Una cámara de seguridad grabó el momento preciso de la erupción del volcán japonés Ontake, ocurrida el sábado y que habría dejado decenas de muertos.
El volcán Ontake, de 3.067 metros de altura, se despertó bruscamente el sábado al mediodía, proyectando espesas nubes de humo, cenizas y piedras.
"Hubo un estruendo y el humo oscureció el cielo", explicó a la agencia Kyodo Shuichi Mukai, responsable de un albergue de montaña cerca de la cumbre.
Este episodio rarísimo, el primero importante en los 35 últimos años en el caso de este volcán, sorprendió a más de 300 excursionistas y turistas en este comienzo de otoño (boreal) particularmente propicio para las caminatas.
Muchos de los visitantes huyeron, presa del pánico, cubriéndose la cabeza y el rostro para no asfixiarse, según los testimonios y videos de los aficionados.
Sin embargo, varias decenas de personas -entre 45 y 49, según las estimaciones de las autoridades locales- no lograron bajar y pasaron la noche en los refugios.
Hasta el momento se ha confirmado la muerte de cuatro personas.
Unos 1.160 socorristas de los servicios de la policía, bomberos y grupos de defensa civil, se reunieron hacia las 06:00 locales (21:00 GMT) al pie del Ontake, ubicado entre las provincias de Nagano y Gifu, para continuar las búsquedas.
"No sabemos hasta dónde podrán ascender, ello dependerá de las condiciones, del humo que todavía expulsa" el volcán, explicó a la la AFP un responsable de la prefectura de Nagano.
"La prioridad es salvar vidas", insistió por su parte el primer ministro Shinzo Abe.
La falda y pendientes del volcán están cubiertas de cenizas.
"Se trató de una erupción de vapor acumulado por encima del magma, lo que provocó la proyección de piedras y cenizas", explicó a la televisión un vulcanólogo de la universidad de Nagoya.