¿Por qué las bodas en China podrían ser un lujo para los ricos?
¿Por qué las bodas en China podrían ser un lujo para los ricos?

Beijing. Las redes sociales de  enloquecieron hace unos meses cuando se conoció la noticia de que un novio había pagado a la familia de su prometida 6 millones de yuanes (916.000 dólares) para poder casarse.

El alboroto fue aún mayor después de que se supiera cuánto habría de recibir el novio por parte de sus futuros suegros: 10 millones de yuanes (1,5 millones de dólares) y un jet privado. "Esto es un mundo de nuevos ricos", comentó un usuario de Weibo, el Twitter de China, después de leer la noticia.

A pesar de que esta anécdota puede sonar un poco exagerada, es la evolución de una costumbre ancestral china, típica de la etnia Han, que exigía grandes obsequios por parte de ambas familias para poder llevar a cabo una boda. Durante la época imperial, cuando prevalecía un sistema de matrimonios arreglados, los pagos significaban el cierre de negociaciones entre dos familias.

Sin embargo, poco después de que Mao proclamara la República Popular, a mediados del siglo XX, el Partido Comunista chino se comprometió a abolir esta tradición, o al menos el pago por parte del hombre, argumentando que sería más difícil para los jóvenes de escasos recursos casarse, dado que sus padres no podrían financiar el "precio de la novia".

Aunque en las zonas rurales las chicas continuaron recibiendo compensaciones por el hecho de tener que alejarse de su familia e irse a vivir con su marido, la medida impuesta por el partido sí logró surtir un mayor efecto en las grandes ciudades chinas, donde los jóvenes migrantes no dependían de sus padres.

"Pero sí había expectativas mínimas", explicó Martin Whyte, profesor emérito de Sociología de la Universidad de Harvard, especializado en China contemporánea. "Para demostrar su seriedad, el novio debía darle regalos a su prometida antes de casarse, pero en la era de Mao estos eran muy sencillos."

"Tres redondos y un sonido" era una expresión usada en los primeros años de la época maoísta para describir el tipo de obsequios que se ofrecían normalmente. Los "redondos" consistían en una bicicleta, una máquina de coser y un reloj de pulsera; el "sonido" era provisto por un radio.

En los años 80, con la apertura económica, los regalos evolucionaron a electrodomésticos, como televisores y heladeras.

"Lo que hay que tener en cuenta es que esto no puede ser visto como un 'precios de la novia', que específicamente se refiere a una transferencia de objetos de valor de una familia a la otra", aclaró el profesor White.

Hoy en día, la gran preocupación es que los precios involucrados en un casamiento están incrementando a un ritmo desproporcionado. Una de las explicaciones es el surgimiento de la clase media china, cada vez mayor y con más poder adquisitivo. Pero el motivo que parece tener más relevancia es la abismal brecha de género que actualmente vive el país, fruto de la política de hijo único que duró más de tres décadas.

"En comparación con los novios, la cantidad de novias es poca", sostuvo la antropóloga Arianne Gaetano, de la Universidad de Auburn. "Entonces, hay una competencia económica feroz para cortejar a una mujer, y las chicas pueden darse el lujo de elegir al mejor postor".

Según el último censo en China, por cada 100 mujeres hay 118 hombres, y un reciente estudio de la Universidad de Harvard reveló que en el país "sobran" 40 millones de varones. La situación es más visible en las zonas rurales, donde muchas mujeres han migrado a las grandes urbes ya sea en busca de mejores oportunidades laborales o prospectos matrimoniales más atractivos.

Wang Shu, que se casó a principios de mayo, explica que "hoy en día los padres del esposo se ocupan de comprar la casa, y los de la esposa se encargan del auto". El joven de 29 años calcula que su boda costó entre 150 mil y 200 mil yuanes. "Cuando las personas ven en las noticias regalos de boda excepcionalmente caros, sienten la necesidad de hacer inversiones similares", confesó.

Lo que comenzó como una costumbre para establecer un fondo conyugal, ahora se ha convertido en una lucha de quién da más para obtener un sí por parte de los suegros. Un estudio realizado por Vanke y Sina, dos empresas del bienes raíces, determinó que las expectativas en términos de "precio de la novia" variaban en cada región.

Mientras que las provincias de Zhejiang y Shandong encabezan la lista, con promedios de 24.000 y 20.000 dólares, respectivamente, en zonas menos prósperas, como Hebei y Guangdong, el precio no supera los 1600. En la región autónoma de Mongolia Interior, además de una cifra de 1422 dólares, el novio debe agregar nueve cabezas de ganado, un armario, y tres joyas de oro.

"Las autoridades deberían estandarizar los «precios de la novia», con base en el promedio de ingresos de los locales", sugirió un usuario de Weibo. "Quienquiera que exceda el número establecido, debería ser juzgado por ley como un traficante de humanos."

Los habitantes de Chongqing podrían considerarse los más afortunados, dado que en esa municipalidad no se exige ningún pago porque las personas se casan a edades muy tempranas, antes de comenzar a trabajar.

"Yo no lo veo como un problema", dijo la profesora Gaetano. "Pero hay quienes son críticos y lo ven como una forma de consumo conspicuo en comparación con el pasado austero bajo el régimen socialista de Mao".

Hace unos años se hizo viral en las redes la historia de un chico que no pudo pagar el alto precio que exigía la familia de su pareja, que se encontraba embarazada. El padre de la novia le puso fin a la relación y obligó a su hija a abortar. Nunca se confirmó la veracidad de la historia, pero sí logró llamar la atención de internautas en el mundo entero.

Este caso puso nuevamente en manifiesto un patrón que se repite en varios aspectos cotidianos de las nuevas generaciones chinas; la encrucijada entre las prácticas tradicionales y las costumbres de la modernidad.

Fuente: La Nación, Argentina/GDA

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