo y la productividad que se pierden todos los días debido al tráfico vial en el estado de Lagos”, dice Lorraine Onduru, portavoz de la empresa.
“[Estamos] buscando formas de ofrecer a los viajeros una forma fácil y asequible de entrar y salir de los distritos comerciales de la ciudad”, agrega.
Durante la prueba piloto de dos semanas de Uber Boat, los viajeros solo tenían que usar una aplicación para reservar con anticipación un asiento.
El barco acomodaba al menos a 35 personas por viaje tanto los días de semana como el fin de semana. Los pasajeros fueron transportados a sus destinos en rutas designadas, realizando un máximo de cuatro viajes en un día.
Por el momento, Uber Boat todavía está evaluando si el barco podría convertirse en una solución a largo plazo para los viajeros de Lagos.
El transporte acuático podría ser una respuesta a los épicos atascos de tráfico de Lagos, pero ¿es más sostenible tomar un barco o un ferry que viajar por carretera?
Existen pocos datos comparando las opciones en Lagos. Pero según las estimaciones del Departamento de Negocios, Energía y Estrategia Industrial del Reino Unido, un ferri de pasajeros genera menos emisiones de carbono por pasajero que un autobús o un taxi.
Aunque están surgiendo muelles por toda la ciudad, el transporte acuático aún tiene que hacer mella en el gran número de personas que dependen de las carreteras. En particular, el número de ferris ha sido bajo durante la pandemia y, cuando el servicio está disponible, los protocolos de distanciamiento social implican que el número de viajeros por viaje se reduce a la mitad.
Pero residentes locales como Oyelese están ansiosos por el cambio y la integración de los servicios de ferri existentes con el resto de la red de transporte de la ciudad.
“Se necesita algo como un ferri que incluso pueda llevar vehículos, mercancías y pasajeros. Eso es algo que siento que falta”, asegura.
Asedio costero
Una defensa destacada contra el aumento de las aguas es la “Gran Muralla de Lagos”, una barrera hecha de 100.000 bloques de hormigón de cinco toneladas cada uno.
La defensa marítima de 18 metros de altura protege un tramo de costa junto al Eko Atlantic de Lagos, un desarrollo que se está construyendo en tierras recuperadas, y tendrá 8,4 km de largo cuando esté terminado.
El muro está destinado a proteger ese nuevo desarrollo urbanístico de las implacables y altas olas que se originan en las tormentas en el sur del Océano Atlántico, aunque los críticos han expresado su preocupación de que si bien protege la costa en algunas regiones, está acelerando la erosión en otras.
Otras estructuras de protección incluyen la construcción de 18 rompeolas a orillas del Eko Atlantic. Estas estructuras permiten atrapar la arena y evitar que se la trague el océano.
Los instalados en Eko Atlantic están espaciados cada uno 400 metros y abarcan una distancia de 7,2 km. Se ha propuesto construir más estructuras de estas para cubrir hasta 60 km de la costa del estado, y los funcionarios estiman que esto costaría US$$ 1.000 millones, según informó la Agencia de Noticias de Nigeria.
Previsión de inundaciones
Si bien las defensas costeras estructurales podrían ser algunas de las intervenciones más visibles para contrarrestar las inundaciones, una de las menos visibles podría ser al menos tan importante para la resiliencia de la ciudad.
Las autoridades federales de Nigeria han diseñado la aplicación móvil Flood (inundación) para hacer predicciones que permitirían alertar con anticipación a las regiones costeras para que hagan los preparativos adecuados para proteger ciudades sitiadas como Lagos.
La aplicación está disponible en línea y proporciona pronósticos de inundaciones en tiempo real sobre una ubicación específica, utilizando datos recopilados por la Agencia de Servicios Hidrológicos de Nigeria (NIHSA, por sus siglas en inglés).
La aplicación cubre una región mucho más amplia que un servicio anterior, WetIn App, que fue diseñado por el Ministerio de Agricultura de Nigeria.
La aplicación WetIn solo se dirigía a los agricultores en tres estados de la federación propensos a inundaciones, y da advertencias cuatro días antes de un desastre esperado. Antes de esto, las autoridades tenían que depender de medios como revistas, radio y televisión para hacer correr la voz sobre una inundación inminente.
La NIHSA confía en que la nueva aplicación Flood ayudará a las personas a monitorear los riesgos de inundación diarios en cualquier lugar de Nigeria.
Ya han comenzado a aparecer algunas señales tempranas que instan a la gente a estar alerta, a medida que las lluvias torrenciales inundan las carreteras en los distritos comerciales y residenciales.
Un obstáculo es que la penetración de dispositivos inteligentes sigue siendo relativamente baja entre los nigerianos, excepto en la población más joven en las ciudades, lo que deja fuera a los posibles usuarios en las áreas rurales y a aquellos sin teléfonos móviles.
Sin cambios como estos y muchos otros, el aumento del nivel del mar en este siglo desplazaría a millones de personas en Lagos, y los distritos a poca altura como Makoko se encuentran entre los más vulnerables.
Pero al aprender a vivir en el mar y sus vías fluviales, defender la costa de la ciudad y saber cuándo es más probable una inundación, la ciudad más grande de África está aprovechando su ingenio para mantenerse a flote.
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